Mientras los minutos pasan lentamente, cuando en verdad se los necesita, o a veces rápido, cuando no les damos importancia, este primer lunes del mes de setiembre y mientras esperaba, sentado en una silla de la sala de espera de un hospital, me dio oportunidad de mirar, en forma disimulada, las caras, de muchos pacientes y sus acompañantes, dándome la oportunidad de viajar en las nubosidades claroscuros de mis recuerdos de infancia y juventud, a ese lugar, en donde, el tiempo, al parecer, no existe, mientras respiras y disfrutas de esa época cuando las mariposas con alas de multicolores revoloteaban por los geranios y los rosales, los gorriones y zorzales saltaban de rama en rama de los árboles de saucos, eucaliptos, romeros y limoneros y en los rostros de los caminantes se dibujaba, siempre una sonrisa de felicidades y alegrías contagian tes y, ahora, analizando mentalmente, los motivos de mis preocupaciones, en medio de ese barullo silencioso de penas y congojas, de suspiros por carencia de aire y de dolores y llantos escondidos, reencontrándome y de vuelta a mi realidad, empecé a hojear a Noah Harari, que fue mi dulce compañía en el tiempo de la pandemia y leer con que claridad relata la evolución de la vida, desde sus inicios de la evolución de los seres vivientes hasta cuando el hombre se transforma en el Homo Sapiens y todos los vuelcos y aciertos, suposiciones y opiniones, en que, hasta ahora, la ciencia moderna, no puede resolver, porque Darwin, nunca dijo, ser el nom plus ultra o super sabio de los biólogos ni que había resuelto el enigma de la vida, ni tampoco, con el modernismo ni la ayuda de la tecnología reciente, hasta ahora, no se ubica, en que parte de alguna circunvolución o área de nuestras más de cien mil millones de neuronas, ni se sabe dónde se encuentra el lugar exacto en que se produce la conciencia y ni con todos los adelantos modernos y la erudición de muchos personajes científicos, no se resuelve la pobreza en el mundo, siguen las guerras, la lucha de las opiniones teológicas y los doctos del progreso no se ponen de acuerdo de que la muerte no es un destino inevitable, sino simplemente un gran problema técnico, difícil de resolver. Hasta ahora, los físicos, no se explica cómo se produjo el big bang para el origen del universo y filósofos, teólogos, sacerdotes y pastores, obispos y cardenales, imanes y clérigos de diferentes credos, aún científicos incuestionables, muchos de ellos, no se ponen de acuerdo en que existe, un Ser Superior, que los cristianos le llamamos DIOS y es creador de todo lo que hay en el universo. 

Y el tiempo pasa y sin sentir, estoy en el 5 de setiembre, fecha de la fundación de nuestra Fidelísima Ciudad de San Juan de la Frontera de los Chachapoyas y como por arte de encantamiento, mientras en el cielo azul añil, se pintaba de llamas coloradas, vuelvo a gozar de dicha y entusiasmo sentarme imaginariamente, allá lejos muy lejos, de mis años mozos, en un tronquito de maguey, en su cocina de tierra apelmazada de mi compadre Víctor Molinari o de doña Natita Puerta Valdez, al lado de la tushpa de piedras calizas, entre cuyos tizones de leñas de tayango y de chamiza, chisporroteaban los retacitos de rellena y morcilla de chancho, y en una olla de Huancas se cocinaba, el mote capka con cáscara y en una olleta de lata, hecha por el artesano que lo decíamos don Borrego, hervía el agua sacado de un pozo, esperando el café que molía en batán con chungo mi pachaquito el Palito, Lorenzo Jiménez ayudado  por Napoleón Meléndez Sánchez, el popular cabeza de clavo, para luego cernirlo en bolsa de tocuyo de diablo fuerte y mientras las humitas güira güira, se freían en una cashque de Cheto.

De rato en rato, veo mi computadora y haciendo magia como doña Ashito, su mamita de mi hermano el Loco serenata, quien dice, fue mejor arquero que el gringo Defina y ni el loro Mayorga no le llegaba ni a los talones a quien el CNI lo puso 7 goles en Iquitos,  o el Arias de Leymebamba era un aprendiz de golkiper, pero, para mí, y no porque sea mi hermano, nadie mejor que el Loco José David, titular del AELU, el club exclusivo de los japoneses en Lima, donde, lo comparaban con el loco Gaty, arquero de la selección argentina. 

En mi P C, descubro un interesante trabajo histórico cultural, escrito y enviado por el coronel E P, en situación de retiro Jorge Valdez Rodríguez y por su gran  importancia, muy bien documentada, me permito recomendar, en forma muy especial, por los datos tan excelentes sobre la Fundación Española de la Fidelísima ciudad de San Juan de la Frontera de los Chachapoyas, donde con frases elocuentes, relata, como nuestros ancestros, perteneciente a una etnia exclusiva del territorio nacional, han jugado un papel muy preponderante en tiempos inmemoriales con sus monumentos históricos, sus pinturas rupestres, su orgullo y dignidad regional, reclamando y manteniendo sus principios de libertad individual y de respeto a su soberanía, desde antes y durante el reinado de los Incas, su papel protagónico en la conquista española, su participación en la guerra de la Independencia del Perú y América, su participación directa y efectiva en la fatídica guerra con Chile, así como en los conflictos bélicos de la Cordillera del Cóndor y como, además de ser cuna de dignísimas personalidades reconocidas en el territorio nacional, que han brillado en el firmamento de la Patria y que últimamente con el trabajo científico de su personal docente, administrativo y estudiantil, han sorprendido al Perú y al mundo entero, e inclusive, a la Inteligencia Artificial, que se sobre entiende debería estar minuciosamente informada de todo el acontecer nacional y mundial, con sus experiencias de clonación de la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza permaneciendo humilde y soberana a la sombra del Malcamal, el Pumaurco, el Shundor y el Colorao, siendo grande entre las grandes, nuestra hermosa ciudad de Chachapoyas, capital de la región de Amazonas, con sus siete provincias, con ingentes riquezas arqueológicas, tierras fecundas, con diversidad de micro climas, con su enorme rio Marañón, que en el Pongo de Manseriche está esperando se construya una central hidroeléctrica para abastecer con energía a la mitad de Sudamérica, así como sus riquezas en minerales y su variada fauna y flora en la amplitud de su selva, pero sobre todo, conservando el señorío y la nobleza de su gente amable y bondadosa, orgullosa de su tierra y de sus ancestros.

El título de esta mi humilde Pastillita para el Alma: “ESTAR O NO ESTAR”, en el  Día del aniversario de su fundación de nuestro amado Chachapoyas, es un grito desesperado de la queja espiritual que, se revela ante la lejanía de mi tierra bendita, compensada con mis añoranzas y recuerdos de los poquísimos años que gocé del bienestar de vivir en ese paraíso, al lado de mis padres, mis familiares y paisanos y ahora, cuando ya se acerca presuroso, el final de mis días, es la manifestación de un sufrimiento que, invisible, rasga mi piel y produce heridas que duelen, hacen daño en el alma, pero, increíblemente, se convierte en dicha placentera, especialmente, cuando uno escucha la voz de una persona que marcó una huella indeleble, en nuestro largo camino hacia a la ermita, camino, a veces verde y claro como la esperanza u oscuro y fatídico como el invierno borrascoso del olvido, parecido al hedor a ingratitud y desagradecimiento, por tu vejez achacosa y sufriente, con olor y sabor añejo por tus años tristemente acumulados y rememoras cunado fuiste útil, en tu juventud pujante, pasajera y fugaz.