Adefesio, es una palabra que siempre lo escuchaba en la casa de mis padres y de vez en vez, lo escucho a mi hermano en su Radio Reina de la Selva, por lo que anoche busqué, cual es el significado correcto de dicha palabrita y en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, encontré lo siguiente, que era una palabra de origen latino que hacía alusión a los Ephesios y estaba relacionado con las penalidades que sufrió el apóstol Pablo, cuando predicaba a los gentiles de Éfeso, además de referirse a persona o cosa ridícula, extravagante o muy fea, además de despropósito, disparate… Y cómo que hay razón de utilizarlo, en esta época, tan crucial para la tranquilidad de nuestro pueblo, ante las temerarias frases que son utilizadas por gente de diferente nivel cultural, social y económico, buscando justificar el desorden y el vandalismo que está destruyendo nuestro país. Estas personas inescrupulosas, tienen todos los argumentos, para calificarlos como vulgares adefesios, ya que no respetan el orden público ni a las autoridades, que, por reglamento y mandato de la Ley, tienen que proteger la propiedad pública y privada, así como la integridad de todos los seres humanos, que en uno o en otra forma no coincidimos con sus métodos y formas de protesta. 

En el campeonato mundial de futbol, evento que casi ha pasado desapercibido por todos los peruanos, por obvias razones, al margen de los resultados de los partidos y de los 22 multimillonarios que corren detrás de un balón esférico, en un área de césped bien cuidado, para la diversión de 30 o 50 mil espectadores, que gritan descabelladamente, alentando a su equipo y maldiciendo al señor, que con su silbato en la mano, trata de no responder a los jugadores, que en diferentes idiomas, recuerdan parte de la anatomía de su progenitora, sin embargo en este evento que ha sido seguido por casi los 7 mil 400 millones de habitantes del mundo, me ha dejado muy impresionado por la actitud de su majestad de la república de Marruecos, el rey Mohamed VI y por la manera del entrenador de origen marroquí, el señor Walid Reguiagui, de 45 años, que consiguieron que un equipo, casi desconocido, en el ambiente del balompié, llegue a jugar casi la final del campeonato mundial y esté ubicado entre los 4 mejores equipos del mundo. ¿Dónde está el milagro del camino glorioso que siguieron sus bravos jugadores, cual bravos gladiadores, que dieron cuenta de sus rivales?, claro que muchos vamos a decir que se debe a su buen estado físico, a la técnica y tácticas de su entrenador y de sus preparadores físicos, pues todos los que así opinan, tienen toda la razón, sin embargo, todos los equipos se preparan para tener buenos resultados y muchos quedaron a la vera del camino, pero, los marroquíes tuvieron algo más y se debe a la cualidad del Rey Mohamed VI, quien se dedicó a que todos los jugadores y todos los personajes que se encargaron del cuidado y preparación de los jugadores, vivieran, los últimos meses, en el calor de su hogar, donde estuvieron prioritariamente, las madres y las esposas de los jugadores y de todo el personal administrativo. Las madres eran las que se preocupaban de su alimentación de su atención en el ambiente de su hogar, de la curación de sus lesiones, de su higiene y su vestuario, de apoyarles y darles el aliento para que puedan rendir el máximo de sus esfuerzos y habilidades, pidiéndoles que todo lo hagan por ellas, por el amor que les tienen y quien se niega a ello.

Señores paisanos y amigos que leen mis Pastillitas para el Alma, que oportuna la actuación de su majestad Mohamed VI, quien nos dio el ejemplo porque puso en primer y preferente lugar, la posición de la MUJER, de las madres, de las esposas, de las hijas. La mujer la presencia de Dios en la tierra, la única capaz de crear y mantener vida dentro de sus entrañas, la que sabe de nuestras angustias, preocupaciones, nuestras alegrías y a la que dedicamos nuestros triunfos y lloramos, en su pecho, nuestras derrotas. Nuestras madres, amigos, las que bañan con sus lágrimas nuestros rostros, las que acarician con sus manos y levantan del polvo rodando aun nuestro dolorido cuerpo.

Si mis hermanos y compatriotas, ahora que nuestra patria se desangra, ahora en que hay convulsión y atentados en las calles y en los poblados más alejados, pidamos a Dios para que, Él, con su debida misericordia abra la mente de los hombres, de los jóvenes y aún de los niños, para que nuestras madres, esposas, nuestras hijas y hermanas sean las que ponen la palabra razonable en nuestras mentes y vuelva la paz a nuestros hogares, porque al final de cuentas ellas son las que cargan el bulto de nuestras desventuras, las que paran la olla en nuestras casas, las que bañan con lágrimas nuestras heridas, las que sienten y sufren por el marido muerto o por el hijo ausente, a veces en la cárcel mal oliente.

Dios apiádate de nuestro pueblo, haz que la paz vuelva a nuestro Perú, que se acabe el sufrimiento y termine el temor de las balas y el hambre. No puede ni debe haber guerra entre hermanos peruanos. No hagamos realidad el capricho de los que nada tienen que perder y se esconden cuando las papas queman.

Que nuestra gente vuelva a reír con el sol de la alegría, que las nubes de la oscuridad y de la maldad humana desaparezcan, que nuestros hijos y nuestros nietos tengan la felicidad de no ver truncados sus estudios, que haya mejores líderes que cultiven el amor entre la gente y que nuestra Patria, el Perú, vuelva a ser libre y soberano.