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RESPETO A LA PACHA MAMA

Luis Alberto Arista Montoya* Dedicado a: Mi hermano Francisco, en el día de su onomástico. Mientras que desde el poder central y algunas regiones se propone, una vez más, estructurar una nueva división territorial del Perú, con vistas a superar la improvisada regionalización-departamental, la furia de la naturaleza ataca con inundaciones

RESPETO A LA PACHA MAMA



17/12/21 - 08:02

Luis Alberto Arista Montoya*

Dedicado a: Mi hermano Francisco, en el día de su onomástico.

Mientras que desde el poder central y algunas regiones se propone, una vez más,  estructurar una nueva división territorial del Perú, con vistas a superar la improvisada regionalización-departamental, la furia de la naturaleza ataca con  inundaciones, sequías o terremotos, como el que sucedió el pasado 28 de noviembre en nuestra Región Amazonas. Nos cogió desprevenidos.

Nuestro planeta y su contexto cosmográfico es conocido con el nombre de Naturaleza, y sobre ella se creó  e instaló la vida de los hombres conocida como Naturaleza Humana: integrada por seres humanos, algunos de los cuales (los científicos) buscan  conocer   las leyes físicas, mecánicas y matemáticas de la Naturaleza, con el  fin de  poner a ésta a su servicio.

 La naturaleza humana  es estudiada preferentemente por la Biología, la Genética, la Sico-neurología, la Antropología y la Sociología. Los  misterios de la naturaleza humana son tan o más enigmáticos que los de la propia Naturaleza que es objeto de investigación de  la  Astronomía, la Física, la Matemática,  la Geografía y la Geología, básicamente. La clásica obra “Principios Matemáticos de la Filosofía Natural”, investigación realizada por Isaac Newton fue la que abrió el gran portón de ingreso a la modernidad científica, también las investigaciones  astronómicas de Galileo. Las investigaciones  sobre la naturaleza del entendimiento humano escritas por  Francis Bacon,  John Locke, y David Hume  descifraron inicialmente la enigmática conducta humana, completada luego por el Psicoanálisis de Freud.

Menciono  de paso, que fue el Rector Toribio Rodríguez de Mendoza junto a Hipólito Unánue quienes introdujeron en la Universidad de San Marcos la enseñanza  de estas dos tipologías de Naturaleza, en la segunda mitad del siglo XVIII. Verdaderos Precursores del liberalismo ilustrado a inicios del amanecer republicano.

Aquellos científicos ingleses modernos nos enseñaron que no hay mejor forma de servirse de la Naturaleza que respetando y obedeciendo sus leyes. Cosa que en estos tiempos posmodernos y de pandemia no viene sucediendo: pues se sigue sobreexplotando la Naturaleza para satisfacer el voraz apetito económico de empresas trasnacionales apañadas por grupos formales o fácticos del poder político mundial. Es decir, la naturaleza humana (que se jacta de su poder racional, mental y anímico) es la  que viene transfigurando irracionalmente las leyes naturales de la Madre Naturaleza (llamada Pacha Mama en la cultura quechua y aimara). El  gravísimo problema del cambio climático, y el esparcimiento global de las variantes del coronavirus, son pruebas de esa irracionalidad humana.

 Los parques tecnológicos, maquinarias y artefactos tecnológicos instalados sobre(o dentro de la tierra) para su incesante exploración/explotación constituyen lo que se conoce como Mundo Artificial, controlado mediante la red electrónica de la biosfera llamada realidad virtual que coexiste con  la realidad real.

Cuando la Madre Naturaleza (la Pacha Mama) se rebela violentamente (a través de fenómenos devastadores como terremotos, por ejemplo) deviene, entonces, en una especie de “madrastra”, porque pareciera “castigar” a la gente nefasta. Pero un sismo no es un castigo divino como creen algunos de mentalidad apocalíptica. No. Se trata de comprender, a partir del principio del azar y la necesidad, las leyes geológicas de la estructura pasiva/activa del nuestro planeta, con el fin de estar preparados ante cualquier catástrofe terráquea. Preparación que implica la interacción de tres grandes Sujetos: Sujeto/Escolar, Sujeto/Profesor imbricados dentro del contexto del gran Sujeto/Planeta.

