Para todos mis Familiares, colegas, amigos, hermanos, paisanos y conocidos en general, les deseo para este año 2022, que sea inolvidable, que brille el Sol de la alegría y la esperanza y que, Dios, Nuestro Señor, nos inunde con bendiciones de dicha y prosperidad; que se acaben nuestros males, los odios y rencores; que haya abundante trabajo, que nuestras mezas se llenen de pan y alimento que nos de vida que no abunde pero, que nunca falte; desaparezca las ideas absurdas, que no favorecen en nada, igual la prepotencia, la maldad y la ignorancia entre los dirigentes; que la educación mejore notablemente en sus programas y en sus profesores, con mejores sueldos y bien capacitados; que haya más respeto entre los que nos gobiernan; que las FF AA y la PNP, vuelvan a hacerse sentir como autoridades, que se acabe la corrupción y los entre dichos entre gallos y media noche, que desaparezca este maldito Covid y que en realidad sea un año como ninguno, un año para recordar toda la vida y se marque en las páginas doradas de la Historia, un AÑO  de realizaciones verdaderas, duela al que le duela y para recibirlo con algarabía vaya un poquito de ironía,  recibiendo  un AÑO NUEVO con mucha alegría, digno de quitarse de golpe “el sombrero”, blanco o negro, de paja o de paño, oscuro o luminoso, pradillo o de magistrado, pero quitar el sombrero, en señal de respeto y cariño a este amado Perú, que tanto amamos y debemos.

Que este AÑO NUEVO, sea como un nuevo amanecer lleno de esperanza, en que, sin pronunciar un juramento, ni siquiera una promesa, miremos nuestras almas con los ojos y la sabiduría del corazón y sin dar una palabra o una frase, encontremos al DIOS, que habita en nosotros mismos y nos llenemos de valentía y jolgorio y gritemos a voz en cuello: