SOLEDAD QUE MATA

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Pastillita para el Alma 06 – 07 – 2025

La Soledad, no es estar aislado entre cuatro paredes, en una cueva en el cerro, o en una choza de caña brava en el desierto. Soledad, es vivir entre la gente, mezclarse en el bullicio de los que te rodean, hablar y opinar en un pequeño grupo de gente conocida y … captar, la mirada vacía, inexpresiva, la cual te hace sentir ausente y convencerte que eres invisible, para los que, ayer te rendían pleitesía y con besos y abrazos expresaban sus sentimientos de amor y gratitud, por los montones de favores, que a raudales ofrendabas, a cambio de nada. Entonces, te preguntas, en el silencio eterno de un suspiro “¿Para qué estoy en esta tierra?” … acaso fue muy poco y sin importancia, todo el esfuerzo de tu vida, entregada al servicio de los demás, sin pensar jamás en tu beneficio o el de tus seres queridos, a los cuales muchas veces olvidaste, viviendo solo para los demás, … acaso, no valió la pena, todas las veces que pusiste, tu integridad física, al filo de la navaja, donde un simple descuido, era rodar al abismo o caer al suelo por una bala perdida, en épocas que, la patria se desangraba por manos asesinas, … trabajé en la mata del poder del gobierno, sentí en carne propia el valor de los galones y las estrellas de los que, todo lo pueden, … me asombré, del trato tosco e inhumano a los enfermos en los hospitales, en los cuales se atienden los pobres, pero, también, miraba con asombro, como aquellos “matasanos prepotentes y orgullosos” cambiaban, vergonzosamente, en su trato, ahora, “sumiso, humilde y compasivo” en las clínicas en lo que los “enfermos ricos”, se atienden, por una febrícula, un esguince o una enterocolitis banal, mientras, los pacientes “pobres”, con enfermedades graves, imploraban una palabra dulce y compasiva y con lágrimas y las manos en oración, imploraban una cama para la hospitalización del bebito con meningitis, o del viejito, con una insuficiencia cardíaca que apenas podía respirar.

Experiencias de joven, … una de mil, … situaciones que, ahora en el largo camino de mi existencia, me llevan a reflexionar y pensar, tal vez, viendo muy cerca, su cara huesuda y la guadaña en sus manos,  a ese enemigo invencible, con el que pelee, como los buenos y muchas veces, le gané batallas, pero, la mariscala, doña Muerte, siempre triunfa en  la guerra que, a los homos sapiens, descrito por Yuval Noah Harari, habitantes de este inmenso mundo, lo que nos falta, es la esencia de lo que representa EL AMOR, … cumplir ese mandamiento que, DIOS, tomando la forma de hombre, vino a este mundo, como Jesucristo y nos enseñó “Ama a DIOS, sobre todas las cosas y a tu prójimo, como a ti mismo” y nosotros, especialmente, cuando somos jóvenes, creyentes o no, pensamos, ser  inmortales y olvidamos que, los ríos, empiezan, como un simple arroyuelo, recorren valles, cerros y montañas y todos terminan en su viaje final, el inmenso mar. En cambio, muchos viejos, vanidosamente llamados los de la “Tercera edad” que ya no contamos los años vividos, sino tratamos de adivinar los años que nos faltan, para ir, como los ríos, a nuestro destino final, la tumba fría, … de repente, se vuelven inmensamente piadosos, se golpean el pecho, no faltan a misa, se confiesan, reciben la Hostia Bendita, hacen cadenas de oración, adictos al rezo del Santo Rosario, leen la Biblia y hacen actos de caridad en secreto, dándose la maña para divulgarlo en forma muy discreta, creyendo que el Ojo que todo lo Ve, todo lo Puede y todo Sabe, quizás pueda ser engañado, … felizmente, aunque viejo muy viejo, no soy componente de ese selecto grupo de ancianos y confieso sinceramente, haber sido, soy y seré católico, creyente en Cristo y su Madre Santísima, la Virgen María, con muchos defectos y pocas virtudes, aunque cierta vez, en mi hermosa e inolvidable Chachapoyas, por fundar una sociedad secreta, fui considerado como anticristo y ajeno a mi formación cristiana.  

