25/11/23 - 18:20
Pastillita para el Alma 24 – 11 – 2023
Hay noticias inesperadas que cuando llegan a nuestros oÃdos, son como el ruido ensordecedor del trueno que anuncia una tormenta espantosa, nos deja profundamente angustiados, entramos en confusión y a nuestra mente vuelven recuerdos y añoranzas de escenas simples de la vida, en las que el tiempo no ha logrado cubrir con el manto indiscutible del olvido.
LaÃnez Oswaldo Chavezarroyo Paredes, nació en la ciudad de Lámud, capital de la provincia de Luya de la región Amazonas, un 13 de diciembre y en forma casi imprevista, alzó vuelo en su viaje al infinito el 22 de noviembre del presente año, dejando en el profundo dolor a su adorada esposa Nina, después de 60 años de feliz matrimonio, y con la que tuvo tres hijos, que ahora lloran su partida, junto con sus nietos, hermanos y demás familiares, sin dejar de mencionar a su hijo fuera de matrimonio, oficial del Ejército Peruano, hoy en la situación de retiro, en este momento ausente de nuestro paÃs y que también llora su partida.
Con LaÃnez nos conocimos en la década del 50 del siglo pasado, mientras estudiábamos en el Colegio San Juan de la Libertad de la fidelÃsima ciudad de San Juan de la Frontera de los Chachapoyas. Desde el primer instante hicimos una gran amistad, que con el pase del tiempo se acrecentó y se convirtió en una verdadera hermandad, sin ambages, sin condiciones, sin esas promesas que con el correr de los años, la separación personal y la distancia deja al descubierto hipocresÃas y engaños, que nada ni nadie los puede borrar.Â
Ahora, solo yo soy depositario de esas ilusiones de estudiante, de sus sueños irrealizables como cirujano dentista, de sus celos infundados y el tenaz guardián de la prenda que le habÃan encargado sus padres y en la cual yo, colaboraba obligadamente y en cuyas conversaciones intercambiábamos ilusiones y esperanzas que, el tiempo nos negó y que se hacÃan mientras regresábamos, después de estudiar, en nuestro diario trajinar por la carretera de las lomas del Colorao o por el cerro del Blanco, camino al Tapial, aeropuerto antiguo de Chachapoyas.
Hay personas, las cuales dejan huellas indelebles por su paso en este camino indescriptible, ancho y ajeno de la vida. Personas escogidas con el dedo Ãndice de Dios, a los cuales nuestro Creador, los mantiene en Su palma durante toda su existencia en la tierra. Personas bondadosas, honestas por los cuatro costados, sinceras y con un alma blanca donde no hay sitio para la maldad, el odio o el rencor, menos la ingratitud o la maledicencia. Esta fue la clase de hombre de mi hermano LaÃnez Chavezarroyo Paredes, que se fue sin una despedida, un personaje decente y orgulloso de sus querencias, devoto del Señor de Gualamita, no dejaba de ir a la celebración del Santo Patrono, todos los años y estaba en su Lámud querido desde el 1° al 30 de setiembre, gozando del aprecio y el cariño de todos sus paisanos y contertulios, disfrutando de los saucos, los eucaliptos, la quietud de la quebradita de Cakshunta y el desplazar de las aguas del rÃo Juscusbamba, cuyas paz le devolvÃan a sus años infantiles y juveniles.
A mis hermanas y amigos Chavezarroyo, a ti mi querida hermana Nina, a todos vuestros familiares os hago llegar mi profunda pena por la partida de un gran amigo, más que amigo, un gran hermano y solo pido a nuestro Creador que el recuerdo de todos los actos buenos que hizo nuestro querido LaÃnez, mientras estaba en esta tierra, sirva de consuelo y compensación para el dolor que os aqueja y estoy seguro que desde el cielo, junto a Dios, nuestro queridÃsimo LaÃnez estará pendiente de todos vosotros y velando por vuestro bienestar fÃsico y espiritual.
*QUERIDO HERRMANO LAINEZ OSWALDO CHAVEZARROYO PAREDES, DESCANSA EN PAZ*
Jorge REINA Noriega
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