11/10/22 - 03:26
Pastillita para el Alma 10 – 10 – 2022
Carmelita Merino, la luz se apagó en tus ojos, pero tú seguirás brillando toda una eternidad; jamás la nube silenciosa del olvido, borrará tu imagen llena de bondad y de amor incalculable; tu efigie señorial, permanecerá en nuestras retinas, como fiel representante de la belleza inmortal de las damas de nuestra aristocrática ciudad de San Juan de la Frontera de los Chachapoyas. Carmelita, contigo se van terminando todas aquellas damas de rango abolengo, que marcan una era en la historia de una región, metida en la ceja de selva de nuestro agreste territorio y que supieron conservar, en el silencio escondido de la decencia y la elegancia, el honor, de toda una vida, consagrada a cultivar, como en un altar, muy preferencial, las virtudes y los buenos modales, de un rango y admirable linaje, a lo largo y a través del tiempo, con el respeto y la moderación de las buenas costumbres, sin vanidades ni menos, humillaciones, para nadie.
Criada en un hogar de valores bien cimentados, te convertiste en la esposa ideal de tu amado y noble personaje don Germán Merino Rubio, con quien forjaste una familia ejemplar, trayendo a este mundo a cuatro amados hijos, que brillan en el firmamento de la patria y aún en el extranjero, cuyo primogénito, partió tempranamente al reino celestial, llevándose un pedacito de tu alma y sumado a eso, su pase al Oriente Eterno de tu llorado esposo, abriendo la puerta para que inicies, en forma silente, tu peregrinaje a la Casa del Señor, decayendo paulatinamente en tu salud, pero bajo el cuidado constante permanente de tus hijos y tu querida familia.
Los seres humanos, tarde o temprano, tenemos que partir de este mundo, pero lo importante es dejar huellas y rastros profundos que perennicen nuestro nombre a través del tiempo y su bagaje histórico y, tú Carmelita, serás recordada, entre otras muchas cosas más, por tu nobleza de corazón en las acciones de ayuda y de socorro que hiciste a los más necesitados y desventurados, cuando fuiste la primera presidente del Comité de Damas de Luz de Amazonas y de muchas organizaciones que serÃa largo enumerar o también, cuando personas de escasos recursos económicos, golpeaban a tu puerta y además del pedazo de pan, para calmar su hambre, estaba la palabra dulce que, hacÃa olvidar los pesares y salÃan reconfortados y contagiados, con tu alegrÃa de vivir, para afrontar los problemas en forma distinta. Sin embargo,  para muchos, siempre permanecerás en nuestra memoria, siendo lo más loable y de inmensa recordación, tu comportamiento, como una hermosa dama y gran anfitriona, para los paisanos y forasteros que llegábamos al templo de tu domicilio, donde nos mostrabas a raudales, la dulzura de tu cariño y la fragancia y franqueza de un trato sumamente cordial, haciéndonos sentir la amabilidad añeja, de épocas imborrables, de una vieja y sentida amistad, que florecÃa incólume en el santuario de tu aposento, transportándonos, como en un sueño, del cual no querÃamos despertar, de sentida añoranza, a nuestra fidelÃsima ciudad de capulÃes, romeros, naranjales y limoneros, de callecitas rectas y casitas con paredes blancas, con veredas de piedras calizas, donde el goteo de la lluvia, como lágrimas de olvido, hacÃan pocitos, que casi han desaparecido, junto con la bondad de la gente.
Tus hijos adorados, tus amados nietos, tu linda familia y todos nosotros quedamos acongojados con tu partida y valga la triste oportunidad, para decirnos adiós, con la esperanza de que hemos de volver a vernos, porque nuestra Fe y la infinita misericordia de Dios, calmarán el anhelo de nuestro reencuentro, en otro plano superior, con nuestros seres queridos, que se llevaron un retacito de nuestro corazón, mientras tanto, la pena inmensa de tu partida, nuestra querida Carmelita, será tal vez un poco compensada, con todo el amor que nos diste en tu paso por este mundo.
SEÑORA, DOÑA CARMELITA VIGIL, Vda. de MERINO, ¡¡¡DESCANSA EN PAZ…!!!Â
Jorge REINA Noriega
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