La honestidad y la responsabilidad son valores, que muchas personas no los tienen en cuenta, más aún, cuando sobre ellos impera la ambición, la ignorancia y la influencia de personas mal intencionadas que los usan a su entera satisfacción, manejándoles detrás de bambalinas, con el fin de obtener sus más crueles intenciones, en beneficio de sus personas y sin considerar el daño que hacen a toda una población en general.

Toda persona consciente de aspirar a una ocupación, a un oficio y más todavía a un cargo público donde pone en riesgo el destino y el porvenir de una colectividad, tiene que tener capacidad y experiencia para tomar la pretensión de postular a tamaña empresa y además tener la suficiente valentía para no dejarse manejar como títere.

Nadie que no está preparado para actuar como piloto de un avión que lleva cientos de pasajeros pienso que no puede aceptar conducir tremenda máquina, aunque le ofrezcan el oro y el moro, le digan que va a tener buenos asesores y manuales que lo van a ayudar y si lo hace es porque es un irresponsable y no le importa la vida de la gente que, transporta donde están niños, mujeres, adultos y viejos que son engañados porque lo miran con un uniforme de piloto, lentes de aviador y hay gente que lo vitorea y le dice que si puede y él tiene la desfachatez de decir “el pueblo me pide”.

El domingo 6 de junio, en nuestra región Amazonas celebramos la Batalla de Higos Urco que se llevó a efecto en una hermosa pampa, a una legua de nuestra plaza de armas de Chachapoyas, capital de la región Amazonas y donde su pasto verde de esperanza se manchó con la sangre de nuestros bravos amazonenses que defendieron nuestra Libertad del yugo español que nos esclavizó y nos explotó por más de 400 años, ahora mis queridos paisanos este domingo 6 de Junio tenemos otra gran batalla que amenaza nuestra tranquilidad y prosperidad, que nos anuncia un ultimátum para el destino de nuestra patria el PERÚ, porque se cierne sobre nuestro territorio la nube negra del Comunismo y hay gente mal intencionada que desea convertirnos en un país igual a Venezuela, donde su gente se muere de hambre y muchos de ellos han tenido que refugiarse en nuestra tierra, los cuales pienso que se les desgarrará el corazón cuando se sientan a su mesa a ingerir sus alimentos conscientes que en su amada tierra Venezuela sus hijos y sus padres están buscando en la basura restos de comida con que mitigar su hambre de pan y de sentimiento ante la humillación de jerarcas que gozan de poder y miran con desprecio a sus connacionales.

Los Comunistas o la gente que dice ser líderes de tal partido son los que ofrecen repartir la riqueza del Estado, estatizar o nacionalizar las propiedades de los ricos para repartirlo entre los pobres y así haya igualdad, yo le escucho con mucha atención y me pregunto sin hallar respuesta que, ninguno de ellos dice voy a repartir lo que tengo y lo que uso. Me encantaría ver a ese señor que habla en nombre del pueblo y que muy de mañana se levanta a dar de comer a sus gallinas en su casa de campo o talvez en su pequeño fundito de varias hectáreas donde siembra maíz y frejol y ara la tierra con sus bueyes con yugo y su arado de madera con reja de fierro, que como una muestra del comunismo que predica, distribuya, como dice, los huevos que lo sobran y sus gallinas entre sus paisanos pobres o que preste sus bueyes o los regale a los que no tienen y alquilan por tres días a 70 soles diarios pagando 221 soles, que pienso no es que no sepa multiplicar, ya que es dirigente magisterial y desde luego debe ser el mejor de los docentes,  sino da 11 soles como donación que sinceramente es una cantidad muy mezquina. Seguro estoy que los docentes, aquellos que sembraron en nosotros las ideas de Libertad y Dignidad, aquellos que nos enseñaron a leer, más que darnos instrucción nos dieron su ejemplo de vida y sin ánimo de vanidad, nos orientaron para ser hombres de bien. Todos los profesores de nuestro amado Perú, tienen en su esencia el hábito del sacerdote franciscano bajo su piel, son ellos los verdaderos arquitectos de nuestro destino, los responsables del porvenir de sus alumnos, de sus triunfos, más que de sus fracasos, porque con un sueldo de hambre, trabajan sacrificada mente en todos los confines abruptos de nuestro territorio, en el silencio de las cumbres de las punas, en los valles, quebradas y ríos torrentosos, allá en el bullicio de la floresta de nuestra selva o en la sequedad árida de nuestros desiertos, ellos los hacedores de nuestro futuro, cargan sobre sus espaldas la orientación y la responsabilidad de los lugares donde habitan y tienen la inteligencia, como virtud, dada por nuestro Padre Celestial, para sugerir lo mejor y más conveniente para nuestra amada Patria el Perú y nunca por nunca ser causantes de males que lamentar. ¡Dios nos salve!

No tengo autoridad para recomendar a alguien por quien votar el domingo 6 de junio, lo único que pido a mis paisanos, a los jóvenes que no saben de lo que sufrimos con los que nos dio el terrorismo, a los hombres y mujeres que no fueron a votar en la primera vuelta, que el día de las elecciones, voten con el corazón y con el cerebro, con los sentimientos de que no queremos ver sufrir a nuestros hijos y nietos con hambre y falta de libertad y con inteligencia teniendo en cuenta el futuro de nuestra patria, olvidando los odios y resentimientos y con la esperanza de un mejor porvenir para nuestro pueblo y sin hacer caso las falsas promesas o mentiras a la gente con palabras violentas, sembrando odio y pregonando el divisionismo, que es lo que mejor funciona para los incautos, sino teniendo Fe en Dios y pidiendo de corazón que EL guie nuestras mejores intenciones, que abra nuestra mentalidad y que los electores pisen suelo y entiendan que la riqueza no se roba ni se regala, se consigue con nuestro propio esfuerzo, con nuestro trabajo sacrificado, que perdura y no se acaba porque lo que no te cuesta lo malbaratas, te avergüenza y despilfarras; que los hombres todos somos iguales ante los ojos de Dios y solo seremos mejores sin rencillas sin rencores y con Libertad y amor entre la gente de buena voluntad.