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Vargas Llosa y Sartre

Luis Alberto Arista Montoya – Catedrático de la Universidad Ricardo Palma La recopilación de sus textos sobre la cultura francesa, titulada Un bárbaro en Paris (2023)

Vargas Llosa y Sartre



13/04/25 - 12:49

Luis Alberto Arista Montoya – Catedrático de la Universidad Ricardo Palma

La recopilación de sus textos sobre la cultura francesa, titulada Un bárbaro en Paris (2023) es una riquísima fuente de consulta para estructurar una futura biografía intelectual del novelista peruano, cubriendo su obra literaria tanto como su misión en el ámbito político.

Como escritor comprometido con la “cultura de la libertad”, desde su juventud tuvo dos puntos de partida (y de llegada): la obra literaria de Gustav Flaubert y la obra literaria – filosófica de Jean Paul Satre, cuyo concepto del “intelectual comprometido” troqueló su conciencia crítica política. Entre ambos puntos discurre zigzagueante, entre Si/No la flecha de su destino, apuntando hacia una gran meta: ser un buen escritor.

Vargas Llosa se identificó profundamente con la obra de Flaubert y, al principio, con la obra y las ideas políticas de Sartre, a quien admiró durante su época universitaria en Perú. Sin embargo, con el tiempo se distanciaron de sus novelas, aunque no se sus ensayos críticos. Tanto Vargas Llosa como Sartre compartieron admiración por Flaubert. En 1971, Sartre publicó El idiota de la familia, en la que abordó a Flaubert desde una perspectiva dialéctica, sugiriendo que la dialéctica se había vuelto autoconsciente. Por su parte, Vargas Llosa publicó La orgía perpetua en 1975, centrado en el análisis de Madame Bovary, una obra que lo marcó profundamente desde su primera lectura, ya que allí descubrió el tipo de escritor que deseaba ser y una fascinación perdurable por el personaje de Emma Bovary.

En su obra autobiográfica, cita más de ocho veces a Sartre refiriéndose críticamente a su obra y a su teoría del compromiso político, buscando saldar cuentas intelectivas con su otrora “ídolo”, de quién dice y lo cito: “Es improbable que su obra creativa vaya a durar y aunque tuvo una inteligencia prodigiosa y fue, hechas las sumas y las restas, un intelectual honesto, su pensamiento y sus tomas de posición (política) erraron más veces que acertaron” (p. 116).

Sin embargo, Vargas Llosa ha mencionado recientemente que su último ensayo sobre Sartre. ¿Qué significado puede tener esta reiteración? Mi hipótesis es que, al considerar la vida como un proceso cíclico y no lineal, el autor peruano regresará a sus raíces, donde Sartre ocupa un lugar visible/invisible preponderante.

Es probable que coincida con él cuando en su vejez el autor de Crítica de la Razón Dialéctica (1960) declaró: “Quería escribir sobre el mundo y sobre mí, y eso es lo que ha sucedido. Deseo que se me lea todavía dentro de cien años. Aunque no estoy seguro de eso. Pero deseo que se haga un trabajo retomando lo que hice y superándolo”. Y así es: en estos momentos de una localización-globalizada, en medio de una angustia existencial situada en casi todo el mundo, su obra filosófica y política está siendo repensada.

Artículo publicado en la revista ContraPoder, pag. 7, La República

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