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PALABRA DE MAESTRO

Luis Alberto Arista Montoya* En estos tiempos de escombros morales- causados por hechos de corrupción de algunos magistrados y políticos- el Perú parece un país aturdido, atolondrado, atontado, lelo y ofuscado.

PALABRA DE MAESTRO



03/09/18 - 06:19

Luis Alberto Arista Montoya*

En estos tiempos de escombros morales- causados por hechos de corrupción de algunos magistrados y políticos- el Perú parece un país aturdido, atolondrado, atontado, lelo y ofuscado. No es  que sea así per-sé. Es que son los malos funcionarios  los  que han terminado aturdiéndonos, hasta producirnos un asco existencial.

Porque el cinismo cunde. Pues, una de las frases más socorridas de los culpables es: “no temo nada, tengo la conciencia tranquila”. ¿A qué tranquilidad se refieren? ¿A qué tipo de conciencia? Claro que tienen una aparente tranquilidad porque han tachado su conciencia amoral para cometer sus  fechorías. Hablan con la mayor inconciencia (conchudez). El mal, los delitos y las faltas se han  banalizando, hasta tornarse normales. “Tranquilo nomás hermanito, no pasa nada”

Mientras tanto la inmensa ciudadanía peruana asiste aturdida ante ese  asqueante espectáculo de amoralidad/inmoralidad. Ojalá que este atolondramiento cívico nos haga reflexionar para saber elegir bien en las próximas elecciones regionales y municipales, por ejemplo. Votando, esta vez sí, con la conciencia tranquila, sin apasionamiento, con seriedad y serenidad.

 A ese estado de ánimo positivo los filósofos estoicos griegos lo denominaron ataraxia, que significa tranquilidad de ánimo, imperturbabilidad para lograr pensar con claridad, reflexionar, actuar moralmente para vivir feliz. El sufragio ciudadano es una de las acciones políticas y morales más trascendentes en la vida republicana. De ahí que- moralmente-  esté casi prohibido equivocarse al momento de seleccionar y elegir uno a sus representantes.

Pues,  no puede seguir aumentando  la espiral de equivocaciones: tanto hacia arriba, como  a los costados, ni hacia abajo (porque en este tercer caso la espiral puede descender como tirabuzón que taladra peligrosamente  las capas de odio y resentimiento sociales acumuladas, sedimentadas).

Últimamente el aturdimiento se ha generalizado: va desde   la cúspide de la pirámide del poder central hasta las bases de las inmensas y humildes mayorías. Los ánimos andan crispados, atosigan  los dimes/diretes, los insultos y dicterios. 
Casi todo el mundo tuitirrea con sorna y odio. Los argumentos e ideas  han sido sepultados por desperdigados tuits.

¿Cómo salir de este atolondramiento? No lo sabemos. Pero creemos que un camino puede ser recurriendo a la serenidad intelectual del MAESTRO. Como siempre recurrir a  las buenas enseñanzas de nuestros maestros es un recurso ético. En este caso nos ampara el  MAESTRO JORGE BASADRE, quien en su libro de   memorias La Vida y la Historia (publicado en noviembre de 1975) planteaba ya algunas proposiciones válidas y vigentes para elaborar  una  verdadera Ética de la Conciencia Tranquila. Glosamos algunas de ellas:

-Tratar de no obrar apasionadamente que es una forma de confundirse, dice Basadre. En estos momentos imperan emociones y pasiones subalternas.

-Mantener la independencia personal ya que “más preciosa es la libertad que la dádiva porque se pierde”. La coima es la  dádiva hoy en día. Hay que aprender a morar con uno mismo, sin remordimientos.

-Percibir cuándo se cayó en desaciertos. Sin insistir en la necedad y seguir al pensador clásico en su frase “ni la promesa inconsiderada ni la resolución errada conducen  obligación”

-Abrir los ojos [y oídos] con tiempo, para no dejarse engatusar, ni manipular. Tampoco desviar la mirada o prestar oídos sordos ante los problemas. Mucho menos quedarse mudos. Hay que tener la capacidad de indignarse y denunciar.

-Tratar de evitar en la obra y en la vida la intención malévola. Pues cuando se actúa de mala fe, tarde o temprano se lo paga. Hay que ocuparse de los trabajos propios y no tanto de criticar el de los demás. Ser honesto con uno mismo, pero en relación armónica con los demás.

- Y, por último, el MAESTRO Jorge Basadre aconseja: “Buscar el modo de alejarse sistemáticamente tanto de la vanidad como de la actitud humillante, para quedar en una modestia orgullosa. Y lo más importante de todo: buscar y tratar de mantener la paz interior como algo de mayor valía que cualquiera de los títulos mundanos, es decir una CONCIENCIA TRANQUILA”.

Estas son palabras de Maestro, que alivian en estos momentos difíciles y dificultosos. Conviene tenerlas en cuenta como faros de luz ubicados a la vera de los  sinuosos caminos pedregosos por los cuales   transitamos diariamente todos los peruanos.
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*EDITORIAL. Para Radio Reina de la Selva. Lima 31 de agosto de 2018. Luis Alberto Arista Montoya.    

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