BONDADOSO, SI … TONTO, NO.

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Pastillita para el Alma 21 – 07 – 2025

Desde que naces, toda la gente, te recomienda: “Se bueno, comparte tus cosas, ayuda a la gente” y uno crece, llevando esa recomendación que, golpea, constantemente, en tu cerebro y cuando ves a alguien pidiendo limosna, preparas, inconscientemente, unas monedas para ayudarlo; … nunca se cruza por tu mente, el destino de ese dinero, … se usará en situaciones útiles, para suplir necesidades alimenticias o medicinas o, de repente, como sucede, la más de las veces, para comprar drogas o bebidas alcohólicas.

Pocas personas, reconocen este acto de altruismo, … la capacidad de dar algo, a cambio de nada. Hay muchos que no creen en la Bondad, menos en la caridad, para ellos son actos banales.

Inclusive, esto te decepciona, aún más, recordando, a la que ahora, te sonríe y te pide favores personales y de beneficio pecuniario, cuando, tiempo atrás, lleno de poder, sentada frente a un escritorio, te recibió muy descortésmente, cuando ibas pedir una gracia, no personal, sino, para un grupo humano; … es cierto, quizás no recordaste ese mal trato o, es tu manera de ser, el corresponder un bien por un mal o la justificas … “que la encontraste en su mal momento”. Sin embargo, aquí sigue lo absurdo, pues, con artes muy “gentiles” la anónima dama, consigue fácilmente, gracias a tu influencia, ubicarse en un puesto en el que no la correspondía y ahora, ni te recuerda, pavoneándose que, sus ascensos, son gracias a sus méritos.

Sinceramente, es bueno tratar de ayudar a la gente, verdaderamente necesitada, con ciertas limitaciones y siempre y cuando tengan un reconocimiento de tu bondad y el beneficio obtenido no es por una obligación y ni consideren que siempre vas a estar para socorrerlos.

Es importante saber decir NO, cuando el pedido es “imperativo o el clamor reiterativo, las súplicas incisivas” y además, no encajan dentro de nuestro bienestar de tranquilidad y paz espiritual.

Cierta vez me crucé con una señora, de aproximadamente 55 a 60 años, que vivía en una habitación de clase media, no trabajaba, ni tenía ninguna renta, … dijo, ser madre de una hija de más de 35 años, con un empleo regular, quien la había olvidado casi por completo. Esta señora, en su comportamiento, no reflejaba humildad ni despertaba signos de necesidad, se mostraba segura y un poco altanera en su trato con la gente, …  ayudaba a un joven pastor evangélico que predicaba La Palabra de Dios, en las zonas marginales de la gran ciudad, así como, también era la encargada de ver por la salud de los enfermos de dicho lugar, a donde concurría solo los domingos por la mañana. Vivía cómoda y sin preocupaciones, pues el pago del arriendo de su vivienda y su alimentación, era cubierta, según ella decía, porque: “El Altísimo proporcionará”, en cuanto, a las medicinas, que ella repartía para los enfermos, eran proporcionados, por una dama de “muy buen corazón” encargada de adquirirlas en las boticas o farmacias de la gran ciudad, quien, en determinado momento, enérgicamente dijo “Ya basta” cuando descubrió que las medicinas eran vendidas y no por la encargada de repartirlas sino por los supuestos enfermos.

El “Basta y el NO enérgico” siempre será necesario cuando, sus pedidos de gente aparentemente “necesitada” se convierte en un abuso y falta de dignidad y honestidad para el que ayuda, muchas veces. Aparentemente.

Hay muchísimos casos, donde los lobos vestidos con piel de cordero, aprovechan de la buena voluntad de gente piadosa que dona ingentes cantidades de dinero en beneficio de personas necesitadas, de enfermos con escasos recursos económicos, niños con malformaciones congénitas o víctimas de quemaduras o por actos del terrorismo, sin embargo, en estas organizaciones, felizmente no muchas, lo rescatable y admirable, son la gran cantidad de “Voluntarios” de ambos sexos, la mayoría jóvenes estudiantes o personas adultas, que pagan sus pasajes, su estadía, su alimentación y lo más destacable son los profesionales que, a cambio de nada, ponen al servicio de los más necesitados, su ciencia, sus conocimientos y su experiencia, lamentablemente para los que se rasgan las vestiduras, ponen todo su empeño, nadie los reconoce y ni siquiera las gracias, por los organizadores, quienes en el colmo de lo anormal, ni siquiera, dan cuenta, de lo que recibieron y en que fue utilizado las donaciones.

Un ejemplo, lógicamente, sin quitar méritos a otras organizaciones similares o mejores, con los mismos o mayores principios y valores de Ayuda y Bondad, para mí, es el CUERPO GENERAL DE BOMBEROS VOLUNTARIOS DEL PERÚ, donde jóvenes estudiantes, de ambos sexos, adultos de mediana edad, padres de familia, hombres y mujeres de Bien, profesionales en las diferentes ramas del quehacer  humano, ponen su voluntad,  esfuerzo,  energías,  conocimientos, sus habilidades manuales e intelectuales y hasta su propia vida a CAMBIO DE NADA. Hombres y mujeres probos, honestos, sin tacha moral, escogidos y seleccionados por DIOS para servir, como Instrumentos de Su Sagrado Poder, en beneficio de los que les necesitan. Ellos no tienen Familia, ni días de descanso, ni sábados ni domingos, ni de cumpleaños, tampoco horario que cumplir, fiestas de guardar o de aniversarios, ni familiares enfermos o muertos,  cuando EL DEBER LOS LLAMA y al escuchar el ulular de la sirena, salen presurosos, pidiendo llegar a tiempo, sin tener en cuenta, el golpetear furioso dentro del pecho ni las gotas de sudor que caen como lluvia invisible, por debajo del pesado capotín, que ahora parece una pluma, miran solo al frente, sin ver nada, todos, absolutamente todos, son conscientes que, puede ser su último viaje.

Son gente valiente, audaces, gente sin miedo, hechos para pelear en la batalla hasta la última gota de sudor, para ellos no hay enemigo chico, siempre al que se enfrentan, es grande y la victoria depende del esfuerzo de todos unidos, como una gran cadena de solidaridad.

Para muchos de nosotros, ahora en nuestros cuarteles de invierno, solo nos queda, en la memoria, el escenario del teatro de las actividades donde, actuamos, como actores principales o secundarios, pero, nunca jamás como extras o solo para la foto.

La sensación y efecto de la adrenalina mesclada en el río torrentoso de nuestros vasos sanguíneos, recuerdos de los gritos lastimeros de personas pidiendo ayuda, la voz enérgica del jefe del comandante de operaciones, el aire enrarecido por el hollín de productos químicos, el grito desgarrador de una persona quemada y rescatada de las llamas del fuego o los improperios y maldiciones de aquellos atrapados entre los fierros retorcidos y muchas veces, el traquetear de las balas en las épocas del terrorismo, en la oscuridad impenetrable de las noches de apagones y en … ese estar, verídico, lejano y antiguo, … de repente vuelves a tu presente, abres y cierras los ojos y te das cuenta que, ahora solo llevas, en tu mal trecho corazón, el dolor de ser viejo y con un inmenso suspiro, traducido en plegaria, elevas una oración silente a DIOS Y  A  SU MADRE SANTÍSIMA, dándole gracias por haberte permitido, con honor y orgullo  SER BOMBERO VOLUNTARIO DEL PERÚ y pides que tus Hermanos del Fuego, ahora en actividad, tengan siempre Tu Protección y Bendición.

Jorge REINA Noriega

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