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APOLOGÍA DE UNA CIUDAD

Por: Luis Alberto Arista Montoya – Diario La República Ambas urbes, Lima (1535) y Chachapoyas (1538), son “viejas ciudades” o “antiguas ciudades”. De ahí nuestra propuesta de denominar

APOLOGÍA DE UNA CIUDAD



20/04/18 - 06:57

Por: Luis Alberto Arista Montoya – Diario La República

Ambas urbes, Lima (1535) y Chachapoyas (1538), son “viejas ciudades” o “antiguas ciudades”. De ahí nuestra propuesta de denominar, a nivel histórico-turística, a nuestra querida tierra como “Antigua Chachapoyas”.

Lima se asentó en el del Rímac sobre el sitio arqueológico-monumental de la etnia preinca de Lima/Maranga. Tuvo construcción nativa previa. En cambio, Chachapoyas se construyó en una meseta conocida como Las Lagunas, donde las etnias nativas no dejaron construcciones previas. De ahí que entre las huestes de Alvarado se produjera el reparto de terrenos en cuadricula a manera de solares con un punto central de referencia en una a plaza mayor con imaginado damero.

En estos tiempos revueltos de restauración de la Plaza Mayor de Chachapoyas y de la Plazuela de Burgos debieran tenerse en cuenta estos datos.

En cuanto al centro mismo, el pequeño núcleo arqueológico de la ciudad, lo que llaman con mucha razón el damerito de Alvarado, hay que defenderlo como referencia y máxima autenticidad histórica-urbana. Podrían hacerse algunas observaciones:

No alterar la planimetría, escala y ritmo del damerito conservando todo lo que valga la pena y construyendo, en arquitectura contemporánea, lo que fatalmente debe desaparecer.

Los monumentos histórico-artísticos no solo valen intrínsecamente, sino por el espacio que los rodea. ¿No se podría, si aún es tiempo, detener la furia de restauraciones importadas, rápidas e improvisadas en la Plaza Mayor de Chachapoyas? Que el Colegio de Arquitectos de Amazonas tome la iniciativa (no basta tomar la palabra) frente a la incuria de autoridades que no saben defender el corazón de la ciudad.

Y parafraseando al maestro Velarde tenemos que decir: no estamos ante “una Chachapoyas que se va” sino ante un Chachapoyas que la matan. Atentando contra su ser arquitectónico justo en un momento en que nuestra antigua ciudad comienza a pivotear el boom turístico, constituyéndose como punto de partida de los turistas que también recorren las otras cinco rutas conducentes al hermoso Valle Sagrado de los Chachapoyas.

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