10/05/23 - 19:25
Luis Alberto Arista Montoya*
Con el uso masivo, extenso e intenso de los celulares vino parejo un tipo de “información†impertinente por parte de las empresas que compiten por la preferencia de usuarios y consumidores, ofreciendo diariamente (incluso domingos y dÃas feriados) productos, bienes o servicios, utilizando a persuasivas voces de jovencitas o simplemente a robots.
La verdad es que estas intrusas llamadas perturban la tranquilidad del consumidor, que muchas veces logran un efecto contrario: odiar a esa publicidad que invade la vida privada.
A estas llamadas o correos que nos asedian pertinazmente se los conoce como llamadas Spam (o llamadas basura, porque deben depositadas en el canasto de desperdicios). Pero muchos incautos los aceptan alegremente y caen en compras que amplÃan sus créditos, quedando endeudamos durante mucho tiempo.
De acuerdo a la economÃa polÃtica del signo (todo se produce y, por tanto, todo se puede vender y comprar), este fenómeno no es gratuito. Es uno de los signos perversos de la sociedad de consumo controlada por unos capitalistas salvajes que todo lo ven ganancia a como dé lugar. Y a las compañÃas telefónicas les sirve esta competencia comercial agresiva porque también aumentan sus arcas.
Y amparándose en la libre empresa y la libertad de expresión han permitido la creación de unas oficinas con plataformas comunicacionales llamadas call centers, que contratadas por las empresas, se encargan de atiborrar con publicidad a los incautos usuarios o consumidores a través de dulces y persuasivas voces de cientos de jóvenes que todos los dÃas salen a la caza porque viven de ganar comisiones por cada aceptación.
Creo que ha hecho bien la Comisión de Defensa del Consumidor (Codeco) del Congreso de aprobar por unanimidad el dictamen de insistencia(frente a la negativa del Ejecutivo de aprobarla) del proyecto de ley que busca prohibir las llamadas spam con fines comerciales. El ejecutivo observó esta propuesta porque, sostiene, podrÃa afectar la libertad de empresa y atentarÃa contra el libre albedrÃo del consumidor.
Pero no es verdad que busquen prohibir los call centers. No. Lo que se busca es regularlos. Porque esta comisión parlamentaria considera que por encima del derecho a la libre empresa está el derecho a la tranquilidad, a la salud mental y emocional de la persona humana. En todo caso será el pleno del Congreso quien lo apruebe o desapruebe. Mientras tanto, nos imaginamos, los lobbies a favor de las empresas se estarán metiendo por todos los intersticios congresales.
Nuestra proposición es: que no bastan las prohibiciones. Lo que debemos buscar es que la sociedad peruana tenga consumidores ilustrados: que sepan qué comprar, cuándo y dónde. Que no se dejen engatusar por lo bueno bonito y barato. Para ser un consumidor ilustrado no basta ser educado, instruido, sino, sobre todo, tener una cultura básica. Un consumidor que conoce de arte, que está informado acerca del patrimonio cultural material e inmaterial de su nación, ser dueño de una lúcida conciencia histórica para saber distinguir valores estéticos y éticos. Para de esa manera vivir tranquilo, que es el peldaño básico de la escalera de la felicidad personal y colectiva,
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EDITORIAL. Para Radio Reina de la Selva. Lima 8 de mayo de 2023. Luis Alberto Arista Montoya.