Todos los profesores en general y especialmente, los maestros de Instrucción Primaria, merecen mi respeto y admiración, porque ellos son, los que enseñan con su sabiduría y ejemplo lo que serán los hombres del mañana y ponen la base fundamental, en nuestra formación profesional, para ser hombres de bien, velando por el bienestar de nuestra gente, a lo largo y ancho de nuestra patria, El Perú.

Admiro al maestro primario, a los verdaderos MAESTROS, con letras mayúsculas, con título o, como eran algunos señores de mi época, solo, por “vocación de servicio”. Les rindo mi pleitesía, por sus desvelos y su paciencia, por su tolerancia y capacidad de adaptación al comportamiento del niño, para hacerle entender las primeras letras del abecedario, la tabla de sumar, restar, multiplicar y dividir, llevar con la misma paciencia y ternura de una madre, la torpeza innata del movimiento de sus manitos, para dibujar las letras y los números y enseñarle a leer, a pronunciar las palabras y meterles, dentro de su alma, el respeto y cariño a los padres, el amor a Dios, al prójimo, a la patria, a la tierra que nos vio nacer.

Sufro y me uno a ellos, al escuchar por la radio, los reclamos y las quejas de los docentes, cuando no son tratados, como deberían de ser, por las autoridades y los funcionarios responsables, será quizás que, ellos son resentidos sociales, fueron pésimos alumnos en sus escuelas o cargan traumas inconfesables, por lo que ahora se comportan así. Tengo el orgullo de tener tíos carnales y políticos que fueron maestros primarios y aún más, mi hermana Dorisita y mi hermano José David, son maestros formados en la Escuela Normal Mixta de Chachapoyas.

Esta Pastillita para el Alma la he titulado PARA MUESTRA UN BOTÓN, para referirme en forma especial, a la obra de nuestros maestros primarios, como es, en el caso del señor doctor, ingeniero mecatrónico EDUARDO REATEGUI PIZARRO, chachapoyano de nacimiento, un alumno del Colegio Seminario de Jesús María, científico peruano, doctorado en la universidad de Harvard que, brilla con luz propia como catedrático asociado y jefe del Centro de Investigación del Cáncer en la Universidad Estatal de Ohio en los Estados Unidos de Norte América, quien ha desarrollado una técnica innovadora que permite el diagnóstico, con una sola gota de sangre, del cáncer de pulmón, en su etapa temprana, mediante el estudio de vesículas de nanopartículas de ácidos nucleicos vinculados a la presencia del cáncer de pulmón, con lo cual, inclusive, facilitará el tratamiento de dicha enfermedad mediante la inmunoterapia. Este joven amazonense, inquieto como buen chachapoyano, también está empeñado en el descubrimiento de otras patologías de carácter infeccioso y estoy seguro que muy pronto dará muchas cosas más que hablar, en el campo de la ciencia médica a nivel mundial.

El doctor ingeniero mecatrónico Reategui Pizarro, es un botón de muestra de lo que hace el magisterio amazonense. Con él, se refleja, el resultado del esfuerzo de los MAESTROS, que pusieron la primera piedra pulida, para formar ese edificio del Hombre, la máxima creatura de Dios, para gloria de su Nombre y en beneficio de la sociedad, que nos acoge en este maravilloso país, el Perú,  que como en una gran colmena, los maestros, sacan obreros en las diferentes artes y ciencias; docentes, no valorizadas en su precio real, por los gobernantes de turno, sometidos, algunos de ellos, a doctrinas equivocadas, tratando de hundir a nuestro pueblo en el marasmo del desorden, del absurdo, o de individuos que se entrometen en actividades para los cuales no están bien y convenientemente preparados y hacen el ridículo como directivos o gobernantes. Felizmente en nuestra región Amazonas, tenemos maestros probos, que se esmeran en su función de educadores, dando como resultado, profesionales de alta talla que, que se destacan en el universo de nuestra patria y en el extranjero.

Nuestro profesores y maestros que, antes que llegue la carretera de la costa, en las escuelas primarias y en el glorioso Colegio San Juan de la Libertad, nos formaron a muchos de los profesionales que ingresamos, a la primera vez, cuando nos presentamos, sin academias preuniversitarias, a las universidades nacionales de ese entonces, como la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la Pontificia Universidad Católica del Perú, las Universidades Nacionales de Trujillo, Arequipa y el Cuzco, a la Escuela Nacional de Ingeniería, Agronomía de La Molina, la Escuelas Militares de Chorrillos, Fuerza Aérea y Marina, las Escuelas de la Guardia Civil, de Investigaciones y Republicana, las Escuelas Normales de Monterrico y otras, igual que a los Seminarios de formación sacerdotal en todo el país.

Sería muy largo enumerar el fruto del esfuerzo de todos los maestros de la región Amazonas, por esa razón, pongo ahora, solo como muestra, a un joven científico y pido disculpas a muchos de los profesionales de ayer, de ahora y de siempre que, en todos los campos del quehacer humano brillaron, brillan y seguirán iluminando con su capacidad profesional, su honestidad, su amabilidad, su personalidad y aún, muchos de los cuales, son ejemplos de vida que, dejan huella en el largo camino de sus polifacéticas actividades.