09/03/21 - 05:09
Luis Alberto Arista Montoya*
Cada 8 de marzo- desde que la ONU lo instituyó en 1975- se recuerda el Día Internacional de la Mujer. No es que es celebrado. Es conmemorado: es decir, traemos la imagen de una Mujer a nuestra memoria. Las rememoramos, porque sus luchas para conquistar sus derechos provienen desde mediados del siglo XIX, en plena revolución industrial, que se caracterizó por la gran fabricación textil y la industria basada en la energía del vapor en Europa, y después en los EE.UU, con mayor explotación de las mujeres obreras.
Es así como el 8 de marzo de 1857 se produjo en New York una masiva huelga de trabajadoras textiles, saliendo a las calles bajo el lema “Pan rosas”: porque no solo querían vivir de rosas regaladas por amor, sino sobre todo del pan. Protestaron por el recorte de su horario laboral, por salarios justos y por el fin del trabajo infantil (el de sus hijos y nietos). Así nació, junto con el proletariado, los movimientos de las mujeres socialistas, bajo la inspiración de Rosa Luxemburgo y Karl Marx. Y se extendió por todo el mundo, hasta hoy en día a través del movimiento feminista.
Al año de iniciarse en Perú la pandemia del coronavirus, podemos decir que han sido las mujeres las más sacrificadas, tanto en el ámbito urbano como rural. Las que peor carga de trabajo han llevado al interior de los hogares: como madres de familia, amas de casa, trabajadoras independientes, las que velan por el cuidado y orientación de la inédita educación virtual de sus hijos, y muchísimas mujeres que también realizan teletrabajo, además. Y muchos hogares disfuncionales se convirtieron durante la cuarentena en focos infecciosos de violencia contra la mujer y sus hijos, durmiendo con el enemigo dentro.
Pero durante esta pandemia mundial, han sido (y siguen siendo) las Enfermeras las verdaderas heroínas. Según la revista Somos(N°. 1787), de los 90 mil profesionales de enfermería que existen en Perú el 91% son mujeres. Están agotadas, extasiadas. Trabajan bajo la amenaza del contagio, alejadas de sus padres e hijas, con el temor de llevar el virus a sus hogares; el prójimo las mira y rehúye en las calles como si fueran portadoras del bicho.
Las cifras enferman: 121 enfermeras han fallecido durante toda la pandemia; 32 enfermeras han fallecido en la segunda ola; 74 están hospitalizadas en sala; 42 están en UCI; 267 se encuentran con aislamiento domiciliario, sola en una habitación, es de suponer. Un 30% de enfermeras fueron enviadas a casa al inicio de la pandemia por comorbilidad.
Ellas y otras tantas mujeres, que laboran heroicamente enfrentando cara a cara la muerte en forma cotidiana, merecen nuestro reconocimiento pleno. No solo en este emblemático día internacional, sino todo el tiempo. En realidad, todos los días deben ser el Día de la Mujer. Merecen nuestro perpetuo respeto, en la ciudad como en el campo. Todas sin discriminación y marginación.
En su homenaje hago una propuesta: que todas las mujeres electoras voten por candidatas para lograr copar, el 11 de abril, un Congreso verdaderamente representativo. Ya es tiempo que ellas tengan oportunidad histórica, pues constituyen casi un tercio de la población electoral. No importa que la presidencia sea ganada por un hombre o una mujer, aunque hay dos candidatas también. Pero el Congreso es la gran vitrina y el motor del poder. Es una utopía alcanzable. Su ansiado poder está en sus propias manos.
Porque la mujer tiene tres importantes sentidos: el sentido común, el sentido del orden y el sentido del pudor (que lo distanciaría de las tentaciones de corrupción). ¡Las mujeres al poder!
Y como la Rosa y el Pan son los símbolos de su rebelión histórica, les regalamos una buena porción del siguiente poema:
ODA A LA ROSA
Rosa
eres nuestra,
vienes
del tiempo consumido
y avanzas,
sales de los jardines
al futuro.
Caminas
el camino
del hombre,
inquebrantable y victoriosa eres
un pequeño
capullo de bandera.
Bajo tu resistente y delicado
pabellón de fragancia
la grave tierra derrotó a la muerte
y la victoria fue tu llamarada.
Pablo Neruda: Nuevas Odas Elementales; p.129.
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*EDITORIAL. Para Radio Reina de la Selva. Lima 8 de marzo de 2021. En el Día Internacional de la Mujer. Luis Alberto Arista Montoya.