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25 AÑOS DESPUÉS

CAPTURA DEL “GENIO” MALIGNO Luis Arista Montoya Un día como hoy- a eso de las 9 de la noche del día sábado 22 de setiembre de 1992- fue capturado en un barrio residencial de Lima Abimael Guzmán Reinoso

25 AÑOS DESPUÉS



12/09/17 - 05:47


CAPTURA DEL “GENIO” MALIGNO

Luis  Arista Montoya


Un día como hoy- a eso de las 9 de la noche del día sábado 22 de setiembre de 1992- fue capturado en un barrio residencial de Lima Abimael Guzmán Reinoso, el más grande genocida de nuestra historia, jefe de la secta de Sendero Luminoso, el más sanguinario movimiento terrorista de América Latina. Se cumplen 25 años de ese suceso transhistórico a cargo de policías del Grupo Especial de Inteligencia Nacional (GEIN).  Ahora, es tiempo de rememoración y de reflexión. Iniciamos hoy una serie de artículos al respecto.

¿Cuáles son los sucesos que signaron la historia del Perú contemporáneo durante el siglo XX? Son muchos. Tarea esta que debe ser  asumida por un  equipo de científicos sociales; por lo que- en un libro que estamos preparando en forma personal-, nos planteamos como hipótesis de trabajo abordar solo los diez sucesos más trascendentes del siglo: uno por cada década.

Y respecto de las dos últimas  décadas (la del 80 y la del 90),  el terrorismo de Sendero Luminoso y sus daños, son temas centrales, desgraciadamente, porque abarcan desde 1980 hasta inicios del año 2000; teniendo un periodo de apaciguamiento desde el 12 de setiembre de 1992 (día de la captura del Siglo) hasta el 2000(año de entrada hacia el siglo XXI).

Fueron dos décadas- las de los años 80/90 - que estos criminales  senderizaron las relaciones sociales,  las de salud mental y anímica de varias generaciones peruanas. Incluso hasta hoy, a través del Movadef-Conare como se pudo detectar en las cúpulas de dirigentes radicales en la última huelga de maestros (en realidad,  la penúltima huelga, porque están con  proseguir)

Dice  el psicólogo Jean Piaget que el ser humano empieza a consolidar su vida socializada y su poder de abstracción entre los 8 y 11 años de edad. De manera que los peruanos que cumplieron 8 años en el año 1980 (fecha en que Sendero Luminoso inicia su accionar terrorista en el pueblo andino de Chuschy, en Ayacucho) cumplieron 28 años de edad el año 2000, es decir, pasaron parte de su infancia, su adolescencia y parte de su juventud sufriendo cotidianamente los avatares terroristas: matanzas, ejecuciones selectivas, dinamitazos, burros-bomba, coches-bomba, apagones. Generaciones troqueladas por el miedo y el terror. Claro que  las padecieron también  las generaciones jóvenes, adultas y mayores.

La violencia se  instaló y “normalizó” en el imaginario de la generación  de los niños en edad escolar. Esto lo comprobamos en una investigación que realizáramos en 1989 un grupo de estudiosos sobre La Socialización del Niño en una Cultura de Violencia (Premio Concytec),  entrevistando a 1000 niños de extrema pobreza de las escuelas ubicadas en los cono Norte y Sur de Lima (500 por cada cono). Ahora esos niños son jóvenes entre 28 y 30 años de edad ¿Qué es de ellos? ¿Acaso muchos de ellos son ahora los llamados nuevos emprendedores?, ¿integrados al establishment? ¿Quizá terminaron engrosando las filas de la delincuencia común? ¿O fueron atraídos por Movadef, adoctrinados desde sus propios colegios? ¡Vaya uno a saber! Tarea para otra investigación.

