04/10/24 - 03:14
Luis Alberto Arista Montoya*
En las 22 regiones- entre ellas Amazonas- donde se produjeron dantescos incendios, prácticamente la propagación del fuego ha sido ya controlada, aunque el peligro sigue latente aún. Pero más regiones como Cajamarca, Cuzco, Huánuco y Lambayeque solicitan estar en emergencia.
Mientras tanto las humaredas han ensombrecido aún más los escenarios políticos con vistas a las elecciones de 2026, porque una retahíla de candidatos de 32 partidos políticos (vientres de alquiler de ciertos movimientos políticos regionales, impedidos de participar por ley) prometerán la “pronta” y “técnica” recuperación de las hectáreas forestales y agrícolas quemadas, burlándose, una vez más, del electorado con falsas promesas y chuscas humoradas (bailes, conciertos, sorteos, regalos) para comprar votos.
A estas facciones políticas en lid casi no les interesa el daño humano producido por las densas humaredas. Los niños de nuestra amazonia son los más afectados en su salud y seguridad alimentaria.
Según un informe del Fondo de las Naciones para la Infancia (UNICEF), más de 163,000 menores que residen en comunidades indígenas y rurales sufren diferentes afecciones derivadas del humo y las cenizas. Además, 344,000 sufren los estragos de la sequía que obstaculiza el transporte fluvial, limitando el acceso a los alimentos, al agua y medicinas. Las deserciones escolares no tardan en llegar.
Por un cálculo político (para no causar más miedo, no desembolsar más dinero para la restauración de tierras y bienes del Patrimonio Cultural y Natural, resarcir daños humanos y ecológicos) el gobierno se vio presionado a emitir solo una ambigua declaratoria de emergencia, cuando lo lógico era precisar a favor de una Declaración de Emergencia Ambiental, con una visión intersectorial. Pero optaron seguir jugando con fuego, culpando a los campesinos que siguen con la práctica ancestral de los rosos. Eso, en una mala criollada, se llama “cortar la soga por el lado más débil”, “lavarse las manos”.
Los indefensos niños/as son los mayores afectados- dice Javier Álvarez, representante de Unicef- por este cuadro de desastre en las zonas amazónicas del país impactadas por los incendios forestales. Por lo tanto, la ayuda debe concentrarse en ellos, al momento de evaluar los daños y diseñar e implementar las respuestas a la emergencia.
El fuego no solo ha enrarecido, sino también ha contaminado el clima donde habitan niños, niñas y adolescentes; provocando daños biológicos: respiratorios, oftalmológicos y dermatológicos (picazones, escozor, llagas, etc.); y, en paralelo, daños psicológicos: miedo, ataques de pánico, insomnio; además, la inseguridad alimenticia se agravará porque las zonas de cultivo han sido arrasadas. En ese contexto la Agricultura Familiar (que consta de no más de 9 hectáreas de terreno) es la más perjudicada, junto a la ganadería de potreros; esto perjudicará a los restaurantes urbanos puesto que la Agricultura Familiar está considerada como la gran despensa de la gastronomía peruana. Los productos al escasear suben de precio y, por lo tanto, los platos de comida costarán más para el consumidor.
Según la Unicef, el impacto del humo producto de las densas humaredas, es diez veces más perjudicial para la salud infantil que el del humo generado por otras situaciones (como, por ejemplo, del humo que emana de las estrechas cocinas rurales, cuyas tushpas se activan con leña o carbón- por lo que el olvidado proyecto de las “cocinas mejoradas” debe ser retomado por los gobiernos regionales y municipales). Además: “la exposición de una gestante al humo de los incendios forestales se ha asociado con el bajo peso del bebé al nacer, parto prematuro y elevada mortalidad infantil, así como a morbilidades, como el asma y la disfunción cognitiva” (aumentando aún más la pobreza de aprendizaje escolar); la anemia infantil se extenderá.
A todo esto, un politicastro que vende humo en el Parlamento recomienda que esos niños vuelvan a usar la mascarilla como en la época de la Pandemia del Covid-19; que él mismo lo está proponiendo en los pueblos durante su semana de representación (y comilonas). Cual Colón ha dicho que ese es su proyecto, y que la mascarilla sea declarada artículo de primera necesidad a nivel nacional, que el ministerio de Salud debe repartirlas gratuitamente, tal como él lo hace (quizá porque este buscando postularse a senador). Esta es una humorada. Un obsceno aprovechamiento de la tragedia de miles de familias.
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EDITORIAL. Para Radio Reina de La Selva. Lima 4 de octubre de 2024. Luis Alberto Arista Montoya. Dedicado a don Bernardino Arista Mori, mi padre, en el día de su cumpleaños.