Todavía me parece escuchar la voz fuerte y varonil de mi padre, don José David Reina Rojas, cuando en mis 4 o 5 años, montado en su caballo de paso, finamente enjaezado, me llevaba delante de él, por la bajada del jirón Santo Domingo, todo empedrado con piedras calizas y el caballo se resbalaba con sus herrajes de acero por la humedad del amanecer, mientras empezaba a rayar la aurora: ¡¡¡Agárrate bien de los crines, hijito, que los hombres nunca tienen miedo, ni se asustan por nada!!! 

Cuanto tiempo ha pasado desde aquellas aventuras inolvidables y ahora que trajino los últimos tramos de mi existencia, confinado en mi domicilio, por temor a una partícula insignificante, que ni vida tiene, pero que tanta mortalidad está causando al ser humano, nuevamente vuelven a sonar en mis oídos, como un eco distante, el tono de su voz y vuelvo a sentir la fuerza de su brazo y de su mano derecha que me cogía de mi cintura, para no rodar.

Nuestro padre es aquel personaje inolvidable, mitad ternura, mitad autoridad enérgica, que nos dio la oportunidad de seguir su ejemplo, que guio nuestros pasos y nos hizo hombres de bien, aconsejándonos para marcar huellas indelebles que nos hacen sortear, con hidalguía, ríos turbulentos de inmenso dolor o valles apacibles de agradable calma.

Este tercer domingo de junio, es el DIA DEL PADRE EN EL AISLAMIENTO, seguro no serán como los anteriores, con fiesta, comilonas, abrazos y bebidas. Regalos y discursos y también flores en el campo santo y lágrimas por tristes ausencias.

Este domingo 21 de junio de 2020, será una fecha para el recuerdo, para que mañana más  tarde, los que todavía quedamos o quedan con vida, sonriamos con algarabía que el maligno coronavirus, no pudiera con nosotros.

¿Cuál es el mejor regalo para nuestros viejos? Una oración para los que nos miran desde el cielo y nuestra gratitud eterna por habernos hecho como somos.

El mejor regalo para los padres que están con sus hijos, será cuidarles prolijamente. Evitar que salgan a la calle, para no contaminarse, darles una alimentación saludable y variada, con abundantes proteínas, frutas y líquidos, cuando menos uno a dos litros. Darles entretenimiento para que no se aburran ni se depriman. Libros de lectura fácil, programas de televisión y de cine. Hacer que duerman bien, no menos de 7 a 8 horas. Que tomen desayuno como reyes, almuerzo como príncipes y cena como mendigos, o sea en menor cantidad y máximo hasta las 8 de la noche, evitando en la noche los líquidos para que no se despierten a orinar.

Pienso, sin embargo, que para los padres el mejor regalo, es el comportamiento de sus hijos, que en esta pandemia donde hay tanto peligro, no solo para los viejos o personas con enfermedades crónicas, sino para toda la colectividad en general es que se cumpla a pie juntillas con las recomendaciones de las autoridades sanitarias, es decir con el lavado de manos, con bastante espuma de jabón, cuando menos por 20 a 40 segundos, de preferencia con agua caliente, distancia interpersonal de un metro y medio a  dos metros. Que no haya aglomeración de gente en los mercados, porque el combatiente y el enemigo en esta GUERRA DE LA PANDEMIA, ES UNO MISMO.

Con relación a las autoridades, a los comerciantes, de todos los estamentos, y no lo digo por todos, porque hay excepciones, es tiempo que ya seamos diferentes…, si es cierto que la corrupción es una de nuestros principales defectos, por el Amor a Dios, no roben ni trafiquen con los materiales, con los insumos, con los medicamentos ni con los alimentos. El traficar con ellos, es ir contra la salud del pueblo y la muerte de ellos, caerá en su conciencia, por toda su vida.

En el Día del Padre, hagan una especie de reflexión y no saquen provecho del dolor humano. Los candidatos a representarnos, en las municipalidades, en la región, en el parlamento, preocúpense ahora de dar soluciones y ayudar a las autoridades de turno para que hagan mejor su gestión, teniendo en cuenta que está en juego la vida de la población y estoy seguro que los que mejor ayudan, tendrán mejores resultados. Nada de críticas y lucimientos.

Para mis colegas médicos, para el personal de salud, mis hermanos policías y de la fuerza armada, así como mis paisanos Ronderos, cumplan con lo mejor de su función. Sean compasivos y piadosos con los que sufren. No los maltraten, ellos no tienen la culpa de estar enfermos ni son culpables por no conocer algunas de sus obligaciones.

Sean eficientes líderes, supervisores o custodios, pero no tiranos ni indiferentes.

El jefe no siempre es el que está en la punta de la pirámide, sino el que sin propasarse se confunde, en la base, con sus iguales.

Desde el 2013 inclusive hasta el 2015 participé en unas Campañas Médicas, con consultas y operaciones durante tres días en la ciudad de Chachapoyas y lo admirable era la cantidad de VOLUNTARIOS que se inscribían con la finalidad de ayudar a la gente. Voluntarios de médicos, odontólogos, enfermeras, profesoras, nutricionistas y personal civil…, venían del extranjero y de todas partes de nuestro Perú y todos trabajaban con bastante entusiasmo. Lamentablemente los organizadores de estas  Misiones no viven en el Perú sino en Estados Unidos de Norteamérica y pienso si estarían allá en nuestra tierra estarían al pie del cañón poniendo su granito de arena.

Ahora me pregunto ¿Dónde están los voluntarios de la región Amazonas, dónde los líderes que no convocan a sus huestes?

Me dirán que esta no es la ocasión para hacerse presente, porque hay el peligro del contagio, pero, así como lucíamos muy bien nuestros chalequitos de la Misión, también podrían lucir sus equipos de protección y salir a los centros donde hay acumulación de gente y entregarles una tarjeta o un simple mensaje, donde se les recomienda que guarden su distancia, igual con las bodegas y con las cantinas, trabajando directamente con las autoridades respectivas. Ellos pueden ser también los que dan aviso de algunos enfermos que no han sido detectados. Nuestra Universidad Toribio Rodríguez de Mendoza tiene muy buenas autoridades y una gran calidad de alumnos de diferentes especialidades, que brillan, con luz propia, en el universo de la patria y bien podrían estar colaborando con los médicos y enfermeras.

EN EL DIA DEL PADRE, deseo muchos días de Felicidad a todos los PADRES de nuestra Patria, porque ellos son el pilar fundamental donde descansa el altar del Amor a nuestras Madres benditas, así mismo en este Día tan especial: Te pido perdón  Dios mío, por todas mis ofensas, mis malos entendidos, mis pecados y mis palabras mal dichas y me someto que se haga en mí según Tu Santa Voluntad.