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MARTÍN VIZCARRA, POLÍTICO DE LA CRISIS

Luis Alberto Arista Montoya En junio del año 2008 se produjo en Moquegua -tierra de José Carlos Mariátegui, Mercedes cabello y de Martín Vizcarra- una revuelta

MARTÍN VIZCARRA, POLÍTICO DE LA CRISIS



23/03/18 - 05:55

Luis Alberto Arista Montoya*

En junio del año 2008 se produjo en Moquegua -tierra de José Carlos Mariátegui, Mercedes cabello y de Martín Vizcarra- una revuelta popular defendiendo el derecho del agua frente al atropello de algunas compañías mineras, conocida como el Moqueguazo. Allí se impuso el diálogo, no la violencia. La cordura, no la mortal protesta. Allí tuvieron, luego,  protagónica participación dos profesionales provincianos, dos lúcidos funcionarios: Martín Vizcarra, a la sazón presidente regional de Moquegua, y nuestro paisano Jorge Merino, entonces Ministro de energía y Minas. Esa fue la primera plataforma política que utilizó para lanzarse con fundamentos hacia el ejercicio político. En Buena hora. 

Hoy -en plena grave crisis política y moral de nuestra república- Martín Vizcarra asume la Presidencia del Perú. Un enorme reto. Una gran responsabilidad. También una gran oportunidad. A los verdaderos líderes se les conoce en tiempos críticos (tiempos de crisis), no en tiempos de normalidad, de aparente tranquilidad en el orden, donde es fácil tomar decisiones. En Moquegua el nuevo presidente forjó su carácter político. Es por eso que intuimos que su gabinete de ministros tendrán un origen o un talante provinciano, regional; claro que sin olvidar que Perú sigue siendo una sociedad limeñocentrista. Es posible que estemos  asistiendo al fenómeno colectivo de lo que Jorge Basadre denominó “la redención de las provincias”. “Los pueblos, como los individuos, necesitan autenticidad, o sea verdad en su existencia, algo que es lo contrario de la falsificación”, escribió Basadre en enero de 1980. Vizcarra, es el político de la crisis. Sabrá nuevamente cómo superarla: solo el diálogo salvará al Perú.

Creo que es oportuno recordar lo que escribimos a propósito del Moqueguazo. Hablando de la dialéctica histórica Hegel decía que “nunca la noche es más oscura que en el momento en que está por amanecer”. Es decir, toda crisis es bifronte: implica una caída y, al mismo tiempo, una salida. El buen manejo de la crisis en Moquegua ilustra esta dialéctica. No cupieron ni los atolondrados, ni los pesimistas, menos los boicoteadores. Los actores actuaron con  prudencia, intuyendo que tras la oscuridad devendría inexorablemente un promisorio amanecer. Y así fue, por los resultados. “No hay que desesperarse, tenemos tiempo”, solía repetir – nos informan –  Martín Vizcarra Cornejo, presidente regional de Moquegua.

Pues, la noche del día jueves 9 de agosto del año 2012 (fecha histórica para la historia de la minería peruana), en presencia de los ministros de Energía y Minas y del Ambiente se celebró la ceremonia de clausura de la mesa de diálogo del proyecto minero Quellaveco. La empresa Anglo American asumió más de veinte compromisos para lograr la licencia social, asegurando un desembolso de mil millones de soles a un fondo social para ejecutar proyectos en la región.

El Acta de acuerdo argumentativo consta de 290 páginas, la misma que será respaldada por una norma legal para que los acuerdos se cumplan en todos sus puntos. Hace 16 meses, en marzo del 2011  se constituyó esa mesa de diálogo para tratar la problemática minera del departamento y ha logrado gran parte de la licencia social para que la empresa inicie la explotación de la mina de cobre de Quevalleco, que se ejecutará con una inversión de USS$3.300 millones para la extracción de 400 mil toneladas métricas de cobre durante un lapso de tiempo de 32 años.