Para aclarar estas dudas y contrarrestar la ideología senderista el ministro de Educación Antonio Chang Escobedo nos encargó escribir un texto escolar para los alumnos de cuarto y quinto año de Secundaria: Cultura de Paz, Diálogo y Negociación (Lima, 2006), texto que fue distribuido gratuitamente a todos los colegios de Perú. Espero que los alumnos amazonenses lo hayan recibido. Caso contrario, en próximos artículos  lo  estaremos difundiendo por Radio Reina de la Selva, para que las nuevas generaciones- que no padecieron la inclemencia terrorista- sepan sobre las monstruosidades cometidas bajo las órdenes del genio maligno Abimael Guzmán y su cúpula.

Por otro lado, los nacidos en setiembre de  1992,  año   histórico de la captura del siglo a cargo del GEIN de la Policía Nacional del Perú, ahora tienen 25 años de edad. También se socializaron bajo el estigma de los remanentes de Sendero Luminoso, pero- por supuesto- no recuerdan nada de la captura del monstruo y parte de sus secuaces (más su bailarina personal de ballet Maritza Garrido Lecca,  su refugiante), ni compartieron la alegría que cundió en toda la sociedad peruana. ¡Nos abrazábamos todos! ¡Muchos cantaron el Himno Nacional! Esa generación y las sucesivas que nos están relevando tienen que ser informadas para poder procesar los  rechazos, resentimientos, dudas, olvidos, reconciliaciones. Los padres y abuelos, tíos y tías, los maestros democráticos debemos contárselos cómo fue esa pesadilla abimaelita.




Pesadilla derrotada por el GEIN, las Fuerzas Armadas y Policiales, por los campesinos ronderos,  los comités de defensa costeña, andina y amazónica, como los valerosos ashaninkas; por periodistas, políticos, maestros y académicos democráticos. Pero también por los miles de trabajadores (públicos y privados) que siguieron trabajando cotidianamente en forma  normal para que el Perú no se paralizara, no solo en los lugares seguros sino sobre todo en las zonas de emergencia; los cines y teatros funcionaban sin miedo, aunque a los restaurantes acudían pocos comensales, por el miedo a los apagones y dinamitazos (este fenómeno tardó un poco los inicios del boom gastronómico, retrasaron a la pequeña agricultura).

Sin embargo, esta crueldad sufrida por el pueblo peruano generó en la memoria colectiva - por paradoja y contraposición- la formación de lo que José Ovejero llama la Ética de la crueldad. Pues, el padecimiento del mal ayuda a descubrir el gran  valor ético del Bien Común, que estamos comprometidos ayudar a construir.

Un ejemplo. Claro que los apagones de luz eléctrica producidos por los atentados de Sendero, retrasaron la industria, el comercio, el libre tránsito y los estudios fuera y dentro de nuestros hogares. Pero, los terroristas  jamás sacaron su cuenta    que el retorno a la cultura de la luz de la vela produjera más unión familiar y amical, pues en los hogares conversábamos, dialogábamos sobre el valor de la paz en torno a un solidario plato de comida,  a la luz de una vela, un candil, un tubular o una lámpara petromax.

Incluso, aquella noche del 12 de setiembre de 1992 la luz de una vela prendida en pleno apagón en el escondite de Abimael, fue la señal que en ese segundo piso  alguien se escondía. El comandante Marco Miyashiro lo intuyó. No estuvo equivocado, de inmediato impartió la orden  de ingresar a   la casa donde  Maritza Garrido Lecca  había dado largo cobijo “revolucionario” al genio maligno.

Esa tenue luz de nuestras velas significó la esperanza que el terror, el temor, el miedo y el temblor tenían que desaparecer algún día. Estábamos convencidos. Teníamos la esperanza. ¡Hasta que aquella nigérrima noche  se hizo la luz! Gracias a la sabuesa inteligencia  de los hombres intuitivos e instruidos del GEIN… Por todo ello, ¡MIL GRACIAS  HÉROES DE LA DEMOCRACIA!
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*EDITORIAL. Radio Reina de la Selva. Lima 12 de setiembre 2017. Luis Arista Montoya.
 

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