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SOY AMAZONENSE, SOY CHACHAPOYANO… COMO NADIE

Pastillita para el Alma 03 – 01 – 18 He quedado sorprendido al abrir mis mensajes, encontrar A LOS DE AMAZONAS, escrito por un dilecto amigo

SOY AMAZONENSE, SOY CHACHAPOYANO… COMO NADIE



05/01/18 - 04:16

Pastillita para el Alma 03 – 01 – 18

He quedado sorprendido al abrir mis mensajes, encontrar A LOS <DESTERRADOS> DE AMAZONAS, escrito por un dilecto amigo, a quien respeto y admiro, por su don de gente, comunicador social, escribidor y viajero empedernido nacional y al extranjero.

En primer lugar, aclaro que este correo lo hago en forma personal y no me endilgo, como lo hace él, de “reclamar” en nombre de la tierra, por no tener la autoridad de representar a todos los DESTERRADOS, como nos califica.

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, “desterrado viene de desterrar y desterrar es expulsar a alguien de un territorio”.

Que yo sepa, o tal vez me equivoco, no recuerdo que ningún amazonense, haya sido expulsado de nuestra Región Amazonas. Los que salimos lo hicimos con la finalidad de conseguir una profesión, porque en mi época, no había centros superiores y universidades que nos permitan estudiar una carrera profesional, que felizmente ahora existen.

Muchos de los que ahora fácilmente se dan el lujo de juzgarnos, no saben seguramente todas las peripecias que pasamos, inclusive, para transportarnos hacia la Costa, muchos lo hicimos a lomo de mulo, otros a pie, pasando la puna de Calla Calla, caminar en el agua por Quebrada Honda, luego Balzas, una zona endémica con el Paludismo. Llegar a Pacasmayo era una odisea, luego subir a una góndola y casi por trocha carro sable, llegar a Lima, para alojarse en una pensión y adaptarse a las costumbres de los que te daban casa y comida. 

El ingreso a las universidades e institutos de educación superior, eran sumamente competitivo, teniendo que enfrentarte con alumnos muchos de ellos bilingües de colegios particulares, al parecer con mejor preparación académica. En ese entonces, en el caso de Medicina, había una sola Universidad, la de San Marcos en la que estudiabas Pre Médicas dos años, previo examen de ingreso oral ante un jurado exigente y escrito de percentil ortográfico y vocabulario inglés y en seguida pasar a la Facultad de Medicina de San Fernando, según tus notas o nuevo examen y estudiar 7 años más. 

Todos los estudiantes que salimos de nuestra tierra bendita, los pudientes y no pudientes, hemos pasado miles de dificultades en los Centros Superiores y escasas universidades de aquellos tiempos, hasta por nuestro peculiar modo de hablar.

Pienso que por la cabeza de ningún amazonense, fuera de nuestro terruño, pasa la idea de olvidarse del lugar de nuestro nacimiento y sabemos que el cordón umbilical, llamado gratitud que nos une, es más fuerte y sentido con amor y melancolía que de los que tienen la suerte de vivir en la tierra, que por estar allá ya ni siquiera lo sienten.

Si bien es cierto, que estamos lejos, pero todos nosotros, en una y otra forma cumple una misión y un juramento de ayudar, en la medida de nuestras posibilidades, a nuestros paisanos, en el campo en el que nos desempeñamos conseguido con el sacrificio y el esfuerzo que pusimos en nuestro reto de triunfar en la vida.

Para los que ven televisión y leen periódicos, es atrevido y no grato hablar, que los <Desterrados> vivimos en una zona de confort, con una ciudad tan amenazada con la inseguridad ciudadana, contaminada con el smog y el bullicio de las bocinas, el desplazamiento de la gente, que te atropella, sobre todo si vas por el centro de la ciudad o concurres a un mercado de abastos.

Como no extrañar los domingos la misa de nuestra tierra, acá tienes que llegar muy temprano para encontrar un sitio donde estacionar tu carro, dirás porque no vas en micro o carro de uso público, es porque muchas veces estás expuesto a que te roben o las esposas, las hijas o las nietas a que las falten el respeto con palabras soeces o manoseos indebidos. Que va a ser comodidad sentarte solo en una banca del parque, desconfiar del que se te acerca o estar atento de que pare un carro y baje alguien y te asalte…, claro pensarás, eso depende del lugar donde vives. Te cuento que en los lugares más exclusivos es donde corres más peligro.

Comodidad, es vivir en nuestra tierra, ser respetado y conocido casi por todos, tener un puesto público, con un horario que generalmente no se cumple, por ser muy amigo del jefe, esperar los comicios electorales para ver si uno agarra un puesto bueno como alcalde, gobernador o congresista o acomodarse con alguien importante, que pone el dinero, para ser regidor o consejero y crean que no digo que eso está mal, al contrario, lo aplaudo, si hay capacidad y muy buenas intenciones de velar por el progreso de la Región, bienvenido sea y en buena hora, pero sin criticar ni ponernos adjetivos que no nos corresponden a los que ponemos nuestro pequeño granito de arena por el desarrollo de nuestra tierra y el cuidado de sus pobladores, viviendo lejos y sin gozar de los beneficios de Amazonas .

Como dice el que equivocadamente nos llama >Desterrados>, nuestra tierra es un emporio de riqueza y es la mejor Región del Perú, por su ubicación, por su riqueza arqueológica, su folclor, sus paisajes variados, sus microclimas, su variedad de fauna y flora, la majestad de sus ríos y cordilleras, de sus valles y campiñas, sus lagunas, sus cavernas y sobre todo de la amabilidad innata de su gente, la belleza de sus mujeres y su gran variedad de potajes que hacen de su gastronomía algo envidiable y admirable para propios y extraños del Perú y el extranjero, sin embargo a esta gallinita de los huevos de oro, hay que saberla cuidar, no es bueno que se aprovechen los que dan alojamiento en los hoteles y posadas con precios altos y exorbitantes, que los dueños de las discotecas y lugares de esparcimiento, vendan licores adulterados y, según dicen y no creo, en forma subrepticia expendan también drogas o sustancias alucinógenas, bajo el pretexto de que la gente se anime o alegre, que los restaurantes donde se vende comida típica cobren muchas veces según la cara del cliente, que los que venden recordatorios o baratijas, ensucien la ciudad y cobren precios prohibitivos a los visitantes.

Ojalá no olviden, lo que antes se hacía en forma frecuente, que la población en general, los niños, jóvenes y adultos demuestren la amabilidad del amazonense, saludando, dando una sonrisa, una palabra de bienvenida a los forasteros, inclusive a algunos <desterrados> que tenemos la osadía de llegar a nuestra tierra bendita. El buen trato de la población amazonense se está perdiendo por culpa de los “foráneos” como algunos dicen, sin entender, que viviendo en nuestra tierra, muchos son más amazonenses que la fortaleza de Kuélap y que ya tienen separados sus sarcófagos en Karajía o su lugar como momia en Leymebamba.

El tratar bien a los turistas es obligación sobre todo de los comerciantes y de los que se beneficien con su presencia, pero también de la población en general que levante el prestigio de nuestra región y de las autoridades del gobierno regional, de las municipalidades, del ministerio público y de la Policía Nacional que deben de poner el hombro para que todo nuestro Perú sea el territorio de Paz, Libertad y Justicia que dejaremos a nuestros hijos y nietos.

Jorge REINA Noriega
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