En un extenso informe, se reveló que los damnificados por el Fenómeno del Niño Costero no recibieron el bono de alquiler que les correspondía, a pesar de que el programa Mi Vivienda afirmó haber realizado inspecciones para otorgar dicho beneficio. Lo más preocupante es que las viviendas que supuestamente colapsaron por las inundaciones y derrumbes, siguen con la solidez adecuada.

A nivel regional, las noticias de Canchul Huayco nos muestran cómo se están aprovechando del pretexto de contratar asesores para derrochar dinero. El exministro Edmer Trujillo del Lagarto Vizcarra, por ejemplo, recibe mensualmente la exorbitante suma de treinta y seis mil soles como asesor desde la ciudad de Lima. No se puede negar su conocimiento y capacidad política, pero durante la gestión del gobernador Horna no se justifica semejante gasto y menos que sigamos permitiendo a los asesores en la sombra que hacen y deshacen en esta segunda gestión.

Por otro lado, ya ha pasado casi un mes desde la Semana Chupistica y su Raymillacta de los vivazos, y aún no se ha dado información precisa y válida sobre en qué se gastaron los 640 mil soles. Parece que a nadie le importa y mucho menos está interesado en indagar al respecto. Ya se ha bailado, bebido y disfrutado, y el resto no importa. Tampoco preocupa que las comunidades o delegaciones que participaron en el concurso para ganar un premio aún no hayan recibido lo prometido. Un ejemplo claro es el "torete" ofrecido a nuestros vecinos de Pencapampa, que aún no ha llegado a sus ganadores y nadie explica el motivo de este desaire.

En la Municipalidad de Chachapoyas, seguimos manteniendo a un gerente general que falsificó documentos para ocupar su cargo. El alcalde Percy Zuta Castillo ha mostrado una actitud complaciente ante los problemas de nuestra ciudad, que se encuentra sumida en un caos de basura y desorden. Esto es especialmente evidente los fines de semana o en feriados largos, cuando los visitantes se sorprenden al ver cómo ha cambiado nuestra ciudad para mal.

Nos están robando, pero lo peor es que ya nos hemos acostumbrado a ello. Esto se evidencia en nuestra falta de reacción, a pesar de las marchas y protestas de la población exigiendo cambios inmediatos en la gerencia de Emusap. El alcalde teme tomar una decisión que es clamorosa por parte de los ciudadanos. De hecho, el Frente de Defensa ha anunciado que este será el último mes en el que pagaremos los recibos de agua que nunca llegan a nuestros hogares, a menos que se cambie a los gerentes de Emusap, comenzando por Carlos Mestanza y su equipo, que claramente no están a la altura de las necesidades de nuestra ciudad.

Lamentablemente, esta no es una situación aislada. La corrupción y el robo de los recursos públicos parecen estar arraigados en nuestra sociedad y nos hemos acostumbrado a vivir en medio de la impunidad. Es indignante que los altos funcionarios públicos, encargados de manejar los recursos del Estado, se aprovechen de su posición para enriquecerse a costa del pueblo. Lo peor de todo es que estas noticias se repiten una y otra vez, y parece que nadie hace algo al respecto.

Es momento de despertar como sociedad y exigir responsabilidades a nuestros gobernantes. No podemos permitir que nos sigan robando impunemente. Necesitamos líderes honestos y transparentes que trabajen realmente por el bienestar de todos.

Ha llegado el momento de movilizarnos y alzar nuestras voces contra la corrupción. No podemos quedarnos callados ni acostumbrarnos a vivir en un país donde el robo y la corrupción sean el deporte más popular. Debemos luchar por un cambio real y exigir justicia para todos.

El país necesita un cambio urgente en su sistema político y judicial, para que los responsables de estos actos de corrupción sean condenados y devuelvan el dinero robado, como en el caso de las ambulancias y otros equipos médicos. Además, es necesario implementar medidas que prevengan este tipo de casos en el futuro y fortalezcan la transparencia en la gestión pública. No podemos permitir que la impunidad se convierta en la norma y que la corrupción siga dañando nuestro país.