28/04/21 - 05:22
A propósito del marxismo-lenininismo-maoismo-mariateguismo-Pensamiento Cerrón.
Luis Alberto Arista Montoya*
¿Por qué en el Perú las instituciones eficientes, que funcionan bien, que prestan buenos servicios a los usuarios duran no mucho tiempo? ¿Caen pronto en desprestigio, entran en crisis hasta desaparecer? La respuesta a estas preguntas tiene que ver con nuestro sempiterno Estado adolescente y por codicia del poder
Somos un país que no termina de madurar, que regresiona casi siempre en todo, en vez de avanzar. Vivimos en un país pendiente: por ser inconcluso, y ubicarse, cada cierto tiempo, al filo de una pendiente existencial. Tal como sucede hoy en día a raíz de la crisis judicial y política.
Hasta la década del sesenta del pasado siglo en algunas universidades públicas- como en la Universidad Mayor de San Marcos- se dictaba el importante curso “Historia de las Instituciones” que abarcaba desde la época fundacional de las instituciones públicas y privadas (que se inició en el siglo XVI con la impositiva administración colonial española) hasta la época republicana, donde supuestamente se consolidaría la modernización del Estado de Derecho. Se instaló hasta hoy en día un “Estado empírico” (Basadre dixit)
Convendría que las universidades retomen nuevamente dicho curso con miras a que los egresados tengan plena conciencia histórica de la vida, pasión y muerte de nuestras instituciones cívicas. Nos daríamos con la sorpresa que las actuales instituciones públicas son bastante volátiles, que cambian permanentemente, no siempre para bien. Que son instituciones frágiles, débiles; y las que duran (por ser antiguas) muchas veces son instituciones anquilosadas, burocratizadas, corrompidas. Son prácticas pero inertes. Lo padecemos actualmente a nivel del Poder Judicial, del Sector Salud y del Sector Educación, por ejemplo.
Lo dicho anteriormente viene a propósito de la amenaza de intervención- desde el gobierno central- contra la estabilidad de la Derrama Magisterial (la mutual solidaria de los maestros peruanos), bajo el pretexto de la modernización de sus estatutos. Conocemos la historia y el devenir de esta institución, una de las más sólidas de la historia sindical del Perú que permite una Seguridad Social Digna para más de 245 mil docentes afiliados voluntariamente, administrando autónomamente los fondos previsionales orientados a cubrir el retiro, invalidez y fallecimiento de sus asociados. Actualmente cuenta – según informes oficiales- con un fondo de S/. 2, 370 millones en activos, colocados no solo en el rubro de seguros, sino también en inversiones retornantes como: préstamos sociales, hotelería, centros de recreación, proyectos inmobiliarios, venta de electrodomésticos y editoriales: es dueña de 40 tiendas de la Librería Crisol, una de las más modernas de América Latina y, dicho de paso, una de las que más ha facturado en la última Feria del Libro de Lima (2018). A propósito, hemos sugerido a su gerente general que una de esas librerías funcione en Chachapoyas, pivot de lanza para abarcar todo el nororiente peruano en forma descentralizada.
Además, el local central de la Derrama Magisterial, ubicado en el mesocrático distrito de Jesús María en Lima, también es un polo cultural donde se desarrollan obras de teatro, cine, conferencias, presentación de libros, conciertos. Es un dinámico Círculo de Bellas Artes, una Ateneo Cultural, con una excelente librería Crisol (falta potenciar su Fondo Editorial, tener una biblioteca moderna y un buen centro de documentación para la investigación educacional)
Claro que hay aciertos/desaciertos en su administración, es que ninguna institución está libre de los vaivenes de las exigencias del mercado, ni de los apetitos de poder. Sus directivos saben que la Derrama Magisterial tiene que modernizarse, estar a la altura de los tiempos que impone muchas veces la globalización, pero sin perder, claro está, la perspectiva de la localización peruana.
Pero esa modernización no puede ser impuesta desde el poder central, puesto que es una institución de derecho privado que además de contar en su directorio con un representante del Ministro de Educación, está también bajo la supervisión de la Superintendencia de la Banca y Seguros-SBS. La Derrama Magisterial - que padece presiones endógenas y exógenas - goza de la suficiente autonomía para auto-transformarse en esta era del conocimiento y de créditos rápidos y equitativos.
Anunciar su intervención ha sido un desatino político. El Ministro de Educación, por gusto- y por falta de muñeca política- ha agitado el avispero. Pues, ha dado en la yema del gusto a los sectores ultra-radicales del magisterio liderados por Pedro Castillo y su gavilla, puesto que en la huelga anterior habían pedido expropiar “democráticamente” la Derrama. ¿Por qué y para qué? Porque para ellos era (es) un botín que ayudaría a financiar su “auténtica revolución” ¿Cuál revolución?: la promovida por Sendero Luminoso bajo el mascarón de proa del Movadef-Conare
Y sueñan con ello con miras al Bicentenario. Sería una situación terrible: un segundo ciclo terrorista de Sendero sería mucho más terrorífico y sanguinario que el primero. Están trabajando desde las aulas, desde las Apafas y desde los gremios magisteriales regionales. Esto lo denunciamos porque hemos tenido acceso a documentación clave y secreta. Estamos sobre aviso. Estemos alertas. Actuemos prontamente.
Es por eso que coincidimos con un artículo de nuestro amigo Mirko Lauer (publicado el 19 de agosto del año en curso, en el diario La República). “De otra parte- dice Lauer-, la Derrama está bajo el control de Patria Roja [facción del Partido Comunista] y, en minoría, de otros partidos. El acceso a la billetuda entidad y el reconocimiento oficial son dos cosas codiciadas por los sectores a la izquierda de ese partido, y parte de su programa. Que el Ejecutivo debilite la presencia de Patria Roja en la Derrama equivale a fortalecer a los movimientos más decididamente huelguistas en el magisterio...Si Pedro Castillo y dirigentes como él llegaran a capturar la Derrama en un golpe de mano ayudado desde Palacio, ya sería demasiado tarde para rectificarse”, escribe Mirko Lauer
Y terminamos diciendo, por hoy, que hace rato que Patria Roja y el SUTEP han dejado de ser un grupo de poder fáctico, de presión política. Pues, ahora pertenecen al establishment político del Perú contemporáneo, se mueven dentro de un mundo sistémico institucional promoviendo el diálogo. Se han vuelto sujetos políticamente relevantes. Son grupos protagonistas de la vida política en una sociedad democrática (aún bastante precaria), donde muy pocas instituciones cuentan con una buena credibilidad ciudadana.
*EDITORIAL. Para Radio Reina de la Selva. Lima 23 de agosto de 2018. Luis Alberto Arista Montoya…. (“Como decíamos ayer”. Estuvimos y estamos advertidos)