11/06/21 - 08:00
Luis Alberto Arista Montoya*
Un dÃa como hoy falleció en Lima uno de los fundadores del liberalismo republicano peruano, don Toribio RodrÃguez Collantes: fue un 10 de junio de 1825, a cuatro años de la juramentación de la Independencia polÃtica; habÃa nacido en Chachapoyas el 15 de abril de 1750. Su padre fue don Santiago RodrÃguez de Mendoza y Hernani, y su madre doña Josefa Collantes de Paniagua: familia perteneciente a la nobleza criolla, de ahà que ostentaran los apellidos añadidos “de Mendozaâ€, “de Hernani†y “de Paniaguaâ€.Â
Una vez que el Libertador y Protector José de San MartÃn se retiró del escenario peruano, llegó el transitorio turno de los intelectuales liberales para dirigir el primer Congreso Constituyente que se instaló en setiembre de 1822, representantes formados en el Real Convictorio de San Carlos bajo el rectorado intelectual del filósofo y teólogo Toribio RodrÃguez Collantes, republicano de sólidos principios polÃticos, religiosos, educativos y cÃvicos.
 “Se destacó perennemente como el genuino precursor de nuestro liberalismoâ€. Fue un ilustrado insurgente: contra el colonialismo, el autoritarismo virreinal, la escolástica católica, a favor del liberalismo democrático republicano. Su pensamiento y verbo libertario se esparció desde la cátedra, el púlpito de iglesias, a través de revistas, periódicos y panfletos, desde las sesiones académicas de la Sociedad de Amantes del PaÃs, y de la Sociedad Patriótica promovida por San MartÃn. Gracias a la imprenta el poder de la palabra impresa causó una revolución en la guerra de Independencia peruana.Â
A partir de ese primer momento fundacional de la República nuestro Precursor suprimió de su firma el noble apellido “de Mendozaâ€, sustituyéndolo por el de Collantes, en reconocimiento a su madre (se adelantó a su época porque creyó firmemente en la igualdad de género). “RodrÃguez comprendió que la nobleza se adquiere y no se hereda; pues el que nace por los votos de la naturaleza grande, lo es; y los pequeños se engrandecen de un modo efÃmeroâ€, escribió el historiador Toribio Polo.
Nuestro ilustre paisano murió a los 75 años con 2 meses y 5 dÃas de edad. Aquejado por una doble enfermedad: por un mal estomacal, y por la melancolÃa (conocida hoy como depresión). Su melancolÃa fue causada por la “neurastenia patriótica†debido a dos factores concurrentes: la aparición de facciones criollas codiciosas por detentar el nuevo poder en pleno amanecer republicano, y la insurgencia de caudillos como nuevos actores en disputa de liderazgo polÃtico. El arribismo criollo de los grupos de presión y el caudillismo (civil o militar) son dos taras que signan la historia republicana, hasta hoy en vÃsperas de la de conmemoración (no celebración) del Bicentenario.
Vivimos aún dentro de una inconclusa y bipolar República. Toribio RodrÃguez Collantes murió a tiempo. Sin testificar sobre el oscuro panorama del Perú futuro, aunque seguramente llegó a imaginárselo en pleno ocaso de su vida. Murió con la tristeza a cuestas.
 AquÃ/Ahora -10 de junio de 2021- nosotros, desde nuestra presente, constituimos su futuro. Un  presente caracterizado por la bipolaridad polÃtica, el aturdimiento, la incertidumbre y la parálisis social, aplanados por una aplastante pandemia del Covid-19 que viene matando a más de 180 mil peruanos. El Perú es una incógnita dentro de un largo paréntesis    (          ¿      PERÚ       ?                   )       Â
Desde su época de seminarista el pensador chachapoyano se identificó con la enseñanza-aprendizaje de la ciencia moderna y el liberalismo polÃtico inglés que provino del pensamiento de Francis Bacon, John Locke y David Hume; incluso, se identificó con el reformismo católico de Jansenio, teólogo holandés identificado con el Protestantismo de MartÃn Lutero.Â
Simón BolÃvar para congraciarse con el anciano chachapoyano, se dice, que encomendó escribir su biografÃa al Obispo Pedemonte, Obispo electo de Trujillo; pero éste no escribió nada. Por envidia y miedo, porque “temiese comprometer su fama de buen creyente†justificando que se trataba de escribir sobre alguien que ya era reconocido como “el primer jansenista peruano, propagador de las ideas libertarias de San AgustÃn.Â
De una y otra forma, esta ignominia sigue prevaleciendo hasta nuestros dÃas, puesto que la cerrada Comisión de Conmemoración del Bicentenario ha ignorado su legado. Ni lo nombra en la nómina oficial de “Nuestros Ilustradosâ€â€¦ Toca a nosotros los amazonense rescatar su recado y legado históricos. Por haber sino un ilustrado que apostó por la modernidad de la educación cientÃfica y cÃvica del ciudadano, que hoy tanto hacen falta al Perú-pendiente.
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EDITORIAL. Para Radio Reina de la Selva. Lima 10 de junio de 2021. Luis Alberto Arista Montoya.Â