Admiro muy de veras, a las personas, cualquiera sea el motivo, su cambio de comportamiento y su entrega a las Obras de DIOS, con lo cual, no sé si salvarán sus almas, pero, hoy en día, hacen mucho bien a las personas socorridas. El Dr. Mario Alonso Puig, médico cirujano, retirado de la actividad médica, convertido en un gran conferencista, recomienda la Meditación, como un medio muy eficaz para encontrarse así mismo, en su vida espiritual, el cual debe ser por propia voluntad y no por imposición y en el cual, estoy haciendo mis pininos, con relativo provecho de calma y tranquilidad.

En la vida, lo mejor es sembrar semillas para convertirse en árboles, dadores de frutos valiosos o cuando menos sirvan, para que los peregrinos y caminantes se protejan de la luz solar o de la lluvia. También ser sembradores en nuestra comunidad de semillas de amor y de bondad, para conseguir la Felicidad y la tranquilidad espiritual, siendo justos en todas sus dimensiones, honestos en nuestras acciones, pidiendo PERDÓN y perdonando a los que nos perturbaron o pusieron nubes borrascosas en nuestro sendero, de por sí, maltratado por dolencias y preocupaciones, que no dañan el cuerpo físico, pero, dejan llagas sangrantes, adicionadas a las que están latentes y las llevamos puestas  hasta la muerte, pero, con la dignidad estoicamente de saber cargar penas , sin mostrarlas a nadie, porque a nadie los importa, no contagiando tristeza, con la cara melancólica y mal humorada, productora de miedo y no de compasión, ni tampoco, escondiendo tu personalidad, bajo un vestido desaliñado, viejo y anticuado, zapatos gastados, mal lustrados, oliendo a olvido, sin una colonia o perfume que disimule tu mal aliento y los olores de la vejez,  creyéndote intocable, gritando y malgeniado. Insensato, olvidaste, que el tiempo cambia y tal “como te vistes, así te tratan o lo peor de todo, te evitan, porque los aburres y fastidias”

El poco tiempo que nos queda, debe ser para disfrutar y ser felices, siempre, recordando que, la FELICIDAD es de nosotros, sale de nuestro interior, nadie nos da de fuera u obsequia, inclusive ni  la persona que te regaló sus encantos y se durmió en tus brazos, o de los hijos, tan amorosamente criados, convertidos, en adultos con sus propias responsabilidades o de aquellos, que lejos de traerte paz, motivan tu eterna intranquilidad y perturbación emocional y, sin darte cuenta, te quitó la alegría del mundo que ayer gozaste, de los amigos con los cuales te solazaste, olvidando, en tu profesión, a los médicos antiguos, de la Escuela de Hipócrates, curando a sus enfermos con el afecto, con las palabras amables con que trataban a sus pacientes, con la dulzura que ponían en sus linimentos y pomadas, en sus cucharadas y jarabes. La amabilidad y la bondad, calma a las fieras, produce cambios en el comportamiento humano. El Dr. Puig relata que un hombre, en el colmo de la desesperación, resultado de una discusión con su esposa, decidió suicidarse, … se arrojó a un automóvil, en una avenida con mucho tráfico, esperando lo peor, pero, para su asombro, escuchó el chirrido de una frenada brusca y cuando miró al conductor que, lejos de estar reaccionando con improperios y frases disonantes, como hace la mayoría, vio una linda sonrisa de una señorita, que cambió su actitud y lo hizo comprender lo maravilloso de vivir y que todos los problemas tienen solución y como por arte de magia, mientras escribo esta Pastillita para el Alma, suena en mi memoria, esa linda canción del Trio Los Panchos: “Perdón cariñito amado, perdón, si es que te he faltado, perdón vida de mi vida, ángel adorado, dame tu perdón” y dejando el teclado, total nadie me apura, busco en el Google, ese bolero, que tantas veces lo escuché, en las noches de paz inolvidable, en la plaza de armas de la Fidelísima ciudad de Chachapoyas, dando vueltas incansables, mirando el cerro de El Colorao y como tintineaba el farolito de la Sabarbeín, solitaria, buscando al hombre de sus amores, que según cuenta la leyenda, fue abandonada o se fue con  él, pero, por “cobarde” no tuvo el valor de pedir “PERDÓN”

