16/11/22 - 03:57
Luis Alberto Arista Montoya*
Para nadie pasa desapercibido que la población en la ciudad de Chachapoyas está creciendo aceleradamente, y que va extendiéndose en forma desordenada sin un plan urbano diseñado con miras a un futuro próximo o lejano. Esto acarrea consecuencias a nivel de provisión de  servicios de saneamiento, de inseguridad ante catástrofes, y de inseguridad alimentaria. De acuerdo a informes oficiales nuestra ciudad el año 2017 contaba con 32.926 millones de habitantes, y hacia el 2021 con 34.026 millones: un acelerado crecimiento.
Lo mismo pasa en todas las grandes ciudades de Perú, igualmente en todas las grandes metrópolis del mundo entero. Crecimientos en espiral. Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD, el planeta tierra alcanzó ayer martes (¿martes negro?, ¿de mal agüero?) los 8.000 millones de habitantes (ocho mil millones de habitantes), como resultado del vertiginoso crecimiento de la población durante el último siglo gracias, sobre todo, al aumento de esperanza de vida (esperanza que se funda en la mejora de nuestra calidad de vida a causa de los avances de las ciencias de la salud). A fines del siglo XX la esperanza de vida fue de 75 años de edad, hoy está entre los 85-90 años): incluso “mucha gente vieja se está olvidando de morirâ€, se dice sarcásticamente.
Pero el hecho es que este pavoroso crecimiento debe llamar la atención para que los Estados planteen polÃticas públicas de control demográfico. Pese a que los Ãndices de nupcialidad (matrimonios) han bajado los Ãndices de natalidad (nacimientos) van a todo galope; porque ahora las nuevas generaciones digitalizadas ya no necesitan estar casados para tener hijos, muchas veces les basta tener un solo hijo, de manera tal que, incluso, el sentido tradicional de familia-numerosa está en decadencia.
Hace cien años la población mundial que llegaba casi a los 2,000 millones sigue escalando hitos demográficos a gran velocidad. En proyección: más de la mitad del incremento de población que se espera entre ahora (2022) y el 2050 se registrará solo en ocho paÃses: República Democrática del Congo, Egipto, EtiopÃa, India, Nigeria, Pakistán, Filipinas y Tanzania (cuyas poblaciones muchas veces migran clandestinamente hacia Europa en busca de una mejor vida, causando sobrepoblación en los paÃses que los acogen; igual sucede también con las migraciones centroamericanas hacia los EE.UU).
Los estudios demográficos muestran también que en los paÃses más avanzados la tasa de fertilidad tiende a caer mientras que en los paÃses menos desarrollado son los que sobrellevan un crecimiento “meteórico de la poblaciónâ€.
 ¿Cuáles son los paÃses más poblados? : China es el paÃs más poblado con 1,400 millones de habitantes, seguido por la india. En tercer lugar está EE.UU con 337 millones, seguido de Indonesia que tiene 275 millones, Pakistán con 234 millones y Nigeria con 216 millones de habitantes. América del Sur es el continente con un crecimiento moderado, donde México y Brasil van creciendo más y más.
 ¿Esto qué significa?: que ya somos ocho mil millones que habitan este planeta que se debate entre la inseguridad ciudadana (delincuencia, terrorismo), la inseguridad alimentaria (escasez de alimentos, escasez monetaria, pobreza y pobreza extrema, la mendicidad urbana abunda), y el calentamiento global del planeta tierra que conlleva catástrofes, contaminación envolvente, enfermedades (como el mortal Covid-19, por ejemplo).
Es posible, entonces, que dentro de muy poco el mundo sufra de hambrunas, lo que va a significar muerte y desolación, si es que los Estados siguen enclaustrados en su avaro nacionalismo, sin capacidad de consensuar acuerdos globales.
Existe un estudio premonitorio. El año 1947- año en que este escribidor nació en Chachapoyas-otrora ciudad con seguridad alimentaria - el médico brasileño Josué de Castro escribió su clásico libro: GeografÃa del hambre, refiriéndose a las poblaciones hambrientas de Brasil de aquel entonces (donde las favelas o barriadas no abundaban todavÃa); pero proporcionó a los cientÃficos sociales algunos instrumentos epistemológicos que hasta ahora son válidos. DecÃa él que el fenómeno del hambre tiene que estudiarse situacionalmente porque se desarrolla en un espacio determinado con una continuidad en el tiempo, sobre todo donde las poblaciones pobres tienen hambre de justicia. Creemos que es un libro que merece una relectura a la luz de las nuevas variables que nos da a conocer el PNUD… En todo caso, es una tarea para los nuevos gobernantes que tanto ansiaron llegar al poder.
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EDITORIAL. Para Radio Reina de la Selva. Lima 16 de noviembre de 2022. Luis Alberto Arista Montoya