El terrorismo criminal actual también enluta el país, son organizaciones delincuenciales para enriquecimiento propio o al servicio de quienes los contratan, muy vinculadas a las economías criminales como la minería ilegal, trata de personas, narcotráfico, contrabando, tala ilegal, tráfico de flora y fauna, corrupción y crimen organizado; el sicariato, extorsión, secuestro, ajuste de cuentas, dinamitazos y, recientemente, voladura de torres, son sus formas de acción. El terrorismo subversivo era esencialmente político; el terrorismo actual es esencialmente criminal; SL buscaba el poder más que el gobierno; el terrorismo criminal está en el gobierno y usa el poder en su beneficio. 

El terrorismo subversivo actuó siempre desde la clandestinidad, no capturó el estado ni gobernó, ni siquiera controló municipios distritales, por esa razón, para aterrorizar y ganar terreno, asesinó dirigentes y autoridades; el estado, gobierno, PNP y FFAA siempre lo combatieron. El terrorismo del crimen actual es oficial y manifiesto contra la sociedad, no es clandestino; está presente en los poderes y organismos del estado, en los 3 niveles de gobierno, ha infiltrado la PNP y las FFAA, no lucha contra el sistema; son parte del estado y gobierno contra la ciudadanía, empresarios, emprendedores, políticos y partidos adversarios; lo favorecen, no lo combaten. Imposible exigir recetas iguales para combatir fenómenos tan disímiles, la estrategia de los 80 y 90 combatió al terrorismo subversivo, la estrategia gubernamental actual favorece al terrorismo criminal. 

Los 80 y 90 el congreso y gobierno impusieron una política y legislación antiterrorista contrs SL y el MRTA, hubo una política oficial, constitucional, legal y otra oficiosa, clandestina, ilegal. La legal realizó la criminalización y penalización de acciones terroristas que no existían, la “perennización” de los estados de emergencia y la creación de los Comandos Políticos Militares en varios departamentos, los tribunales sin rostro y los Comités de Autodefensa, por señalar algunos. La ilegal ejecutó los asesinatos, masacres y fosas clandestinas, desapariciones forzadas, grupos paramilitares tipo Grupo Colina y el control de la PNP y FFAA vía actas de sujeción a policías y militares. Para combatir al terrorismo subversivo, el estado creó una política antisubversiva que combinada acciones legales e ilegales, desde los 80 y en los 90 hubo resultados efectivos que a muchos llevó anunciar un triunfo no logrado: el fin del terrorismo subversivo. 

Hoy, congreso y gobierno, ejecutan una política y legislación en beneficio del terrorismo del crimen y las organizaciones criminales; oficial y oficiosamente, legal e ilegalmente, actúan en favor del crimen, como parte de ese terrorismo criminal organizado y desorganizado a nivel nacional.

 Articulados o no, gobiernan el Perú. No van a combatirse ellos mismos, usan el estado a su favor no en su contra, el estado no combatirá nada, salvo que existan ajustes de cuentas entre ellos, en los que terminaría partido entre los bandos en pugna. La PNP y las FFAA han sido infiltradas y son usadas en beneficio propio, hay noticias de participación de policías y militares en bandas criminales, esta semana, luego del atentado dinamitero contra la Ministerio Público en Trujillo, se incautó a un coronel PNP, en la misma ciudad, una coima de 250 mil soles cobrada a la minería ilegal. El proceder del ministro del interior, jefe de la PNP, es repugnante, favorece el crimen y protege delincuentes con una verborrea incontenible; es chaleco y abogado de la presidencia fraternal.  

Las economías criminales y el crimen organizado han copado el congreso y las instituciones públicas, desde el estado realizan un terrorismo gubernamental con organizaciones criminales nacionales, transnacionales y bandas callejeras. El terrorismo gubernamental es lo oficial; el terrorismo que ejecutan organizaciones criminales y bandas callejeras es lo oficioso. La política legal, formal y el estado de derecho han sido arrinconados. Imposible exigir orden, ley, respeto a las instituciones y los derechos humanos donde el crimen y la delincuencia se ha instituido como regla oficial de gobierno. El terrorismo criminal ha triunfado, el estado ha sido derrotado. 

La presidenta representa al terrorismo criminal que la sostiene en el cargo por su obediencia, es ejemplo de que el crimen está permitido y protegido, los delincuentes se sienten empoderados; sigue blindada por el congreso teniendo varias acusaciones constitucionales: asesinatos, violación de derechos humanos, corrupción, protección de delincuentes fugados (incluido su hermano) y, ahora, junto a su entorno cercano, ha sido involucrada en el asesinato de un corrupto proveedor estatal desde que era ministra del MIDIS, algunos especialistas señalan que el atentado de Trujillo busca ocultar esta acusación. Ella ha promovido la eliminación de la ley de detenciones preliminares para beneficiar a probados delincuentes, hasta el congreso retrocedió en dicha eliminación, sin embargo, la presidenta, para ganar tiempo en beneficio de sus compinches esperó hasta el último día para observar la nueva ley y no exista detención preliminar. Ella actúa a favor del crimen y contra el país, facilita el terror criminal. 

 

El congreso, infestado de prontuariados y organizaciones criminales, aprueba leyes en favor del crimen y sus organizaciones, ha intervenido las instituciones del sistema de justicia, sistema electoral y viene organizando su reelección. Es el principal socio del terrorismo criminal, lo ha empoderado y oficializado; difícil impulsar normas que combatan ese terrorismo congresal. Los “criminales de la patria” (padres no son), desde sus curules promueven y fortalecen dicho terrorismo; es un sin sentido pedirles, leyes más estrictas contra el crimen cuando ellos son parte, promueven y fomentan dicho terror. En los 80 y 90, criticábamos a los gobernantes de incapaces, cobardes, abusivos, asesinos en su lucha contra el terrorismo subversivo, hoy esa crítica es irreal, ellos son parte del terrorismo criminal gubernamental. Antes estábamos desprotegidos del terrorismo subversivo que atentaba contra el gobierno y la sociedad, hoy estamos peor, el terrorismo del crimen y su gobierno atentan contra nosotros. Es lo que nos negamos a ver y entender, para desgracia nuestra y del Perú.