Sin lugar a equivocarme y como dicen, los poemas y las canciones románticas de otras épocas, el AMOR es la medicina maravillosa, … cura todas las enfermedades o al menos, trae consuelo, a los que sufren una dolencia del cuerpo y el alma, …  Amar, es comunicar “con palabras” lo que bulle en el corazón, porque, alguien que te ama y se porta mudo, como una tapia, te duele, te daña. El silencio, en la pareja, aleja como una sombra melancólica, creciendo la duda, si es por una queja o una dolencia que no te quieren participar. El amor es valiente, debe expresarse sin temor, sin miedo. El amor y el perdón, nacen y crecen en el corazón y da felicidad al que lo tiene y al que recibe. La persona que ama de verdad, sabe pedir PERDÓN y perdona. La fuerza del amor es como un rayo de luz que se filtra por una rendija e ilumina una habitación oscura, donde hay sentimientos y resentimientos, quejas y olvidos, mal tratos, como venenos del alma, alimentados en las sombras de la culpa, en el temor y el miedo, en la vergüenza y la amargura y florece en los cobardes que les falta la valentía de lanzar la PALABRA, mantenida, indecisa y aprisionada entre los dientes, por mezquindad y espanto, originando, sufrimiento en el que lo retiene y en el que, soberbio y orgulloso, no es capaz de sacar fuerza de flaqueza y lanzarse al rio torrentoso que le priva de la felicidad que tanta falta hace y donde, los que más sufren, son los seres queridos que los rodean y pagan las consecuencias de sus desatinos y sus pavores.

AMOR Y PERDÓN, son de valerosos y no de pusilánimes que, echan la culpa al destino, a la mala suerte, a su mala cabeza, se atormentan y hacen sufrir, al que antes turbó sus sentidos, cambió su vida y compartieron momentos de dicha, paz y felicidad en un hogar soñado que, como un castillo de naipes se fue hacia abajo y ahora, se mueren de  miedo de  comenzar de nuevo, con más Fe en Nuestro Padre Celestial, levantándose de sus errores y demostrar con hidalguía “no estar vencidos” y afrontar con decisión escollos y malas voluntades con la seguridad de ser triunfadores, porque el tiempo pasa rápido y la vida se termina, sin dar importancia a los hacedores de infortunios.

En la vida hay que aprender a ser Sol, brillar intensamente, para todos, sin egoísmo, aunque haya una nube que trate de ocultar su poder, porque la nube desaparecerá, la noche vendrá y mañana volverá a salir, radiante, dando alegría, salud, bienestar y paz espiritual. Comienza de nuevo siendo Sol y si no deseas que te juzguen envidiando tu brillo, se como el “aire” que a todos favorece y nadie lo da importancia, hasta que en una cama de un hospital te das cuenta de la valía de su presencia y lo que antes era gratis, como la luz solar, ahora te cuesta un ojo de la cara y comprendes lo importante que es para la vida, como el amor y el perdón para conseguir la felicidad que tanta falta nos hace especialmente cuando eres viejo, tiritas de frío y no hay nadie que te alcance un vaso de agua para calmar tu sed o a quien contar tus cuitas, para calmar tus tormentos y aflicciones.

Jorge REINA Noriega

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