09/04/25 - 04:50
Pastillita para el Alma 09 – 04 – 2025
En determinadas oportunidades, la vida, nos muestra la cara fea del comportamiento humano y sin querer, nos sorprende, cuando una visita, al parecer amical, nos presenta un escenario de tristeza, mesclado con los dolores de los pacientes que, ya tienen bastante, cargando sus dolencias y encima, soportar las dificultades, producto de la indiferencia de personajes indolentes que lo único que quieren es llenarse los bolsillos con dinero mezquino y mal habido, entonces nos quedamos con la mirada pasmada siendo testigos virtuales de lo que muy serio y con gesto adusto y sereno, escuchamos al buen hombre, quien informa todas las carencias tales, como un tomógrafo, ecógrafos y un aparato de hemodiálisis “prestado” que no funcionan, así como falta de sábanas, frazadas y pijamas de una casa de salud, que creíamos funcionaba de maravilla, … entonces, entendemos, la actitud estupefacta, de los que atentos escuchan y seguro piensan, en el mejor de los casos que, por lo urgente y fácil, debe ser la municipalidad, el gobierno regional, los que compren las sábanas y las frazadas y en eso, talvez, tienen toda la razón, porque si esperamos al gobierno central, allí, es donde comienza el problema burocrático, con el tiempo que se hacen todos los trámites, la presentación de propuestas, evaluación de las mismas y luego, la santa espera que, salga la licitación, para favorecer, a un dichoso familiar o amigo del influyente dirigente y mientras tanto, no importa que, los pacientes sigan soportando el frio, lleguen los resfríos, luego quizás una bronconeumonía o de repente algo más lamentable, en tanto, los dirigentes del nosocomio y todo su personal, supongo, duermen plácidamente y muy abrigados con sus edredones de felpa, frazadas de alpaca, en sus camas con somier y colchón, quizás de agua temperada que, dicho sea de paso es muy cómodo y evita las escaras.
Estoy de acuerdo y le doy integrantemente la razón, cuando nuestro apreciado informante, dice que el tomógrafo, el ecógrafo están fuera de uso por “falta de mantenimiento” lo que significa, un descuido total de la persona o las personas encargadas de su funcionamiento, debiendo ser severamente llamados la atención, porque esos aparatos tienen que tener un cuidado muy especial en su atención, ya que tienen vital importancia para el diagnóstico y tratamiento adecuado de los pacientes … aunque, los cuales, tal vez, no tienen la culpa que hayan sido adquiridos, quizás, de marcas desconocidas y sin garantía, existiendo responsabilidad, en los que los adquirieron.
Es inadmisible que exista un equipo de diálisis en calidad de “préstamo”, según el informante y lo peor que, no funciona, porque el hospital debe más de un año, … me pregunto ¿por qué el dueño no lo reclama y porque los dirigentes no lo devuelven evitando que aumente la deuda? y además la pregunta cae de madura ¿Cómo se la ve el especialista para solucionar los problemas de los paciente con insuficiencia renal que necesitan diálisis? los cuales, seguro tienen que atenderse, “si o si”, cada 3 o 4 días … seguro lo hacen en instalaciones privadas, con el perjuicio de los pacientes y beneficio de los dichosos propietarios de clínicas. Ese equipo, es tan urgente y necesario para desintoxicar a los enfermos y de uso importante del médico especialista y del personal técnico en esos menesteres, los que seguramente no tienen trabajo, salvo que, siendo especialistas tan calificados y escasos, presten sus servicios en otros lugares.
Permítanme, un comentario simple y resumido, gracias al informante que tuvo la gentileza de hacerme llegar un video como resultado de su visita, con un grupo selecto de personajes, los cuales, fueron recibidos, muy generosamente por el máximo dirigente de dicho nosocomio, del cual, no pongo su nombre que, seguramente va a comprender el respeto y afecto que lo profeso y al que conozco desde cuando era “guagüita” y fui muy amigos de sus padres y aprovecho para recordar que, casualmente, fue en la casa de sus viejos (QEPD) donde conocí a la dama que es mi compañera, en estos casi 60 años de feliz matrimonio. Con motivo de la falta de sábanas, frazadas y pijamas faltantes en un establecimiento de salud de nuestra localidad, me permito recordar a tres oficiales de Sanidad de las Fuerzas Policiales del Perú, que fundaron la “primera clínica” para atención de pacientes en la Fidelísima, lógico, la primera, sin contar la que tenía don Elías Ramos, en la rivera del rio Utcubamba, de donde enviaba, a la ciudad, pacientes “difíciles” a los cuales ya no podía curar. Esta muy famosa clínica de la Sanidad, en esos tiempos, estuvo ubicada, en la calle de El Comercio, a una cuadra y media de la plaza de Armas, contaba en el segundo piso con un pabellón con diez camas de madera, completamente implementadas con su ropa de cama, bacines para cada paciente, mesitas de noche, atendidos por enfermeros calificados, que además hacían labor de ayuda a la comunidad, administrando inyecciones, en forma gratuita, a pacientes ambulatorios, en la época que las jeringas se esterilizaban en agua hirviendo y no había las desechables de ahora. Había una farmacia que vendía medicamentos a precios inferiores de las que se vendía en las tres boticas de ese entonces y lo mismo que en la farmacia de la señorita Alejandrina, la cual, con su bondad de siempre, nunca puso ninguna observación al respecto. Uno de los oficiales inclusive tenía el único equipo de Rayos X de 50 miliamperios que había en Amazonas, así como un equipo mínimo de Laboratorio y una caja de lunas para medir la agudeza visual, evitando que los pacientes tengan que viajar hasta Chiclayo para medirse la vista. Según tengo referencias, también, había un consultorio médico gratuito para enfermos de escasos recursos económicos de la población, así como un tópico de curaciones para realizar cirugías pequeñas con anestesia local y en el primer piso, había una sala de conferencias, para charlas médicas y litúrgicas de una agrupación llamada ICTUS, donde, dos veces por semana, se reunían con diferentes personalidades civiles, eclesiásticas, pastorales y policiales dirigidas por los reverendos sacerdotes Reategui, Alvarado y Gates, con la asistencia de monseñor Morriberón, pastores evangélicos y la madre Antúnez de Mayolo, entre otros profesionales más, como profesores, médicos, odontólogos, abogados y personas notables de la localidad.
