Justo, el arribo de la Comisión de Ato Nivel de la OEA ha coincidido con el inicio del mundial de  fútbol en Qatar. Esta coincidencia es simbólica por lo que merece comentarla desde el punto de vista de la apatía de los ciudadanos que están hartos del  banal enfrentamiento entre los poderes públicos del Estado.

Presumiblemente, a casi nadie  interese ni comprenda por qué y para qué viene dicha misión diplomática, porque todos están pendientes (y me incluyo) de los enfrentamientos deportivos que vienen sucediendo en Qatar: lo que buscan los peruanos es relajarse viendo buen fútbol, aunque nuestra selección no esté participando. Y, de paso, conocemos algo de la cultura árabe a través de la televisión y las redes sociales.

Este clima de desgano político mezclado con entusiasmo lúdico futbolero  no es comprendido ni por los políticos ni los analistas s que se creen los verdaderos intérpretes de la realidad nacional. Estos signos sí  son descubiertos a través de la ironía de los caricaturistas en diarios y revistas (Si usted quiere reír o sonreír, aunque sea por un momento, haga la prueba: mire las caricaturas de la actualidad).

Las inteligentes caricaturas de Heduardo (publicadas en el diario La República ayer y el lunes) son muestras ecográficas de la gravísima crisis grave que aqueja al Perú por culpa de la gavilla que detenta el poder para sembrar caos institucional queriendo demostrar con ello que la “democracia está en crisis terminal” y que, por tanto, amerita la creación de una Asamblea Constituyente, bajo el sueño que está sería una de las conclusiones de la misión de alto nivel de la OEA.

En vista que el odio y la polarización entre poderes son tan profundos, tengo la impresión que el trabajo de visita de los ocho diplomáticos comisionados de la OEA será una Misión imposible. No es que fracasará, sino que descubrirá que Perú vive un callejón sin salida. Solo emitirá un informe muy diplomático, sabiendo que sus recomendaciones no son vinculantes, es decir de carácter obligatorio. Están  entrevistando a  todos los actores, para hacer la finta de ser democráticos. Pero al fin y al cabo, después todo volverá a la anormalidad de la coyuntura.

En una de sus caricaturas Heduardo muestra la fachada de Palacio de Gobierno, donde un anónimo personaje (¿Salas, Chero, Sánchez, Landa…?) dice desde adentro: “Señor presidente, ya llegaron los de la OEA”; “Uff, justo ahora que estoy viendo el mundial de Qatar”, responde el presidente, a quien le gustaba jugar pichanguitas con ciertos proveedores y sus sobrinos (ahora prófugos, mirando el mundial en ascuas). 

En otra lúcida caricatura Heduardo dibuja un enorme panel (se supone colocado cerca al hacinado Aeropuerto de Lima, “tumba siniestra de dos valerosos bomberos”) donde se lee lo siguiente: “BIENVENIDO GRUPO DE ALTO NIVEL  DE LA OEA. El presidente de bajo nivel y el congreso de bajo nivel los saludan”. Con esa caricatura  grafica la baja nivelación de mediocridad de la clase política peruana.

Dos caricaturas que toman  la temperatura del ánimo polarizado y paralizante que harán que esa visita diplomática de la OEA sea una “misión imposible”, como rezaba el título de una vieja serie de la tv donde la lucha contra el crimen urbano siempre era infructuosa…Ojalá me equivoque, pero “dudo, luego existo”.

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