22/02/25 - 04:41
Pastillita para el Alma 21 – 02 – 2025
En este teatro de la vida, cuando ya está próximo a caer el telón, en tu última función y nuevamente, sin querer, vuelves a ser el actor principal y tienes que sacar fuerzas de valentía, en un cuerpo añoso y envejecido y mostrar ante el público que te rodea, una sonrisa disfrazada por esas arrugas, señal de cientos de tormentos, … exhibir, frente altiva y desafiante, como una máscara que oculta miles de pesares, … enseñar, ojos vidriosos, secos, sin lágrimas, porque, de tanto llorar a escondidas, ahora están ausentes, … disfrazar y modular tu voz, para ocultar tus sollozos y reclamos, en estos caminos tortuosos con destinos, al parecer, no merecidos.
Pero, ¿quién está sin problemas, en esta Viña del Señor? Unos chicos y otros grandes, unos resueltos y otros por resolver. Todos cargamos una cruz, algunas livianas, otras muy pesadas.
Ante estos escollos en nuestra vía crucis, unos somos indiferentes, imperturbables, indolentes, … otros, por el contrario, creemos meternos en el pellejo del que sufre, buscas las palabras más sabias y elocuentes, para despertar al “Cristo sufriente” que, todos llevamos dentro o deseamos compartir sus dolencias y pesares y pensando, aligerar su carga, con una sonrisa fingida, aparentando que, si estaría en tu lugar, yo muy difícilmente me doblegaría y sin medir la dimensión de nuestras frases, nos atrevemos a decir: “Tú eres valiente, … tú puedes, … tú eres fuerte” y después de un silencio infinitamente eterno, con una mirada que llega a lo más profundo de tu ser, te llega una respuesta, como palabras sueltas en el viento, como golondrinas oscuras volando en el inmenso cielo, en un atardecer, donde el velo de la noche va cayendo lentamente, sin apuros, sin prisas y sin modular su voz, sin aparentar dolor y rezando a DIOS para que tú, entiendas que, sus palabras no salen de sus labios, afloran de la inmensidad de su corazón que, sabe del amor inconmensurable de su adorado esposo, del dolor inigualable cuando sus hijos llegaron a este mundo, rompiendo sus entrañas y escuchas como un susurro angelical:
Insensato … “Nunca sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte, es la única opción que te queda”.
Esas palabras, dichas sin ambages, sin rodeos, cayeron como latigazos que arañan tu piel o como trozos de carbón ardiente que te queman hasta los huesos.
Mudo, sin lamentos sueltos, en silencio vergonzante, con la mirada en los suelos y analizando en mi mente, la magnitud incalculable de las palabras que golpearon mis tímpanos, emprendí la retirada, pidiendo perdón a Nuestro Padre Celestial, por no entender a cabalidad, el dolor que labra el alma, de las personas que sufren física y espiritualmente muy cercanas a mí y menos será que, en mi condición de médico, en todo mi largo camino, con lo que he sido bendecido, … no he podido entender a plenitud, el significado real de la palabra compasión, para mirar con devoción y suma unción a los pacientes valientes y fuertes que no se amilanan jamás y son ejemplo de fortaleza para los pusilánimes y débiles mentales, como yo o, como tú.
“DICHOSOS LOS QUE AHORA LLORAN, PORQUE MAÑANA REIRÁN” Lc. 6:21
Jorge REINA Noriega
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