El 19 de diciembre del 2023, reconfortada con los cuidados médicos de su querida hija y su inquebrantable Fe religiosa, como una pavesa, se fue apagando la vida de nuestra muy querida Isabelita Inchaustegui viuda de Velarde, una de las damas de la vieja aristocracia chachapoyana que, con su belleza y don de gente, marcó toda una época, tanto allá en nuestra querida tierra, como en todo el tiempo que vivió rodeada del amor de su esposo, de sus hijos y sus nietos en la capital de la república.

Como no recordarle a Isabelita, para muchos Chabuquita o Shabiquita, en su casa solariega del jirón Amazonas, adorada por sus padres, respetada y admirada por sus familiares y vecinos, cuando vestida con la pureza inmaculada de blanco, contrajo matrimonio con el capitán médico de la Guardia Civil el Dr. Lino Velarde, con su uniforme de parada de color negro, con botones dorados y espada al cinto. Inolvidable el espectáculo del cruce de espadas de los oficiales de la Benemérita Guardia Civil del Perú, en la antigua catedral de la Fidelísima ciudad de San Juan de la Frontera de los Chachapoyas.

Isabelita, nunca perdió su sencillez, su elegancia y su señorío, muy de vez en vez, asistía a las reuniones de las damas del Club Departamental Amazonas y al grupo de amigas de Auxilios Mutuos de Chachapoyas, donde compartía, en forma muy amena y cordial con muchas de las señoras y señoritas que no eran, tanto así, de su generación, pero con quienes se reía y gozaba del calor y las ocurrencias de las asistentes.

Católica practicante y asidua concurrente a los grupos de oración de su iglesia, donde además hacía muchas obras de caridad, ayudando a la gente pobre y de escasos recursos económicos.

Tuve la oportunidad de visitarle en su casa de Miraflores, que era un santuario, con fotos antiguas y recuerdos inolvidables que guardaba celosamente.

Isabelita una mujer admirable derramaba a través de su piel el néctar del afecto y la bondad a borbotones. Me hizo recordar que su viejo el Dr. Inchaustegui, vocal de la Corte Superior de Amazonas, fue compadre de mi viejo, como padrino de mi hermano Carlos Alberto, que murió a la edad de 10 años. También fue motivo para contarle que tuve el gran honor de atender como médico, cuando trabajaba en el Hospital Central de las Fuerzas Policiales, a su esposo el Dr. Lino Velarde, quien me sorprendió al comprobar su prosapia, caballerosidad y humildad de un profesional médico a quien admiraba y veía después de mucho tiempo, desde mi época escolar. 

Lúcida en sus añoranzas de su amado esposo, de quien fue su fiel compañera en los diferentes sitios cuando era cambiado de colocación por motivo de su trabajo, lugares en los cuales nuestra recordada y añorada Isabelita, siempre sembraba la semilla inolvidable de la amistad, el amor y la bondad.

Isabelita Inchaustegui siempre estarás en mi corazón. Tuve la suerte de que muchas veces intercambiábamos comunicación en forma virtual y me hacías sentir vanidoso cuando me felicitabas al leer mis Pastillitas, que ahora a los 8 días de tu partida a la Gloria del Señor me permito escribir, con frases trilladas por el dolor de tu partida y de saber que alzaste vuelo para convertirte en una estrellita tintineante en el firmamento y desde donde, al ladito de Nuestro Señor Jesucristo y su Madre Santísima, nuestra Mama Asunta, seguirás cuidando y velando por tus hijos, tus nietos y todos tus seres queridos que ahora lloran tu partida.