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CRUCES DEL POLICIA RETIRADO

Pastillita para el Alma 25 – 04 – 2022 Con profundo dolor me vi obligado de transcribir una carta de un colega de Institución y mejor amigo, dirigido al señor general PNP Comandante General de la Policía Nacional del Perú

CRUCES DEL POLICIA RETIRADO



26/04/22 - 08:59

Pastillita para el Alma 25 – 04 – 2022

Con profundo dolor me vi obligado de transcribir una carta de un colega de Institución y mejor amigo, dirigido al señor general PNP Comandante General de la Policía Nacional del Perú, por intermedio de un amigo personal, que en estos momentos ocupa un alto cargo en el Ministerio del Interior y a quien le pedí por favor, me ayude en hacer llegar a las altas autoridades de la P N P y de la cartera del Interior, sobre la situación “GRAVE Y DOLOROSA QUE AFECTA A LA POLICIA DE AVANZADA EDAD, Y QUE VIENEN A RECIBIR ATENCIÓN ESPECIALIZADA EN EL HOSPITAL CENTRAL DE LA P. N. P. Y EN LOS ESTABLECIMIENTOS DE SALUD, CON PERSONAL CALIFICADO QUE SOLO EXISTE EN LA CAPITAL DEL PAÍS”, tal como lo expresa, textualmente, mi amigo el coronel que ayer fue de la Policía de Investigaciones del Perú.

El llegar a ser viejo no es un estigma, ni una condición etaria para ser víctimas de mal trato y de indiferencia con lo que muchos de los señores que alcanzan diferentes cargos en establecimientos públicos y más criticable aún, de personas de ambos sexos, que se desempeñan en los diferentes establecimientos de salud, tanto privados y peor en los servicios del gobierno, como mal atienden a los enfermos de la tercera y cuarta edad.

Ser VIEJO es un galardón que se debe exhibir y ostentar con dignidad. Es una estadía en que una persona ha sido “bendecido por Dios” Quien le ha regalado la oportunidad de llegar a la cima de su existencia, dándole salud, la cual ha sido en beneficio de las comunidad y más en el caso particular de los POLICÍAS VIEJOS, que desempeñamos nuestro trabajo con responsabilidad y respeto a la sociedad a quiénes servíamos, los cuales fuimos la mayoría de servidores, que honramos el uniforme, que nos concedió la patria, también, sin dejar de hacer mención, de aquellos muy contados que denigraron y mancharon nuestro glorioso uniforme.

No es que vivimos en una sociedad sin valores, poniendo como pretexto la globalización y el modernismo, como herramientas para dar un vuelco total en nuestro comportamiento y agarrarnos de los brazos de una cultura universal, donde las costumbres y los hábitos son diferentes en los países, especialmente del primer mundo, olvidando que nuestro Perú tiene sus raíces en  gente con mucho sentimiento y amor para sus congéneres y ahora olvidando nuestros orígenes sean personas que hieren, con su trato y actitud, a seres dignos que han logrado cruzar el dintel, donde llegamos los viejos de ahora y esperamos el respeto y la consideración que les dimos como ejemplo para el trato de nuestros mayores y más si vemos que son enfermos o discapacitados.

Ayer domingo, con mis hermanos del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Perú, que como antes, siguen siendo igual de serviciales y bondadosos, me fui llevando a un paciente encima de los 80 años, médico de profesión, a una de las mejores clínicas del país, donde sentí del personal asistencial, tanto para el enfermo como para los familiares, el trato hostil, carente de respeto al dolor del enfermo y la angustia del familiar acompañante. No es posible que sin preguntar ni siquiera el nombre del familiar, la enfermera se dedique a conectar al paciente a los monitores que te informan de presión arterial, de la frecuencia de su pulso, de la saturación de oxígeno y sin hablar ni mirar al paciente menos al familiar, solo vean el papel donde copian números y cifras inertes. Me pregunto cuánta razón debe tener el coronel PIP retirado, un personaje de toda credibilidad, de una conducta intachable, cuando afirma que nuestros hermanos en situación de retiro, tienen que “hacer largas colas, desde la medianoche, en la puerta del hospital central, sentados en la vereda y expuestos a la inclemencia del frío, con el agravante que sus dolencias se agravan por el trato inmisericorde que se les da y cuando les toca su turno a las 08.00 hrs., solo son atendidos entre 4 y 5 personas y vuelven a ser citados porque ya no hay cupos o porque sus documentos tienen procesos burocráticos en la mesa de partes” 

Esas grandes Organizaciones de los Derechos Humanos, que según comentan, son bien remuneradas con dinero del extranjero, solo sirven para ver la situación de hombres y mujeres que han sufrido muchas veces lesiones al margen de la Ley, la de sus familiares, porque sus hijos o sus conyugues están privados de su libertad; acaso no sería más beneficioso que también se ocupen de las personas enfermas, de los discapacitados física y mentalmente, que abundan en las calles de la gran Lima y de las ciudades grandes de provincias, al margen de situación política, su profesión, su oficio, su credo religioso e inclusive el número de años que cargan sobre sus espaldas. Dónde están las organizaciones de caridad, aquellas que tienen monumentos y escudos en calles y plazas principales las organizaciones que se esconden tras telones de secretas, e inclusive donde están nuestros jefes, oficiales y personal subalterno en actividad que no alzan su voz de protesta por nuestros hermanos que ahora nos necesitan que hablemos por ellos, que griten y peleen, porque a los retirados muchas veces ya no nos escucha nadie o creen que la vejez talvez se contagia y ellos creen que nunca llegarán a estar en la cumbre de la longevidad y creen que el descenso es fácil sin considerar que muchas de nuestras facultades físicas y mentales van desapareciendo poquito a poquito y se aceleran cuando hay patologías que complican nuestra existencia, sobre todo a nuestros familiares y se agravan cuando con el mísero sueldo de un policía honesto, la única herencia que puede dejar a sus hijos es su ejemplo de la práctica de sus valores éticos y morales.

Que se comprenda que esta PASTILLLITA PARA EL ALMA, no es una queja ni una dádiva de misericordia, es un DERECHO DE LOS POLICÍAS VIEJOS Y UNA EXIGENCIA DE RESPETO A NUESTRAS AUTORIDADES QUE TIENEN LA OBLIGACIÓN DE VELAR POR NUESTRA SALUD Y BIENESTAR.

SÚPLICA
(Aurelia Ramos)
Perdonadle, Señor, con fe te lo pido
Perdonad su egoísmo y sus traiciones
En lugar de castigo merecido
Colmadle de alegría y bendiciones

Que su ilusión le sea concedida
Que goce de placer, sosiego y calma
Que no recuerde que ronchó mi vida 
Que no recuerde que mató mi alma

Yo os ruego con amor grande y profundo
Que no sufra un pesar ni un desengaño
Y cuando, al fin os lo llevéis del mundo
Que sea sin hacerle mucho daño….

Jorge REINA Noriega
*AYÚDAME A AYUDAR*
jorgereinan@gmail.com
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