Tomo prestado este título de la novela llamada “El rumor de la montaña”, del escritor japonés Yasunari Kawabata, Premio Nobel de Literatura 1968, para contextualizar una feliz iniciativa que han tenido, en forma coincidente, dos pueblos vecinos de San Martín y Amazonas respectivamente, a favor del turismo de paisaje natural.

El Servicio Nacional de Áreas Protegidas-Sernanp, ha iniciado la puesta en valor de la montaña “El Mirador” en Nueva Cajamarca, como parte de la política de  conservación de los bosques del Alto Mayo. Y por el lado de la provincia de Bongará en Amazonas, específicamente en Granada, la comunidad ha realizado una caminata promocionando dos atractivos turísticos naturales: “Siete lagunas” y la montaña (o cerro) “Campanario”.

Todas las bellas montañas tienen un secreto, repleto de hermosas imágenes, de sonidos de la naturaleza, de aromas, de escenas, como cuenta Shingo, uno de los personajes de la novela de Kawabata.

 Sobre todo la zona de Ceja de Selva en el Perú, específicamente en la Región Amazonas, tiene hermosas montañas que deben ser puestas en valor para promocionar el turismo de escalamiento o el turismo de observación de paisajes y de aves raras.

Los turistas que vienen de las grandes metrópolis están hartos ya de visitar y visitar y volver a visitar viejas ciudades y antiguos museos. Ahora las agencias promocionan el turismo al aire libre: conocer el patrimonio natural, visitar el paisaje cultural vivo, hacer caminatas, descubrir vivencialmente pequeños pueblos rodeados de montañas. Ese rumor de las montañas tiene que ser oído por las autoridades de nuestra región, pero sin dejar de promocionar, por supuesto, los monumentos y sitios de nuestro patrimonio arqueológico, en el cual Kuélap tiene primerísima prioridad.

Hace algún tiempo cuando viajábamos por la carretera Fernando Belaunde Terry junto al psiquiatra Artidoro Cáceres y al geógrafo César Olano, al pasar, vimos a cierta distancia el cerro “El mirador” ubicado en Nueva Cajamarca. Recuerdo que paramos un momento para contemplar la belleza de esa montaña rodeada por un inmenso paisaje semi-urbano. “Yo mandaría a construir en la punta un mirador,  con un parador turístico”, les dije a mis amigos, quienes asintieron la propuesta, y me pidieron explicación. Es por eso que nos alegra ahora su puesta en valor.

En Chachapoyas existen miradores en: Luya Urco, en Huancas y en Puma Urco, camino a Levanto. Hay que rehabilitar estos miradores con creatividad. Se podría construir también un mirador en la margen derecha de la Pampa de Higos Urco, y desde allí contemplar la belleza de la cuenca del río Soche. Otro mirador hace falta construir en La parte más alta de Limón Punta, para gozar estéticamente  de la belleza paisajística de parte del Valle Sagrado de los Chachapoyas, incluida la hermosa casona y chacra de chirimoyas de Achamaqui que fueron puestos en valor gracias al talento visionario de nuestro paisano Eduardo Peláez Bazán (a quien rendimos tributo a través de este editorial).

Y así, en las siete provincias de nuestra región existen bellas montañas que pueden ser visitadas, pero eso sí sin sobreexplotarlas, contaminarlas, sino respetando sus leyes naturales.

Pero el rumor de la montaña se percibe mejor cuando junto a un Mirador se construye un parador turístico. ¿Qué es un parador turístico? : es un lugar de descanso y de alimentación rápida para los turistas, una especie de tambo donde se vende suvenires, artesanías, bebidas frías y calientes;  bueno para la conversa y comentario de los viajeros en torno a un café chachapoyano humeante, negrito y dulcete. 

Esta propuesta la descubrí en 1988 en la sierra de Guadarrama de Madrid, camino a Salamanca, durante mi estancia como becario. Poseo documentación al respecto para asesorar a nuestras autoridades de la Dirección Regional de Turismo. Estoy al servicio de mi linda región que ha tenido muchas oportunidades perdidas y abortadas. Recuperemos con creatividad los tiempos perdidos.

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