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LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA, UN CAFECITO POR FAVOR

Luis Alberto Arista Montoya* En anteriores editoriales nos hemos ocupado ya del gravísimo problema de la inseguridad alimentaria que afecta al Perú

LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA, UN CAFECITO POR FAVOR



24/05/23 - 03:42

Luis Alberto Arista Montoya*

En anteriores editoriales nos hemos ocupado ya del gravísimo problema de la inseguridad alimentaria que afecta al Perú, muy en especial a las regiones del Norte y del Sur, a las zonas rurales y suburbanas. 

Ante la escasez, la subida de precios y el  inminente Fenómeno del Niño que reducirá la oferta de pescado, la inseguridad  seguirá creciendo.
Ante este negro escenario bueno es resaltar la iniciativa de la municipalidad de Rodríguez de Mendoza de poner en funcionamiento un comedor escolar para proveer de una alimentación balanceada a favor de los niños. Creemos que estas acciones se deben replicar en  otras provincias y distritos, puesto que  el municipio provincial o distrital es la institución de apoyo más próximo que tienen las poblaciones más vulnerables. El hambre, la anemia, y la obesidad son los males que debilitan el cerebro de los niños. Y con niños de cerebro y estómago sin nutrientes la inseguridad se acrecentará.

Es un fenómeno que avanza como una gran mancha negra en  un extenso desierto. Acabamos de leer dos informes al respecto: “El Informe global sobre  crisis alimentarias”, elaborado por el Banco Mundial; y el informe  sobre la “Actualización sobre la seguridad alimentaria”, correspondiente al presente mes, también elaborado por el Banco mundial. Son informes espeluznantes. Dan miedo y preocupación.

Bebiendo un sabroso café cortado en la emblemática Cafetería Haití situada en la avenida Larco de lima, medito y tomo apuntes para escribir el presente editorial. Según el primer informe señalado la inseguridad alimentaria durante el año 2022 afectó a cerca de 250 millones de personas en 58 países del mundo. El año pasado afectó alrededor de 198 millones de personas. Es decir va en aumento, desgraciadamente. Las causas fundamentales son: los fenómenos meteorológicos extremos; las conmociones económicas producto de la pandemia del Covid-19 y la guerra (Ucrania, Israel, Palestina, etc. ; Perú importa trigo de Ucrania, y los panes y fideos han subido de precio, por ejemplo); y las víctimas de los conflictos y  de la inseguridad(delincuencia común), es otra causa nefasta; y las migraciones masivas(a Europa y los EEUU) de gente en busca de trabajo es de nunca acabar.

En Latinoamérica y el Caribe, la crisis alimentaria alcanzó a 7.8 millones de personas; siendo Haití, donde el 48% de su población se encuentra con inseguridad alimentaria permanente, seguido por Honduras y Guatemala con el 26% y 28% de sus habitantes respectivamente (anoto este dato mientras sorbo las últimas gotas de café en la Cafetería Haití en Lima; pequeñas paradojas que estremecen a uno).

Y ¿Qué está pasando en Perú, cuyos políticos ni siquiera supieron comprar el abono de urea, sembrar agua, terminar las obras de reconstrucción con cambios, donde no existe una decisiva política pública a favor de la Agricultura Familiar (no obstante que ésta es la despensa de la orgullosa gastronomía peruana)? Dice el segundo informe que en marzo del 2023, Perú se encontró con el inicio del niño costero (además del engendro parlamentario de los Niños de Acción Popular); y paralelamente  el ciclón Yaku, produjo fuertes lluvias e inundaciones, dando como resultado que aproximadamente 517,000 personas necesiten asistencia. Incluso antes de la emergencia climática, el 55% de la población en las regiones de Lambayeque, Piura y Tumbes padecía una situación de inseguridad alimentaria moderada a severa. La paradoja es que estas regiones producen incluso para la exportación, pero por la pervivencia de brechas estructurales la pobreza e inequidad se han enquistado desde inicios de la República. A esto se tiene que sumar la pandemia de la peste de los malos políticos, la gangrena de la corrupción, las protestas sociales y bloqueos de carreteras, y, ahora, el dengue, producto de aguas contaminadas y falta de servicios sanitarios.

Para hacer frente a esta pavorosa inseguridad alimentaria es requisito fundamental que nuestro país goce de seguridad política, seguridad económica y seguridad jurídica y cultural. El objetivo es contar con ciudadanos seguros en una nación segura, con una alta seguridad jurídica a favor de un Estado de Derecho Constitucional Democrático que vele por todos, sin discriminaciones.
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  EDITORIAL. Para Radio Reina de la Selva. Lima 24 de mayo de 2023. Luis Alberto Arista Montoya.


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