Nunca antes  teníamos la imperiosa necesidad urgente de bosquejar, con algunas palabras el desafío al futuro. De esta manera, el Perú ha bebido innecesariamente las turbulentas aguas de un “Neoliberalismo”, que llevó a este continente hace más de cuarenta años. Allí, permaneció, unas veces, defendido por una derecha centralista  bastante incondicional y jenuflexa a los intereses internacionales. Sumado a hecho que somos un verdadero mosaico de etnias, costumbres y de idiosincrasia. Efectivamente, el COVID-19, nos sorprendió, en una profunda crisis política y económica. Sin el dinero suficiente, ni vacunas para paliar en algo, esta Pandemia Mundial. Que en nuestro caso, ya alcanzó más de 70,000 muertos. Todavía  no se ha vacunado por completo a la población peruana. Las vacunas van llegando a “cuenta gotas”, así como están las cosas tardaremos más de dos años, en poner las dosis suficientes a más de 30 millones de peruanos. 

      Ahora, que estamos desafiando el futuro, nos damos, muy bien cuenta, qué difícil y complicado es la historia política en nuestra patria. Alguna vez,  don José de San Martín, aspiraba con una “monarquía constitucional”; con don Simón Bolívar y Palacios, una “dictadura democrática latinoamericana”. Sin darnos cuenta, que nuestra incipiente vida republicana, era como un “botín de guerra”, financiada por los intereses imperiales de  Gran Bretaña. Desde luego, la economía colectivista agraria de los incas, poco después fue reemplazada por un sistema de minería del coloniaje, donde fenecieron miles de indígenas y negros, lo cuales se destrozaron el alma y la vida, por un poco de coca y de aguardiente, y un mísero salario que acabó en un corto plazo, con su mísera existencia. Es decir la pobreza de nuestra patria y del continente americano, enriqueció vertiginosamente las arcas de los países europeos. 

         Así, los gobiernos de turno, especialmente los partidos políticos, se luchaban con el poder y extendía a  manos llenos, su defensa cerrada y obstinada por defender a la gran industria y a la banca nacional y extranjera. A simple vista, pareciera que el “ fujimorismo” no hacía nada perjudicial en este país, a pesar  que han transcurrido cuatro períodos constitucionales. Sin contar, desde luego, las 134 mil esterilizaciones femeninas y las 34 mil operaciones realizadas, a las personas de extrema pobreza; pero no a los ricos de las urbes costeñas, ni a los hijos los narcotraficantes. Mientras que en la vieja Europa, los príncipes y reyes, se dedicaban a saquear, asaltar castillos medievales, secuestrando y envenenando a sus competidores; en el Perú, se dedicaban, exclusivamente a poner el bochornoso ejemplo, de tener tres presidentes, antes de cumplir con el período constitucional. Cumpliendo, de este modo, con el rol histórico de practicar la política del “perro del hortelano”, que ni come ni deja comer. 

        Ahora, que estamos desafiando el futuro,  no sabemos, a ciencia cierta, de dónde proceden grandes cantidades de dinero, para las campañas electorales. Si provienen del “narcotráfico”, de la minería ilegal, de la “trata de blancas” o de “cárteles internacionales”, que no les interesa para nada, mantener el medio ambiente, impulsar aspectos de la agroindustria, que no se busque nuevas tecnologías de punta para realizar las perforaciones en el Oriente Peruano. Que es urgente y vital, llevar la irrigación a los desiertos costeños, que se construyan nuevas vías ferroviarias dentro del país, así como potenciar el desarrollo tecnológico del resto del continente. 

        No dejemos que los especuladores de siempre, jueguen con el destino de millones de peruanos, subiendo y bajando, pero orientándose en la brújula económica del hábil manejo financiero de “Walt  Street” o de bolsa mundial. Amenazando con destruir nuestra débil y quebradiza economía. Porque la guerra es contra el hambre y el desempleo, de más de 5 millones peruanos que lo perdieron todo con esta Pandemia Mundial del COVID – 19”. Según el Organismo Mundial del Comercio (OMC), existe en el mundo 250 millones de personas con extremas necesidades para vivir como seres humanos.

        Ahora, que estamos desafiando el futuro, en el gobierno neoliberal- derechista de Keiko Fujimori (“Fuerza Popular”) o del gobierno neoliberalista de la izquierda, de Pedro Castillo (“Perú Libre”), pondrán algún día, no muy lejano, luchar firmemente con el “gran monopolio de la alimentación, sobre todo, en el uso y abuso de las llamadas semillas transgénicas”, que tanto daño han hecho a la Humanidad.  

         Podrán  levantar, con su dedo acusador, contra los grupos de poder, quienes están planificando, con anterioridad, la carencia artificial de los “alimentos nutritivos”; ya que piensan que los 7 mil millones de seres humanos, son una gran carga, para cualquier gobierno del mundo, reducirlo sólo a 3  mil millones, por lo menos. 

         Ahora, que estamos desafiando el futuro, sabremos construir y dar gratuitamente, por lo menos, ½ millón de “casas populares”, para los que viven en extrema pobreza, durante cinco años que dure el nuevo, pero distribuidos equitativamente entre los diversos “pisos ecológicos”, y no “regiones” que es una terminología traída por los conquistadores hispánicos, la cual tiene la laberíntica realidad peruana. 

        Finalmente, los peruanos del Siglo XXI, no desean un gobierno de extrema derecha, pero tampoco un “socialismo” salidos de las canteras de Evo Morales, ni Hugo Chávez, peor aún de un Nicolás Maduro, que envió al destierro a más de 7 millones de venezolanos, a vivir de la mendicidad, del robo, del homicidio o del asalto en las grandes urbes de Latinoamérica. Por eso, alguien ha dicho, ni con la derecha, ni con la izquierda, simplemente, escogemos una posición ecléptica. Estos nefastos “juegos geopolíticos”, pueden hacernos caer, irremediablemente, en la grieta de los ensueños y alejarnos de la realidad existente, llevándonos a una vorágine económica, sin precedentes en la historia nacional. 

        En última instancia, tengamos, muy en cuenta, lo que ha dicho David Harvey, refiriéndose al panorama peruano y latinoamericano: “(…) el neoliberalismo ha sido un proyecto de la clase camuflada bajo una proteica retórica de libertad individual, el liberalismo, la responsabilidad personal, la privatización y el comercio libre”.