Otra vez, nuestros pueblos, van a enfrentarse para elegir a las autoridades que velen por nuestras comunidades y como tal una serie de personajes, se preparan en demostrar que uno es mejor que el otro y para eso, empiezan a sacar lo mejor de su repertorio, para ofrecer una serie de soluciones a los problemas, con los cuales conviven diariamente y no los molestan, mientras no sean autoridades y por lo tanto son incapaces de hacer quejas o protestas, en beneficio de los que no tienen voz.

El resultado de esto es que muchos de nosotros somos egoístas. No entendemos en su verdadera dimensión, que cosa es la convivencia en paz y la comodidad de estar con la conciencia tranquila, por no haber dañado a nadie y mucho menos, ser objeto de críticas por su falta de conocimientos en los temas que afrontan o por haberse apropiado del tesoro público, como vemos en estos últimos tiempos, donde la corrupción campea en casi todos los estamentos del sector administrativo, según comentan.

En todo enfrentamiento entre grupos políticos, es necesario que los contrincantes, aprecien a su contendor, no en forma individual, sino en forma grupal, para descubrir sus verdaderas intenciones, ya que muchas veces no es el líder, el mejor ejemplo de virtudes, porque puede ser un lobo vestido con piel de cordero, que ofrece maravillas, o en el mejor de los casos es un hombre honesto, con muy buenas intenciones, pero rodeado de gente astuta y mal intencionada, siempre acomodada, con el mejor postor…, viejos zorros astutos, que viven cómodamente de los incautos, a los cuales rodean.

Los enfrentamientos deben ser cautelosos y apropiados, sin mal herirse y menos sacarse sus trapitos al sol, sino con honestidad y sinceridad, reconociendo, en favor del pueblo, quien es el mejor, porque, si verdaderamente van con buenas intenciones, el que, al final de cuentas, es el pueblo que alcanza el progreso y el adelanto, en beneficio de todos, ganadores y derrotados.

Con los ejemplos que estamos viviendo en la actualidad y a lo largo de nuestra vida republicana, es mas que suficiente, para que los políticos, hagan un buen examen de conciencia, mediten y reflexionen, porque, todo lo malo que uno hace, al final de cálculos, se descubre, porque no hay  nada oculto bajo el sol y lo mal habido siempre será una carga que, nunca dejará vivir a alguien en tranquilidad y felicidad completa y más, si por sus artimañas, van a caer a la sombra de una prisión, con el perjuicio para el culpable y de vergüenza de sus familiares, parientes y amigos en general.

Conozco médicos, muy de cerca, que son grandes cirujanos, personas honorables, honestos a toda prueba, que mucho más bien harían en su sala de operaciones, en hospitales o en sus consultorios particulares, metidos en el sucio juego de la política. Profesionales de diferentes especialidades, que tienen una vida tranquila y en paz, con trabajos bien remunerados, dedicados a trabajar con entusiasmo y alegría de vivir haciendo lo que si saben hacer bien y para lo cual se prepararon y se quemaron las pestañas, pretendiendo ser autoridades.

Sé de buena tinta, a un ingeniero, que fue senador y ministro de estado, que cuando volvió a su vida privada, se quejaba porque ya nadie le hacía caso y se lamentaba diciendo, que el poder, esa vanidad de ser alguien superior, era un verdadero engaño, porque uno se acostumbra a la adulación y a los homenajes de gente mentirosa que solo buscan sacar provecho y después los echan barro e indiferencia.

El mensaje de Jesucristo, que nos dice: “Amad al prójimo, como a uno mismo”, sería importante que cale hondo en el corazón de muchos de los candidatos, para que aprendan, primero a amarse a si mismos y luego, llenos de amor, amar a su prójimo y a su pueblo, porque nadie da, lo que, uno, no tiene y ser político de verdad, es demostrar el amor, en su máxima expresión, al necesitado y al que sufre de verdad, viendo el beneficio de su comunidad, en un juego limpio y honesto consigo mismo y sus electores.