La Mesa de Diálogo estuvo integrada por 70 representantes, entre autoridades (nacionales, regionales, locales), empresarios, agricultores, regantes y colegios profesionales. Es decir, una plena participación democrática. Desertaron y se auto-excluyeron los escépticos. Nunca faltan ni faltarán los propiciadores del disenso conflictivo.

Estos son  algunos de los  programas que se vienen desarrollando de forma coordinada:

- Elaboración de la estrategia regional de cambio climático

- Fortalecimiento de capacidades en información ambienta
l
- Gestión ecológica de los residuos sólidos

- Conservación de la diversidad biológica

- Edificación de la infraestructura necesaria para captar el agua del río Titire y un embalse en el río  Vizcachas de 60 millones de metros cúbicos. De allí  saldrá una tubería de 90 kilómetros de largo que iniciará su recorrido hasta la zona de la mina.

- En compensación a lo anterior la empresa construirá una represa de 2,5 millones de metros cúbicos en la misma cuenca del río Asana. El derecho comunitario al agua se privilegia.
- La empresa instalará un domo metálico para cubrir la pila de almacenamiento de mineral chancado para evitar que el viento disperse el polvo hacia las comunidades aledañas.

- Para el  transporte de los concentrados se implementará el control de velocidad y desplazamiento de camiones mediante el uso de monitoreo satelital.

- Todo esto bajo la filosofía del compromiso de preservar el agua. El Derecho al Agua que tienen los pobladores, sobre todo en esta   región que registra uno de los índices más altos de desertificación en el país, según estudios técnicos.
Las partes han construido a partir de un “saber de fondo” (saber compartido intersubjetivamente por la comunidad de comunicación)  un “horizonte de saber” que ha de permitir una metodología válida y necesaria utilizable para prevenir cualquier otro conflicto minero. El Estado deberá aprovechar  esta experiencia exitosa en Quellaveco para  elaborar una  Guía Estructural  de Argumentación. “A través del diálogo se construyó un nuevo horizonte en torno a la actividad minera”, dijo en aquel entonces el ministro Jorge Merino, coincidiendo con el pensamiento de Vizcarra; y “que  Quellaveco se desarrollará mediante la expansión de redes productivas sobre la base de una mejor gestión del agua y un diseño que por primera vez se aplica en la minería del país”.

Esta propuesta se condice con  el diseño de una lógica de la argumentación que venimos planteando desde hace algún tiempo

1.-La argumentación como proceso: lo ideal es que todos los interlocutores participen en igualdad de condiciones dentro de una situación ideal del habla. Justamente los desencuentros se producen porque no todos saben sustentar sus argumentos. Aquí la tolerancia  frente a los “desiguales” es importante. El sentido común debe prevalecer.

2-La argumentación como procedimiento: se trata de una forma de interacción sometida a una regulación especial, es decir a un conjunto de reglas claras (reglas de comportamiento) Pues, el proceso discursivo de entendimiento está regulado por reglas, al  modo de  una forma de división cooperativa del trabajo dialógico (grupos, subgrupos; talleres); y

3- La argumentación como producto: La argumentación tiene por objeto producir argumentos pertinentes, que convenzan en virtud de sus propiedades intrínsecas, con  que desempeñar o rechazar las pretensiones de validez sustentadas en la Mesa de Diálogo.

En conclusión: los argumentos son los medios a través de los cuales puede obtenerse un reconocimiento intersubjetivo del grupo dialogante para la pretensión de validez que un proponente plantea por de pronto de forma preliminar o hipotética, y con los que, por lo tanto, una opinión puede transformarse en saber

Este es el modelo a seguir para la  organización de las argumentaciones orientadas al consenso, y no las orientadas  al conflicto  como las que propician algunos intransigentes que buscan “pescar a río revuelto” generando enfrentamientos y litigios. Este es el modelo que estamos seguros seguirá en estos momentos críticos el Presidente Martín Vizcarra. Para evitar que el hartazgo de la ciudadanía devenga en asco político con impredecibles consecuencias.

*EDITORIAL. Para Radio Reina de la Selva. Lima 23 de marzo de 2018. Luis Alberto Arista Montoya.

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