14/05/21 - 04:57
Para comprender los debates:
Por fin, ante la inminente realización de los debates políticos, tomo prestado el título de una novela del escritor argentino Julio Cortázar llamada Modelo para Armar (publicada en 1968), para referirme a la discusión que, supongo, se dará en torno a la validez o no del actual Modelo Económico que rige el crecimiento y desarrollo de nuestro país.
Veamos. La polarización surgida en la segunda vuelta electoral ha producido una interesante polémica sobre el Modelo Económico que con relativo éxito modela el desarrollo y crecimiento económico del Perú. Se trata del Modelo del Libre Mercado, vigente aún -- con sus logros, contradicciones e imperfecciones – desde hace más de tres décadas, acorde con la modernidad globalizada del mundo entero a través de los Tratados de Libre Comercio (TLC)
La candidata de la derecha moderada Keiko Fujimori defiende dicho Modelo, sosteniendo que solo necesita de algunos ajustes para ser más igualitario y equitativo. El candidato de la extrema izquierda Pedro Castillo (líder del marxismo-Leninismo, maoísmo-pensamiento Vladimir Cerrón), en cambio, dice que el modelo no vale, es injusto porque favorece la riqueza de las empresas transnacionales en desmedro de los olvidados del pueblo, se tiene que desechar radicalmente mediante la estatización o nacionalización de las empresas extranjeras, para que los peruanos consumamos lo que nuestro país produce. Y punto en boca, así de simple, “palabra de maestro”.
En la cita que tuvieron en un balneario burgués de una playa norteña, el economista Hernando de Soto trató de “inyectar” a Castillo la “vacuna” de su teoría del “Capitalismo Popular”, pero fue en vano. Supongo que no entendió, porque para él capitalismo es sinónimo de imperialismo norteamericano.
Por los años 60 del pasado siglo, gracias al curso de Economía Política aprendimos algo sobre el concepto de Modelo Económico; ya en la universidad, con los cursos de Doctrinas Económicas y Educación y Desarrollo y, además de un curso de Posgrado (en el año 2015) sobre Economía Asiática (China y Corea del Sur), la categoría científica de Modelo Económico la comprendimos a cabalidad.
Partiendo de ese saber previo llego a una conclusión: Ningún Modelo Económico es eterno, estático, se tiene que adaptar, asimilando las nuevas investigaciones acorde con las necesidades de las naciones dentro de su circunstancia histórica. De ahí que la ciencia de la Economía tiene que ir de la mano con la Ciencia de la Historia, y convertirse en la ciencia de Economía Política, tal como lo propone lúcidamente el economista francés Thomas Piketty en su libro El Capital en el Siglo XXI (2013), donde propone una relectura crítica de El Capital de Karl Marx (válido entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX)). Piketty nos habla del modelo social de libre mercado como modelo meritocrático con “horizonte infinito”, que respeta las libertades humanas bajo el paraguas de un Estado de Bienestar eficiente y equitativo, con verdaderos órganos regulatorios, teniendo como sustento una Academia crítica y una Sociedad Civil con ciudadanía vigilante, participativa e involucrada.
“Nada permanece quieto, todo deviene, nadie puede bañarse dos veces en las mismas aguas de un río”, decía el viejo filósofo griego Heráclito. Nada es estático. Todo se mueve. De manera que ningún Modelo Económico es intocable, pero puede ser perfectible.
Según el Diccionario de la lengua Española los siguientes términos son sinónimos de la palabra modelo: Paradigma, fórmula, regla, ejemplo, arquetipo, prototipo, patrón, etc. El Modelo Social de Economía de Mercado implica el respeto a las libertades: a la libre empresa y la libre competencia (para producir, vender, comprar y consumir libremente). Esta teoría viene renovándose desde el siglo XVII cuando su fundador, el economista inglés Adam Smith, descubrió las variables económicas de éxito en su libro La Riqueza de las Naciones (libro, digamos de paso, que leyera en secreto Toribio Rodríguez de Mendoza, Precursor de la Emancipación republicana).Pero a ese visible/invisible mercado las instituciones del Estado público lo tiene que supervisar y controlar, para evitar caer en el mercantilismo de los monopolios y oligopolios.
El actual modelo económico que tiene el Perú es un modelo resquebrajado a causa de la imperfecta descentralización y regionalización del país, debido a la corrupción de la clase dirigente, a la falta de partidos políticos orgánicos, debido a la inmensa economía informal y al narco-terrorismo que impera en el VRAEM.
Es necesario, entonces un nuevo paradigma para armar un equitativo Modelo Económico. Es perentorio, pues un Estado empírico es el que sigue implementando este modelo, profundizando aún más los “abismos sociales”. Es necesario perfeccionarlo buscando el Bien Común. Pero sin retornar al modelo estatista de los nefastos años del velascato o del populismo estatal de la primera administración de Alan García. Implicando, eso sí, a los modelos denominados microeconómicos dentro de un gran modelo Macro-Económico “para explicar y predecir las relaciones de toda una economía como, por ejemplo , los cambios en el nivel de la renta nacional, los flujos de inversión nacional y extranjera, la política tributaria, el nivel de empleo y la inflación”.
A propósito, una encuesta de Ipsos explora sobre las expectativas del cambio de modelo económico en la población:
- Un 50% del país quisiera que el próximo gobierno efectúe cambios moderados al modelo económico.
- Un 35 % que le haga cambios radicales
- Un 37% de la población pide controlar los precios de los servicios públicos (agua, luz, salud, educación)
- Un 28% que se controlen los precios de productos básicos.
- Un 23% desea que se den leyes más favorables a los trabajadores.
- Un 17% pide que el Estado regule más a las empresas privadas
- Un 15% que algunas empresas privadas pasen al Estado (estatización).
- Un 13% que se reduzcan impuestos a las pequeñas y micro-empresas.
- Un 12% que se nacionalicen las empresas que hoy son extranjeras
- Un 11% pide que aumenten impuestos a los más ricos(a las grandes fortunas)
- Solo un 5% quisiera que haya menos regulaciones por parte del Estado con el fin de que las empresas inviertan más; y
- Un 4% que se reduzcan trámites para crear más empresas.
Así están las expectativas de la población deprimida en miedo de la pandemia, a menos de un mes para los comicios de la segunda vuelta. Esas expectativas son fruto de un modelo económico resquebrajado con piezas sueltas a manera de un deteriorado y trillado rompecabezas. Es menester, entonces, crear un “Modelo para armar” una Economía Política, con visión de país asentado en un auténtico sentimiento de peruanidad para un predecible destino histórico.
______
EDITORIAL. Para Radio Reina de la Selva. Lima 14 de mayo de 2021.Luis Alberto Arista Montoya.