13/08/2025 - 06:47
Luis Alberto Arista Montoya*
Pese a los tiempos adversos busquemos en esta oportunidad aproximarnos al sentido de religiosidad que tiene la sociedad chachapoyana, y quizá también toda la población amazonense, a partir de la adoración a nuestra Santa Patrona, la virgen de Asunta. Nuestra Mamá Asunta, que ama a todos, sin distinciones
En principio creo que somos creyentes, demasiado creyentes, pero al mismo tiempo somos bastante incrédulos entre nosotros mismos porque la envidia y la desconfianza cunde en el Perú actual debido a que abunda el pan negro de la polÃtica nuestra, el de todos los dÃas. Se ha generalizado la desconfianza a partir de que los que dicen representarnos- como juraron en el podio del poder- han percudido las palabras: Dios, patria, democracia, honor, ley, ciudadanÃa, o bien común.Â
Pues el primer escalón de las larguÃsimas escaleras de la corrupción (que avanza en espirales) es la mentira, han corrompido el lenguaje, nuestra precaria acción comunicativa. Todo se relativiza, todo se banaliza. Es por eso que ha empezado a rondarnos y rodearnos el fascismo. “El fascismo es la mentira organizada, donde no se trata solo de ocultar la verdad sino de destruirlaâ€, dijo la filósofa Hanna Arendt.
El mal se hace de dominio absoluto, en cambio el bien se relativiza a causa de las conductas autoritarias de los lÃderes. Hasta tal punto que el mundo está en peligro porque “cuando el relativismo se absolutiza en nombre de la tolerancia, los derechos básicos se relativizan y se abre la puerta del totalitarismoâ€, advertÃa hace poco el Papa Emérito Joseph Ratzinger, destacado teólogo y filósofo alemán del presente siglo.
Entonces temen a la libertad de prensa, al libre pensar, a la expresión libre y esclarecedora, tanto como a la religiosidad popular que busca reforzar su fe y espiritualidad más allá de cualquier coyuntura de temor, error y terror. Temen La creencia en los santos/as y en las almas de los buenos difuntos intermediarios también ante Dios. Temen a las creencias y las creatividades (que se manifiestan sobre todo a través de las Letras y las Artes). Odian la bella poque se lee ante las masas.
Por otro lado, muchos hombres se creen dioses (o diablos, para asustarnos). Otros se dan de lobos para violentarnos, pero una multitud -felizmente- se presenta como hombre humano demasiado humano, humilde: gracias a este tipo de gente es que la esperanza y fe por el cambio no se pierde porque somos creyentes religiosos en Santas como la virgen de Asunta, que espiritualmente la sentimos como intermediaria nuestra ante Cristo, a través del cual sentimos y presentimos a Dios y sus misterios divinos.
No, ningún hombre es (o debe considerarse) dios para el hombre. Ni lobo para el hombre. Sino hombre para el hombre (homo homini homo). La clave de la formación moral, ética y religiosa se encuentra en este principio: es el hombre quien hace hombre al hombre. Y es dentro de ese amor, respeto y solidaridad humana que surge la sublime y libre creación, logrando de esa manera superar su finitud y brevedad de vida.
 Es por eso que hay que cuidar nuestra democracia, el único sistema polÃtico que nos permite vivir en forma libre y con una buena e ilustrada voluntad de representación, para evitar equivocarnos al momento de elegir. Y para este acto personalÃsimo recibamos la bendición de la Mama Asunta, porque ella es democrática ante todos, todo el tiempo y en todo lugar.
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EDITORIAL. Para Radio Reina de la Selva. Lima 13 de agosto de 2024 Luis Alberto Arista Montoya