22/11/23 - 03:34
Dedicado: a mis paisanos en el aniversario de la creación polÃtica de Amazonas.
Luis Alberto Arista Montoya*
Cada vez que un delincuente juvenil (sea adolescente, sea joven) comete un crimen es más que seguro que se encuentra drogado; se droga para darse valor y sentir que lo que está haciendo está normalizado dentro de una subcultura de violencia. Esta es una verdad de pero-grullo que debe tener en cuenta el nuevo ministro del interior.
Se drogan previamente para no arrepentirse de su malignidad. De ahà nace una brev recomendación: la policÃa tiene que buscar luchar contra los micro-comercializadores, contra los paqueteros y distribuidores en parques, calles, esquinas, contra los delÃveri, en discotecas, etc. Además, estos distribuidores de droga al menudeo conducirán a los sabuesos policÃas hacia los centros de acopio de pequeños, medianos y grandes distribuidores hasta dar con los grandes fabricantes y productores de cocaÃna. El camino tienen que recorrerlo al revés: del consumidor chiquito al gran productor; seguir desde la punta del ovillo.
Pero en el fondo psicológico de cada criminal se puede descubrir que poseen una voluntad egoÃsta: esta es una causa de la actual violencia de bandas que se disputan territorios con sus respectivas vÃctimas.
La voluntad egoÃsta se da cuando una persona o grupo de personas no se deja limitar por nadie ni nada (es por eso que no temen a la policÃa, al fiscal o al juez, menos al serenazgo)
La voluntad egoÃsta es una voluntad-posesional, es decir, todo lo quiere poseer para sÃ, sin respetar el derecho de los otros. Es el núcleo de una personalidad autoritaria, autocrática.
El origen de la violencia, sobre todo de la violencia estructural, se encontrarÃa en la voluntad egoÃsta. Este tipo de voluntad tiende a utilizar a los demás como medios, como si fueran meros instrumentos o cosas. Esto es lo que se conoce la “cosificación†del ser humano.Â
El filósofo Thomas Hobbes (en 1651) consideraba ya que el egoÃsmo es el sentimiento originario y primero que regula la vida humana. Cuando el egoÃsmo da paso al acuerdo entre los hombres aparece, entonces, el “pacto social†que regulariza el instinto egoÃsta. Negando al filósofo Aristóteles (quien consideró “que por naturaleza el hombre tiende hacer el bienâ€), Hobbes decÃa, en cambio, que el hombre no es sociable por naturaleza, sino egoÃsta, prepotente y hostil hacia los demás hombres: “homo homini lupusâ€, es decir: “el hombre es lobo del otro hombreâ€. En cierta forma avalando esta tesis el filósofo español Fernando Savater nos habla (en 1985) del “don del egoÃsmo†contra la falacia del “Bien Comúnâ€.
El hombre con voluntad egoÃsta impone algo a los demás, no propone. Esta imposición se manifiesta a través de diversas formas: prepotencia fÃsica, dominación económica o polÃtica (con mi plata te compro, incluso compro tu voto), sometimiento ideológico o cultural, invasión militar ( caso de invasión a Ucrania y la Franja de Gaza , hoy, por ejemplo); chantaje(trabajas como te digo o no te pago; me das un cupo o incendio tu bodega, por ejemplo), hostilización manifiesta(sobre todo a nivel laboral), asedio( emocional, sexual).
Un padre(o madre) autoritario, una autoridad autocrática, un profesor prepotente, impositivo ( que riñe, insulta a su alumno, o hace apologÃa de Sendero luminoso), un polÃtico dogmático y fanático también son personas poseedoras de una voluntad egoÃsta. Este tipo de voluntad egoÃsta es posesional, fuente de la ambición de poder y de riqueza, que genera situaciones injustas. La meta de su ser es concentrar poder y bienes materiales.
A la voluntad egoÃsta solo puede oponérsele la voluntad solidaria, esto es aquel modo de pensar (y de actuar) que consiste en no considerarse ni conducirse como encerrando en el propio yo el mundo entero, sino como un simple ciudadano del mundo. Porque todos debemos sentirnos y ser ciudadanos bajo un Estado de Derecho Democrático de Bienestar.
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*EDITORIAL. Para Radio Reina de la Selva. Lima 22 de noviembre de 2023. Luis Alberto Arista Montoya.