Ahora que en las zonas altoandinas y en la Amazonía aumentan las lluvias y los caudales de ríos, lagos y lagunas, de puquios y cochas que se desbordan invadiendo carreteras, caminos y poblaciones, bueno es preguntarse que están haciendo nuestras autoridades (con la Autoridad Nacional del Agua, a la cabeza) para evitar la contaminación, para amenguar  la furia de las aguas.

Sí, la naturaleza se pone furiosa cuando se la sobreexplota, cuando no se respeta sus leyes geográficas: o incendios forestales en tiempos de sequía durante el verano o huaicos y torrentadas de agua, con piedras y lodo durante el invierno. La geografía peruana es una geografía insólita, donde los ríos son parte esencial de los paisajes culturales y naturales; donde el discurrir de los ríos son una imagen estética de la belleza natural, belleza admirada y cantada por poetas y juglares.

Nuestra vida rio es: todo cambia y deviene, nada permanece quieto, ninguno puede bañarse dos veces en sus mimas aguas. Es por eso que a los ríos hay que amarlos, respetarlos, no ensuciarlos con basura.

El poeta Javier Heraud- que murió asesinado cuando cruza precisamente un rio- es quizá quien mejor cantó las bondades del rio:

Yo soy el rio que canta/al mediodía y a los/ hombres/que canta ante sus/tumbas/, el que vuelve su rostro/ante los cauces sagrados.

Yo soy el rio anochecido.

Ya bajo por las hondas quebradas/, por los ignotos pueblos/olvidados/, por las ciudades/atestadas de público/en las vitrinas…

Yo soy el rio.

Llegará la hora/en que tendré que/desembocar en los océanos/, que mezclar/ mis aguas limpias con sus/ aguas turbias/, que tendré que/ silenciar mi canto/luminoso/, que tendré que acallar mis gritos furiosos/al alba de todos los días… (Estos luminosos versos los escribió el joven poeta Javier Heraud en 1964).

Tres son los emblemáticos ríos de la escarpada geografía de la región Amazonas: desde la parte norte discurre el río Marañón, desde el sur- pasando por la parte central-  discurren los ríos Utcubamba y Sonche. Pero en nuestro territorio existe todo un abanico de redes hidrográficas.

A propósito ¿qué están haciendo las autoridades regionales y locales, los representantes de la academia para auscultar el grado de contaminación que tienen, puesto que, en las zonas urbanas al no existir rellenos sanitarios, la basura y los botaderos van a parar a los ríos?

Al respecto nos ha llenado de alegría que el río Marañón haya sido declarado legalmente como sujeto de derecho frente a sus sucios ensuciadores. En octubre del año pasado la Sala Civil de la Corte Superior de Loreto dictó sentencia en favor de la comunidad nativa de Kukama , que busca proteger al río de la contaminación. Mujeres de la Federación Huaynakan Kamatahuara libraron una batalla legal ejemplar desde el pueblo ribereño de Nauta. La sentencia emitida otorga derechos al río Marañón y sus afluentes.

Por primera vez la justicia peruana reconoce a un rio como titular de derechos tomando en cuenta la cosmovisión de los pueblos ribereños. Frente a los constantes derrames de petróleo, la lucha legal empezó el 2021 contra el Estado peruano para exigir la protección integral del río Marañón (de la “Serpiente de oro”, como dice el título de la novela indigenista de Ciro Alegría). Así se reconoció el cuerpo, el espíritu y corazón de este caudaloso río que muere en el océano Atlántico.

La resolución judicial enfatiza que obedece a las crecientes presiones hacia los ecosistemas, los mismos que ponen en riesgo su existencia y función ambiental, social y vital; ante los múltiples derrames de hidrocarburos que venían produciéndose los últimos años. 

Además, ordena al Estado dar mantenimiento “efectivo, inmediato e integral al oleoducto Norperuano (el mismo que depende de PETROPERU)”. Esta medida genera jurisprudencia para otras comunidades, para otros ríos. La mujeres Awajún y Humbisa, y en general  todas  las comunidades nativas  de la provincia de Condorcanqui tienen un  modelo  a seguir gracias al coraje de las mujeres del pueblo Kukama. Porque como dice el canto de Javier Heraud:

“Yo soy un río/, voy bajando por/las piedras anchas/, voy bajando por/las rocas duras/, por el sendero/dibujado por el viento

Hay árboles a mi/alrededor sembrados/por la lluvia.

Yo soy un rio…