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Pastillita para el Alma 11 – 10 – 2022
Jaimito Cárdenas Bustíos, no fue un ciudadano cualquiera o un hombre que fácilmente pasa desapercibido en nuestra sociedad, tan venida a menos en estos últimos tiempos. Fue un personaje excepcional, tachonado de virtudes, que deslumbró, en el camino de su larga vida, haciendo el Bien, en beneficio de los más necesitados. Nacido en la ciudad de Piura un 07 de junio 1936. Fue el mayor de 4 hermanos; se forjó como se funde el acero, en la universidad de la vida, destacando y brillando con luz propia, en muchas actividades en las que se desempeñó, con la pureza de espíritu y la blancura de su corazón.
Contrajo matrimonio, en la ciudad de Piura, con la dama limeña, la señora María Alicia Palacios, con la que trajeron a este mundo tres lindas hijas mujeres, todas ellas, estudiantes del Colegio de Las Canonesas de la Cruz, que endulzaron, con el Amor de Cristo y dieron mucha alegría y felicidad a su hogar y que, en el devenir del tiempo, aumentaron su familia con nietos y bisnietos. Este feliz matrimonio Cárdenas Palacios iban a cumplir 58 años de vida conyugal el próximo 8 de diciembre.
El señor Jaime Cárdenas empezó a trabajar en el Banco de la Vivienda en Piura y luego trasladado, con toda su familia, a la ciudad de Lima, en un puesto más importante y después de un tiempo prudencial, por su gran capacidad de organización y administración, es enviado a la ciudad de Cajamarca, al frente de la sucursal del Banco de la Vivienda, en donde permanece por varios años, viviendo en el distrito de los Baños del Inca.
Jaime Cárdenas Bustíos, ingresa al Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Perú el 23 de setiembre de 1956, al parecer en la ciudad de Piura y luego hace su carrera como oficial en la ciudad de Cajamarca, donde llega a ser jefe de la compañía de Bomberos N° 59 y crea, por su afán de servicio indesmayable la Compañía de Bomberos de los Baños del Inca. Es jefe departamental de la Compañía de Bomberos de Cajamarca y pasa a la situación de retiro, por límite de edad, el año 2007, después de una fructífera vida de 51 años de voluntariado. Jaime Cárdenas infinidad de veces se le ha visto con su equipo de protección de bombero en infinidad de incendios forestales en los altos pajonales de los cerros de Cumulca, o salvando niños y mujeres en incendios en la ciudad de Cajamarca o rescatando heridos en los accidentes de tránsito por el cerro de El Gavilán. Muchas de las víctimas que fueron salvados de morir o de cargar lesiones como secuelas graves, siempre agradecían a su ángel salvador, aun cuando salió de servicio y ya residiendo en Lima, jamás abandonó a sus hermanos bomberos y estaba siempre atento de prestarles apoyo a través de sus amigos en los hospitales de la gran Lima.
Jaimito, como le llamábamos cariñosamente todos sus amigos, fue un ferviente católico, muy piadoso de la Virgen de Guadalupe, cuya fotografía guardaba celosamente en su dormitorio y ante cuya imagen rezaba junto con su esposa y sus adoradas hijas, los Padre Nuestros y Ave Marías, que aprendió en el regazo de su santa madre, allá en su lejana Piura; esta forma de culto lo extendió luego a sus nietos y bisnietos, pidiendo siempre por la salud de su familia y de sus amigos en general.
Gran estudioso de temas filosóficos y de obras clásicas en general, siendo miembro de la organización esotérica “Libertad Universal N° 27, donde ocupó la silla del rey Salomón, desempeñando su cargo con gran eficiencia y velando siempre por la amistad y la armonía de sus miembros. Alcanzó el más alto grado capitular en el Rito Escoses Antiguo y Aceptado y fue Gran Guarda Mayor en la Gran Logia de los Antiguos, Libres y Aceptados Masones del Perú, desde donde apoyaba constantemente a los miembros de la Orden, velando por su salud, tanto de ellos como de sus parientes, sin olvidar jamás a sus amados bomberos, a los que les consideraba como miembro de su núcleo familiar.
Cultivó la amistad en su más amplio sentido, amigo del rico y del pobre, con un trato preferencial de igualdad y lleno de gran ternura a todos los que se le acercaban. Fue un hombre nacido para servir, él convertía la noche en el día y estaba presto a llamar a sus amigos médicos para ayudar a los muchos enfermos que conocían de su gran corazón.
El 09 de octubre del 2022, aproximadamente a las 04 de la mañana, alzó su viaje hacia a la eternidad, mi entrañable amigo, hermano bombero y de la Orden, en un plácido vuelo, como un ángel que extiende sus alas al infinito, despidiéndose de su adorada esposa y de toda su parentela, soltando la manito de su bisnieto, que, en su afán de retenerlo, se aferraba a él.
Hasta pronto Jaimito, solo nos llevas la delantera y te vas a ocupar un lugar preferencial en el cielo al lado de nuestro Padre Celestial, allá te esperan tu Virgencita de Guadalupe, la Virgen de Dolores de Cajamarca y la de Natividad de los Baños del Inca, junto a un coro de ángeles, que te seguirán cantando ALDILA y tu amada esposa María Alicia y tus idolatrada Familia, compensarán en algo su pena, con el recuerdo de todo el amor que les diste en esta tierra.
SEÑOR BRIGADIER MAYOR, I P H, DON JAIME CÁRDENAS BUSTÍOS, DESCANSA EN PAZ
Jorge REINA Noriega
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