No es por hablar sandeces, ni expresar ingratitudes, resentimientos o simplemente decir pavadas, pero en realidad es cierto, lo que aquel, anónimamente dijo, en su poema VERDADES AMARGAS: “¡Amigos!... Es mentira, no hay amigos; ella cambia, se aleja y desaparece, con los giros que da la situación. Amigos complacientes, solo tienen, los que disfrutan de ventura y calma; pero, aquellos que abate el infortunio, solo tienen tristezas en el alma.”

Es que la amistad, considerada en su verdadera acepción, es un sentimiento inigualable, incomparable, valorada más que la relación de hermanos entre sí, de novios, de parientes en general, aún entre esposos, en los que, en estos últimos, el verdadero amor y la pasión de la juventud, en la vejez, se trasforma, en algunos casos, en una auténtica y real amistad. 

En los amigos verdaderos, no hay intereses, como se da entre los hermanos, en los que muchas veces los celos y preferencias dan inicio a resentimientos vedados o en aquellas parejas que se juraron amor eterno, por el orgullo y por no saber perdonarse, en un momento dado, se presenta discusiones que terminan en odios y revanchas, o la destrucción de empresas por la enemistad de los socios y aún por intereses mezquinos donde hay líos entre padres e hijos e inclusive crímenes. La miseria humana es la peor enemiga de una Amistad y un Amor verdadero. 

No es fácil encontrar un Amigo, tal vez crees hallarlo entre los más conocidos, en aquellos que desde niño se unieron y parecían inseparables, ni siquiera entre los condiscípulos o compañeros de escuela, colegio y universidad, tampoco en los que compartieron pensiones, alegrías trascendentales, aventuras deportivas, desgracias o tristezas inconmensurables. Es que ser amigo, es alguien que tiene parecido sentimientos y afectos, aquel que se descubre íntegramente y no esconde envidias ni ambiciones personales ni complejos de superioridad o inferioridad.

No es un verdadero amigo el que se complace con una copa de licor alrededor de una mesa, del que cuentas chistes jocosos, es un experto en el manejo de los dados y los naipes o cuenta chismes y noticias de fulano, mengano y perencejo, el que canta bonito y es un eximio artista tocando un instrumento musical, ni tampoco el que se alegra con la desgracia de otros o el asiduo concurrente a las fiestas de cumpleaños, matrimonios y velorios, entierros y crematorios, manteniendo su faz sonriente o compungida, de acuerdo a la situación que lo toca y oculta astutamente, su disfraz secreto, para no mostrarse en su verdadera identidad.

Personajes ayayeros, locuaces y zalameros, que fácilmente encuentran ubicación muy cercana a los que están en el poder y son los ventajistas, porque “venden” muy bien sus influencias a los incautos y a los que creen en ellos. Personajillos jactanciosos de sus logros, que se publicitan ostentosamente en cuanta reunión asisten, sin importarles ridiculizar al que fue merecedor de un favor y se ufanan por el puesto que les consiguieron.

Dónde están los verdaderos amigos, en estos momentos de inmensa desgracia que vive nuestro Perú, con los problemas climatológicos, donde se han metido los “líderes bien intencionados” que se preocupan por el bienestar del pueblo, dónde se han escondido aquellos que luchaban por la ventura y suerte de los que ostentosamente les llamaban “Mi Pueblo”, se borraron del mapa los Aníbal, los Guido, las Betssy, los que alzaban valientemente el puño izquierdo e iban a encargarse de los más humildes y de los más sufridos, seguro estoy que esa señorita con su departamentito de 300,000 dólares, está preparando un lugarcito para dar hospicio a las víctimas de las avalanchas y desbordes.  

Estos son los amigotes que circulan por el mundo, como en una fiesta de disfraces, donde los mejores actores, en el carnaval de la vida, son los que triunfan engañando y estafando a sus confiados seguidores, que no descubren sus protervas intenciones mezquinas. Estos, son los personajillos de opereta barata que, alzan su voz, en cuanta reunión asisten, porque siempre desean estar en el ronroneo de los que los escuchan y a veces aplauden. 

Cuantas veces yo he querido ser un buen amigo, pero a lo largo de mi cansado camino, hasta ahora no he podido conseguirlo. Me aquejan muchos defectos, que no logro dominarlos, talvez soy demasiado tímido y no expresivo para manifestar mis verdaderos sentimientos. No soy suficientemente compasivo y tampoco logro identificarme, plenamente, con el dolor y el sufrimiento ajeno. Guardo rencores y resentimientos que, me atormentan y nunca logré comprender exhaustivamente a mis semejantes. Hice lo imposible por dominar mis vanidades y mis falsos orgullos. He tratado de ser humilde lo más que pude, pedí perdón infinidad de veces, pero, no he podido perdonar sincera y totalmente algunas injurias que, seguramente bien merecidas, he recibido. 

La Amistad es una bendición de Dios, es un milagro de la vida. Es encontrar a personas semejantes con grandeza de corazón, con inmensa bondad, libre de apetitos monstruosos que dañan las sanas intenciones.

La Amistad es una apoteosis de la vida, es un Milagro de Dios en la Tierra, hecho Verdad.