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NUESTRO ROMEO

Pastillita para el Alma 09 – 11 – 2022 Romeo, no era un perro cualquiera, era un sharpei, que llegó a nuestra casa como un regalo de un familiar

NUESTRO ROMEO



15/11/22 - 05:25

Pastillita para el Alma 09 – 11 – 2022

Romeo, no era un perro cualquiera, era un sharpei, que llegó a nuestra casa como un regalo de un familiar muy querido y que alegró nuestro hogar casi durante 7 años. Al comienzo era un poco huraño, su presencia imponía respeto, pero de poco a poco, fue ganando confianza y al recibir el cariño de todos nosotros, se sintió dueño absoluto de su nuevo alojamiento. Paseaba su linda figura por toda la casa, gruñía y atacaba a la gente desconocida y a los familiares que muy poco los veía. No conocemos cual era la razón por la que les tenía cólera a los dos vigilantes que hacen servicio en la calle, frente a la casa. A ellos los atacaba y a uno de ellos logró inclusive hacerle una pequeña herida en la mano, una vez que se escapó y lo encontró fuera de su cabina; nunca supimos la razón de su odio, tal vez era porque se lo llevaban muy fácil, con relación a él, que cuando menos ladraba, no ganaba sueldo y cuando salía a la calle, lo sacaban con cadena y bozal.

Era sumamente cariñoso, querendón y besucón, era el engreído de mi Natita, porque cuando llegaba de su trabajo, lo abrazaba y la comía a besos como si la viese después de mucho tiempo, era obediente, pero no sumiso, si le ordenabas que vaya al segundo piso, lo hacía, pero no corriendo, sino caminando y de rato en rato volteaba la cabeza y te miraba desafiante. Nunca le gustaba quedarse solo, cuando había alguna visita y le aislábamos, comenzaba a aullar como si alguien lo estaría torturando. Su amiga renegona era la Tilsa, una perrita pequeña foxterrier, que le gusta ladrar mucho y Romeo parece que le molestaba el ruido, por eso venía corriendo y aparentaba morderla en el cuello y cuando ella la mordía en sus grandes arrugas de su piel, la empujaba con sus partes traseras y solo una vez le dio una gran sacudida como una reacción, a una de sus dentelladas. Era un problema cuando le tocaba bañarse, tanto así que en las veterinarias ya no lo aceptaban aún con bozal y cadena, razón por la que su amigo le llamaba “pestocito”. El Chemo es un perro viejo cascarrabias y provinciano, que ladra en aymara o quechua, hocicón y como casi todo serrano, envidioso y fanfarrón, que se peleaba con Romeo frecuentemente, porque este lo invadía su territorio, sin embargo, cuando él se quedaba en el jardín, Romeo, abría la puerta del comedor para dejarle entrar y no se muera de frio. Romeo abría las puertas corredizas del comedor que da al jardín y después de almuerzo casi siempre agarraba un juguete de Tilsa y le gustaba que se le tire al jardín y lo traía y jugaba corriendo alrededor de la mesa del comedor; de mi era mi gran aliado, siempre se sentaba a mi lado en el momento del almuerzo y disimuladamente compartía mi plato, sin que nadie se de cuenta, muchas veces estaba en el tercer o segundo piso y escuchaba mis tres palmadas y venía corriendo, a donde yo me encontraba. Mi Natita le enseño a obedecer la orden de seat y también a extender las patitas delanteras, que lo hacía muy graciosamente. 

Romina y Camiila también lo querían mucho, porque jugaba con ellas, las abrazaba y besuqueaba por toda la cara, con Salvattore jugaba subiéndose a su cama y también lo lambía por todo el rostro. Milko lo sacaba a pasear de vez en cuando, pero por alguna razón desconocida, le orinaba en su dormitorio, por el lugar donde se recostaba a dormir. Muchas noches, Jorge lo sacaba por el parque, junto con el Chemo y mi Mayita iba con su Tilsa. Para mii Marita era su compañía durante casi todo el día, tanto en el primer piso, como en su dormitorio, hasta la tarde en que iba a morir estaba echado en la alfombra al pie de su cama recibiendo cariños de ella. Mi Carlitos y mi Chachita también lo querían bastante, aunque al comienzo le tenían un poquito de miedo.

Al comienzo de la pandemia del Covid 19, Romeo cayó enfermo, empezó a adelgazar, sus orinas cargadas como el color de la coca cola (colúricas) y sus heces blancas como greda (acolia), empezó a llenarse de líquido en su barriguita (ascitis) y decayó en su temperamento (astenia), sin apetito (anoréxico). Mi Mayita se hizo cargo de Romeo junto con mi Natita, lo llevaron varias veces a la clínica veterinaria, recibió tratamiento, le cambiaron de dieta y mi Mayita se encargó de su tratamiento en forma muy minuciosa. Romeo comenzó a recuperarse después de varias extracciones de líquido de su abdomen (paracentesis) y nuestra casa volvió a sonreír, porque Romeo subió de peso y volvía a ser el engreído de la casa. Siempre estuvo bajo control con su médico veterinario, pero aproximadamente hace unos treinta días, las cosas volvieron a ponerse nuevamente color de hormiga para nuestro querido animalito, nuevamente con los mismos problemas de meses anteriores. Volvieron a hacerlo dos paracentesis, ya no quería comer, perdía peso y nuestro Romeo se fue de este mundo en los brazos de mi Mayita, mi Natita y su veterinario el día 08 de noviembre a las 23 horas.

Ahora nuestra casa está profundamente condolida. No ha muerto un perro cualquiera. Ha muerto Romeo, un miembro de nuestra familia, por el cual todos hemos derramado nuestras lágrimas y hasta ahora mi Natita, Mayita y Salvattore, siguen llorándole desconsoladamente. A Romeo solo le faltaba hablar y me hizo comprender que la verdadera amistad y el amor real, no se expresa con palabras, se siente…, si, se siente en el corazón, porque son ondas que se trasmiten a través del silencio del espacio, se impregnan en nuestro espíritu, se quedan para siempre y mientras hay vida, se nota en la imagen que se revela en nuestros ojos, porque nuestros ojos se envejecen en su función, se cansan, disminuyen en su visión,   pero nunca en su forma, siguen siendo ovalados y no tienen arrugas y es así como yo lo recuerdo en los ojitos color caramelo, como el aguaymanto, de nuestro Romeo. Quizás sea cierto que los animalitos no tienen alma y no tienen ni paraíso ni averno, o quizás existiendo la vida eterna después de la muerte y si hay reencarnación, nuestro Romeo tuvo un retacito de ser humano, que convivió con nosotros un poco tiempo, estas son suposiciones en que la pena me hace divagar, pero yo, si estoy seguro, que Nuestro Dios, con su infinita misericordia, trata a todas sus criaturas, con su Gran Amor Divino y nos coloca a todos en un lugar especial, mientras mi esposa Marita, mis hijos y mis nietos muy adoloridos guardan las cenizas de nuestro querido Romeo, en un lugar preferencial de su casa que cuidó con tanto esmero, mientras estuvo con nosotros.

Jorge REINA Noriega
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