“Yo soy yo y mi circunstancia, y si no salvo a ella yo no me salvo” (decía el filósofo José Ortega y Gasset), puede ser un apotegma para una nueva pedagogía, entendiendo por circunstancia al territorio familiar, al territorio local, al regional, al nacional, al continental, y al territorio de todo el planeta como “aldea global”: pues nunca como ahora(en modo internet) todo territorio  habitado  es al mismo tiempo una localización/globalizada y una globalización/localizada. Los sobrevivientes  en el Aserradero, en Naranjitos, en la Caldera, en el Salao, en Santa María de Nieva y la Jalca Grande conectados con el celular en mano-y-oído suplicando ayuda urgente simbolizan la pertenencia a una localidad/globalizada.  

Reconociendo este avance tecnológico, la  prevención humana  frente a los desastres naturales tiene que ser  una política pública diseñada inteligentemente desde el Estado, pero reconociendo la diversidad geográfica, demográfica, botánica, hidrográfica y cultural  del territorio peruano. Teniendo en cuenta la fortaleza de la información científica que provee diariamente el Instituto Geofísico del Perú (IGP) y los institutos climatológicos, entidades estatales encargadas del monitoreo en materia sismológica y otros eventos naturales.
 Sería importante que cada administración regional (desde los ámbitos: civil, político, policial, militar, empresarial,  estación de policía forestal, estación de bomberos, laboratorios universitarios, y otros) mantenga en forma permanente una conexión directa con estos institutos centrales previsores a través de un teléfono rojo de emergencia, para que el sentido de alerta, de reacción y protección  llegue oportunamente a las poblaciones.

 Paralelamente, es necesario que las personas estén educadas e instruidas  bajo la evidencia científica de  que el  Perú está sobre una geología sísmica, cuyo peligro es constante, que solo varía por zonas y regiones. Los andes de ceja de selva parecen dormidos, pero son amenazas latentes. Como sabemos el  epicentro (irradiación) e hipocentro (profundidad) del último sismo fue en Condorcanqui, territorio de ceja de selva de escarpadas montañas y grandes abismos sociales.

Los peruanos, en especial los  amazonenses debemos sacar lecciones de esta tragedia. Comparto algunas lecciones- sugeridas por el historiador de sismos, Lizardo Seiner Lizárraga, en su artículo “Sismicidad y sociedad: una convivencia secular” –  como son buscar “conocer la sismicidad histórica en la Amazonía, ampliar las redes de monitoreo y, la más importante, arraigar en la población la urgencia de conocer mejor su entorno inmediato y, con ello, detectar sus puntos inmediatos de vulnerabilidad, doméstica y pública, Más allá de las veleidades de la política y de quien ejerza el poder, la naturaleza impone sus condiciones. Desoírlas es necedad; acatarlas, necesario”.

Estas lecciones implican, desde la perspectiva educativa, fundar una nueva Filosofía de la Naturaleza a la luz de las últimas investigaciones científico-tecnológicas que promuevan una educación científica del ciudadano republicano, desde los primeros años de la educación básica.

 Los bucólicos paseos al campo, las excursiones escolares , los viajes de estudio para conocer otros lugares  tienen que ser reprogramados post-pandemia en forma creativa para que el niño, el adolescente y el joven  asuman y asimilen vitalmente esta nueva Filosofía de la Naturaleza, respetando a  la Pacha Mama.
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 EDITORIAL. Para Radio Reina de la Selva. Lima 17 de diciembre de 2021. Luis Alberto Arista Montoya.

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