¿Cómo hicieron, estos tres oficiales de la Sanidad de las Fuerzas Policiales, para hacer realidad ese sueño, casi imposible, sin un presupuesto especial, en una casa arrendada? Pregunté, a uno, de esos oficiales, autores de esa hazaña, el cual, ahora está, en sus cuarteles de invierno, con la mirada cansada, la espalda encorvada, con el timbre de su voz poco audible, pero, todavía con la mente lúcida … Se quedó en silencio largamente, suspiró profundamente y exhaló una bocanada de aire, que se perdió con el suave viento de un plácido atardecer, con la cabeza erguida, se acomodó pausadamente en su sillón y con sus ojos, en una mirada profunda y penetrante, parecía estar buscando en los caminos recorridos del torbellino lejano de su memoria y se atrevió a balbucear, modulando el timbre de su voz:
“Todo es posible en esta viña del Señor, cuando hay hombres de buena voluntad, amantes de lo que saben hacer y cumpliendo con honestidad y amor a la humanidad, las funciones propias de su profesión” luego, hicimos una entretenida conversación, minuciosa y con lujo de detalles, la cual la relato en forma muy resumida cómo empezó, mencionando que, pidieron colaboración voluntaria de los comerciantes y del público en general, los cuales, no escatimaron esfuerzo para hacer realidad un “remedo de clínica” que daba atención en forma muy eficiente al personal y sus familiares de la Guardia Civil, Policía de Investigaciones y Guardia Republicana, También menciona que los reclusos de la Cárcel de Santo Domingo eran atendidos de sus dolencias en su penal, los cuales colaboraron haciendo los catres, las sillas y las mesitas de noche, a un precio muy especial y con madera también donada.
El tiempo pasa inmisericorde, los minutos se esfuman y esa visita que había planeado iba a ser rápida, duró más de dos horas , saboreando una taza de delicioso café y escuchando anécdotas y cuentos de una época remota, muy lejos de la capital, en las que se suscitan cosas, se realizan hazañas impensables, donde la necesidad obliga a esforzarse para conseguir la forma de ayudar a la población, sin contar con el apoyo de las autoridades y solo moviendo el corazón de la gente de buena voluntad, la cual, siempre va a estar lista, a extender su mano, cuando observa que hay honestidad y pureza de sentimientos de los que solicitan una ayuda en beneficio de la población misma.
Me alejé de la casa de mi entrañable amigo, el cual, se acomoda nuevamente en su viejo sillón, abre las páginas de un libro con pasta de cuero y se sumerge en la lectura que, es su única compañía, en esa biblioteca, atestada de libros de diferentes autores, mudos testigos de sus recuerdos y añoranzas, muchos de ellos inspiración de mensajes y sus escritos, guardados celosamente, esperando alguna vez, sean publicados.
Bulle en mi mente, las frases añejas, salidas del corazón de ese hombre anciano, que en su juventud, logró mover la esencia de los sentimientos de una población de noble estirpe y juntamente con sus dos oficiales subalternos, uno de ellos ya fallecido y un grupo de leales sanitarios, consiguieron lo que se propusieron y eso motiva, para que esta Pastillita para el Alma sea mensajera de una plegaria a Nuestro Padre Celestial, para que, mueva los corazones de todas aquellas personas bendecidas y favorecidas por la fortuna y, compartan una de sus sábanas o sus cobijas, para los que ahora cargando las cruces de sus enfermedades, calienten, sus cuerpos entumecidos por el frio de las heladas noches que aumenta sus dolencias. Hagamos todo lo posible, para que nuestros enfermos, no pierdan la Fe en Nuestro Padre Celestial, ni su esperanza en la bondad de los hombres y que nuestra forma de compartir, sea como un ancla o una cadena que nos sostiene y nos permite seguir amando la vida, con todas sus ingratitudes, olvidando todo lo que perdemos, mientras nos consumen los años, cuando, comprobamos que ya no hay confianza casi ni en nadie, sin embargo, mostremos la cara sonriente y valiente, orgullosos de llevar una Luz encendida en el pecho que nunca se apaga, mientras exista la energía de un DIOS viviente que jamás nos abandona.
Porque tuve hambre, y no me disteis de comer;
Tuve sed, y no me disteis de beber;
Estuve desnudo, y no me cubristeis;
Estuve enfermo, y no me visitasteis.
Señor ¿Cuándo te vimos hambriento, sediento, desnudo y enfermo?
De cierto os digo, que en cuanto no lo hicisteis,
a uno de estos más pequeños, tampoco a mi lo hicisteis.
Palabra de DIOS … AMÉN
Jorge REINA Noriega
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