Con profundo dolor y en contra de la voluntad de mis principios de fraternidad y afecto que, me imagino tener y posiblemente, por mis actos humanos torpes y desatinados, no los sé manifestar, a las personas con las que tengo la suerte, de compartir muy frecuentemente y a  las que, en verdad estimo y respeto en forma incondicional, ahora, me veo en la obligación y necesidad moral de dirigirme y no, porque tenga los pergaminos o virtudes que me respalden, sino únicamente, en mi calidad de profesional de la Medicina, entendido en la sensibilidad de la gente y haber sufrido en carne propia, lo que duelen los actos desleales, los cuales, no tendrían importancia, cuando solo afectan, en forma individual pero, cuando dañan y matan las ilusiones de un ser querido, es que el malestar se hace mucho más doloroso.

Quizás, no es de conocimiento de todos, pero, hay sociedades selectas y escogidas, en que algunos seres humanos, tenemos la suerte de pertenecer, después de haber pasado por un tamiz muy escrupuloso, el cual ha evaluado, en forma minuciosa, todos nuestros antecedentes de diferente índole, con la finalidad de mantener un espíritu de franca amistad y fraternidad, entre los integrantes, para que reine la armonía y la paz entre los asociados, a los cuales, según nuestro desempeño, comportamiento y conocimientos, vamos ascendiendo, hasta alcanzar y obtener, por la gracia de los integrantes y llegar a ser el representante máximo de dicha agrupación, el cual, es elegido, por votación secreta, de acuerdo al criterio de los participantes y sin influencia de nadie en particular, ya que todos, según hemos sido admitidos, somos hombres éticos, morales, virtuosos y sin ninguna tacha que nos denigre, tanto en nuestra vida pública y familiar.

Muchos, por razones de trabajo, por problemas de salud o de razones personales y sobre todo por su honestidad y dignidad, valores envidiables, declinan llegar a un cargo de tanta responsabilidad, lo cual es comprensible y aceptado por los asistentes, sin embargo, algunos que, son la excepción, permiten ser reelegidos, por su excelente desempeño en su mandato y criterio bien intencionado, de los que así creen conveniente, sin embargo, quitan oportunidad, a dilectas personas que sienten ser maltratadas, por cuanto son privadas de un derecho que les corresponde y para lo cual se han preparado exhaustivamente, despertando además, la ilusión de su entorno familiar, en quienes queda la duda de los motivos de su exclusión, ya que por un concepto  mínimo de consideración amical, se debería de explicar . con sinceridad, los motivos por no llegar a tan distinguido cargo, lo cual serviría, para justificar el desasosiego personal y familiar, quien, creyendo en su derecho que le correspondía, se dedicó, a planificar y programar, juntamente con su ser amado, todas las actividades que iban a desarrollar durante el curso de su gestión.

Los cargos y los puestos, algunas veces, son muy tentadores, especialmente cuando son remunerados, porque les da poder, mando, prestigio, fuera de otros beneficios que lindan con la corrupción, sin embargo, los cargos sociales, son honoríficos, sin ningún beneficio personal y permite llegar a ocupar ese cargo para servir a su comunidad y a sus amigos. Algunos no se dan cuenta que nadie es indispensable en este mundo, como da a entender, con otros términos, Yokoy Kengy que, muchas veces los jefes y gerentes repitentes en los cargos, se vuelven soberbios y antipáticos sin darse cuenta que, el tiempo pasa y lo único que queda, son la huella de nuestros actos y a veces, solo los errores y el malestar de un resentimiento que suele perdurar. 

Frecuentemente, esta clase de arbitrariedades  injustificadas, hace que, las organizaciones pierdan armonía, existan animadversiones y lo peor que, muchos de los asociados se alejen de sus sedes, sin embargo, en este largo camino de la vida, hay sorpresas casi indescriptibles, porque cierto amigo, que ha sido aparentemente, expulsado de una agrupación y al enterarse que muchos integrantes de la misma, a la que perteneció, con mucha nobleza opina: “No renuncien amigos, van a destruir una organización muy bonita”, sinceramente, frases que dejan al que escucha, absorto y perplejo y sin querer viene a nuestra mente, el discurso inaugural del presidente de Estados Unidos Jhon F. Kennedy, cuando ganó al candidato preferencial y casi seguro de su elección, Richard Nixón, expresando:  ”No pregunten lo que su país puede hacer por ustedes, pregunten más bien, qué pueden hacer ustedes por su país” Sinceramente, tremenda y maravillosa reflexión, legados luminosos que llegan al alma y hacen reflexionar, porque, disculpando las comparaciones, las instituciones o agrupaciones,  son como países diminutos y no tienen la culpa de tener personajes de diferentes talentos: buenos y malos, veraces o falsos, sanos o enfermos, jóvenes o viejos, dadivosos o rencorosos y sólo, por culpa de pequeñas actitudes, la institución se resquebraje y se vaya  al carajo, más aún, cuando aquel,   supuestamente expulsado, … con o sin razón, también discutible y cuyo acto pesará en la conciencia de los causantes …, con toda nobleza de corazón, opina, se cuide la organización, a la cual perteneció, porque ella no tiene la culpa.

270 años antes de Cristo un general griego, triunfador de grandes guerras contra los romanos, después de ganar una batalla, con grandes pérdidas humanas y armamento y/o utensilios de guerra de ese entonces, dio lugar a lo que la historia lo relata como GUERRAS PÍRRICAS, donde los triunfos, cuando son obtenidos en forma ilegal y desleal, dañando la tranquilidad del amigo, del pariente, o del quien tiene el derecho bien ganado, “el triunfo”, se transforma en “derrota vergonzante”, con un cargo de conciencia imperdonable que, muchas veces, repercute en la separación del ofendido y de muchos otros que hacen causa común. Felizmente, esto no va a suceder (aunque eso sea el deseo de uno o dos), porque DIOS nos protege, nos cuida y nos viste de paciencia y tolerancia ante las adversidades y, pienso que, seguiremos con más fuerza, pundonor y vigor, ya que así lo quiere Nuestro Padre Celestial, para que nuestra Agrupación siempre vaya adelante dando bienestar y derramando bastante Amor.