29/08/24 - 04:11
Luis Alberto Arista Montoya*Â
“Tacneños ¡Somos Libres! Muy ufanos podemos cantar. Somos libres, redimidos retornamos al materno lar. Entonando el ¡somos libres! hoy la patria nos vuelve abrazarâ€.
Este epÃgrafe, con el que abrimos el presente editorial, es la prime estrofa del “Himno al 28 de agostoâ€, compuesto por el escritor tacneño Eduardo Pérez Gamboa, para celebrar la reincorporación de Tacna al seno del territorio peruano, después de la infausta Guerra del PacÃfico (que duró entre 1879-1884), generada por el conflicto militar entre Perú y Bolivia contra la invasión chilena.
Después de un cautiverio que duró cerca de medio siglo, Tacna – por voluntad libre de su población y por negociación diplomática- fue devuelta en parte el 28 de agosto de 1929.Â
Desde entonces el pueblo celebra La Fiesta de Tacna toda una semana con una serie de actividades cÃvicas que abarcan: La Ofrenda de la Juventud, el Homenaje a la Mujer Tacneña, y finaliza el 30 de agosto con la Procesión de la Bandera; también se lleva a cabo el DÃa de la Polca Tacneña bajo el principal son de la polca llamada “Tacna Hermosaâ€, y con el embanderamiento de la ciudad entera. Cuando uno está ahà respira y transpira peruanidad.
Fueron los valerosos jóvenes y las trejas mujeres tacneñas quienes socavaron por dentro la ocupación militar y administrativa de Chile que atizó la guerra con ayuda del poder económico y militar británico, interesado en expandir la explotación del salitre y del guano. De ahà que se la conozca también como la guerra del salitre y del guano. La nefasta chilenización viene de este ignominioso acontecimiento bélico, económico, militar y comercial provocado por la avaricia.
Pero a quienes traumatizó más esta guerra fue a los niños, urbanos y rurales. Uno de esos niños fue Jorgito Basadre Grohmann, quien nació en Tacna el 12 de febrero de 1903, durante la ocupación de las tropas chilenas; e incluso cursa parte de sus estudios primarios con libros y profesores chilenos; pero tuvo en forma clandestina a sus abuelos y a su maestra peruana Carlota Pinto como los formadores de su primigenia conciencia histórica: su amor a la patria mutilada. Quizá en esos momentos nace su vocación de Historiador, tal como cuenta en sus memorias que lleva por titulo “La Vida la Historia, Ensayos sobre personas, lugares y problemasâ€, publicadas en Lima en 1975.
Para Jorge Basadre el concepto de patria va más allá de la territorialidad con linderos y fronteras, más allá de la heroicidad de sus héroes y heroÃnas, de sus muertos y hombres vivos. La Patria es ante todo un sentimiento. Es por eso que nos habla de una “Patria invisibleâ€. Una gran parte de su primera formación intelectual proviene de su niñez en Tacna. Es el sentimiento de la “Patria invisibleâ€, el concepto del Perú como un sÃmbolo. Para toda mi generación- dice Basadre- el Perú es lo soñado, lo esperado, lo profundo; el nexo que unÃa la lealtad al terruño y al hogar que invasores quisieron cortar, la vaga idea de una historia con sus fulgores y sus numerosas caÃdas y la fe en un futuro de liberación. Aprendimos amar al Perú a partir del recuerdo y la esperanza, divisándolo en esos nebulosos horizontes y en los polvorientos caminos de los libros. Basadre reconoce el valor y valer de los libros, a partir del negro recuerdo de cómo las tropas chilenas robaron los libros de la Biblioteca Nacional, que terminaron incendiándola al igual que a la biblioteca de Ricardo Palma. Toda una fechorÃa de lesa cultura que lo peruanos jamás olvidaremos ni perdonaremos.
El pueblo entero “hizo un sÃmbolo de la patria lejanaâ€. Tal sentimiento sirvió durante la campaña del plebiscito a favor de la reincorporación de Tacna. Basadre estuvo presente en esa campaña desde que ella se inició en agosto de 1925 hasta que terminó en junio de 1926; codo a codo con sus paisanos no solo de Tacna y Arica sino también de las zonas rurales, junto a indios, mestizos y blancos. Desde el “Perú profundoâ€. Fue un intelectual comprometido.
Del fondo del trauma histórico de la invasión, ocupación y cautiverio chileno surgió su amor a la Patria simbólica. Es el punto de partida de su vocación y misión de observador y estudioso de la Patria entendida como: Una promesa de la vida peruana, como problema y posibilidad, con un destino histórico seguro donde rija la igualdad con equidad; y con sus gentes Ãntegras bajo el principio de esperanza
Hoy, en pleno Bicentenario es bueno recibir el influjo de la peruanidad del pueblo tacneño. Sobre todo cuando actualmente rige un Estado empÃrico, donde abundan los polÃticos informales e inmorales, donde la corrupción endémica ha invadido a todas las instituciones de la patria visible. Pero la patria invisible, sentimental y espiritual jamás se dejará doblegar por los heraldos negros y sucios: sean los que viene de fuera como los de dentro. ¡Viva Tacna! ¡Viva el Perú!…tu fiesta de peruanidad es nuestra fiesta.
EDITORIAL. Para Radio Reina de La Selva. Lima 28 de agosto de 2024.Luis Alberto Arista Montoya.