31/10/17 - 05:07

Por: PERCY ZUTA

Cuando hablamos de la escuela, en su mayoría para los niños y jóvenes, es una etapa por la que hubieran querido evitar, a pesar que sabemos lo fundamental que es para lograr objetivos. La casa formativa que hoy se denominan escuelas o instituciones educativas, en nuestro país, tienen problemas de control emocional y valores, que es complicado cuando les toca afrontar actitudes o comportamientos de alumnos que en su mayoría acarrean problemas desde el hogar, reflejándose en violencia social.

Es claro que; las escuelas no están preparadas para conocer problemas de sus alumnos, cumplen su función y subsisten con el objetivo principal que es brindar conocimientos por parte de su plana docente, pero dejando en segundo plano o al menos no con la prioridad que se quisiera, a medir la actitud y comportamiento de sus estudiantes dentro y fuera de un salón de clases. No es para menos y no me sorprendería, si es que no hubiera revisado los indicadores que nos muestran las estadísticas y los medios de comunicación, que realmente son alarmantes.

Al respecto Hugo Coya columnista del diario el comercio, hace unos días indicaba que: “Es hora de que la escuela se transforme en un lugar seguro para todos y no en un espacio de persecución al diferente”, me tome la curiosidad de saber cuál era el significado y por qué se tendría que satanizar comportamientos de adolescentes que bien puede ser responsabilidad temporal emotiva o de moda. Siempre pensé que no era para tanto, si es que nos ponemos a comparar con épocas anteriores, algo que en particular solo me tocó la de espectador o el de escuchar algunas historias de amigos muy cercanos (arrugaste me dirán los mal entendidos).

En la actualidad, las escuelas en el Perú, están cambiando de cara y luchando incansablemente en al menos intentar mejorar el nivel de aprendizaje, pero hasta hoy; solo en el papel y para sustentar la chamba. Nos hemos preguntado: ¿Cómo estamos por dentro? ¿Cuál es la convivencia y el trato entre compañeros que se mantiene como enigma durante años, donde nuestros abuelos, padres, yo y mis hermanos, y de seguro mis generaciones también presenciarán este gran problema que hoy por hoy se conoce como bullying?.

En el Perú, 75 de cada 100 escolares han sido víctimas de bullying (violencia física y psicológica) por parte de sus compañeros, según una encuesta realizada el año 2016 por el INEI y el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. En este 2017, en lo que va del año escolar, fueron reportados más de mil seiscientos casos en las instituciones educativas del país, si a esto lo sumamos otro tipo de agresión, tenemos el ciberacoso, que se realiza utilizando medios digitales (celular, computadora o tablet) y ocurre frecuentemente por las redes sociales como Facebook, twitter, Instagram, Whatsapp u otros.

Algunos especialistas del medio, señalan que las causas más frecuentes de agresión en las escuelas, son por las diferencias sociales y económicas, religiosas, étnicas, sexuales y de género, así como la apariencia personal o la discapacidad. Estas causas se transforman en violencia que cobra un alto impacto negativo en la autoestima y el rendimiento escolar de la víctima, que además puede tener dificultades para relacionarse con otras personas, reflejando soledad, vergüenza, llegando muchas veces al suicidio.

Nuestra región Amazonas, no es ajeno a estos problemas, los motivos más comunes del bullying que se transforman en peleas están vinculados a la apariencia física y a la timidez. Entre los motivos más comunes de violencia están el ser callado (92), las características físicas (107) o, simplemente, porque no existió un motivo específico (74). También figuran por ser de zona rural (18), por el color de piel (13), por la orientación sexual (97) y la creencia religiosa (12). Según los últimos datos actualizados presentados por el INEI - 2016.

Ante estos hechos suscitados de violencia callejera que se vive en nuestro departamento, se sabe de grescas entre jóvenes tanto en varones y en mujeres, que inician con un “A la salida nos vemos” para un pacto de bronca callejera. hace una semana, en Bagua se reportó una pelea entre dos estudiantes que culminó con la muerte de uno de ellos. Así, cuántos casos habrá de niños en las escuelas que viven enfrentando el miedo y el terror porque no se toman medidas para evitarlo, niños marcados con el maltrato en los colegios y que con el tiempo crearan violencia como único camino para demostrar su hombría. Es un hecho que tenemos que darle solución prontamente

La DRE, Las UGEL, y el MINEDU tienen una gran responsabilidad, sobre todo para realizar trabajos por el lado preventivo, designar responsabilidad a los tutores, que dentro de sus sesiones toquen temas de violencia escolar y sus efectos. Pero también está la familia, en la formación de sus niños y niñas, que son los que crean los valores para sus hijos y de ellos también es importante, su formación y seguimiento. Entendamos que los papás son los únicos responsables de instaurar o no, conceptos de bondad o maldad, egoísmo o compañerismo, tolerancia o violencia, igualdad o exclusión, convivencia o desorden, de lo contrario sus hijos terminarán en un ruido de arengas mientras se enfrentan en una pelea callejera que con suerte termine como anécdota o lo que es peor con un triste final.

Un aprendiz de 80 años.